Irrumpir lo cotidiano, flashmob por justicia para Bruno y las personas desaparecidas en México

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Texto: Luz María León
Video: Paola Atziri Paz y Luz María León

"A las personas las siguen desapareciendo frente a nuestros ojos, ¿dónde están?" es algo que incontables veces le escuchamos decir a las familias que buscan a uno o incluso varios de sus seres queridos.

Ante la dilación, omisión, negligencia e indolencia de las instituciones del Estado, las familias de personas desaparecidas se movilizan, se juntan, se organizan y aprenden sobre normativas en materia de desaparición y búsquedas en campo; hacen suyas todas las herramientas posibles, entre ellas también el arte, para encontrarlas.

Es así que Lukas Avendaño -antropólogo y artista muxe- junto con un grupo de personas que le acompañan a raíz de la desaparición de su hermano Bruno Alonso Avendaño Martínez el 10 de mayo de 2018 en Tehuantepec, Oaxaca, y el colectivo Hasta Encontrarles CDMX hicieron un flashmob el pasado 7 de marzo frente al Monumento a la Revolución en la Ciudad de México.

Alrededor de las ocho de la mañana del primer domingo de marzo, varias de las familias del colectivo comenzaron a concentrarse en las inmediaciones de Plaza de la República, donde ya se encontraban Lukas y el equipo con el que ha elaborado esta iniciativa. Como una forma de que entre ellos y ellas reconocieran la lucha que llevan a cabo cada día, Lukas pidió iniciar este encuentro con aplausos.

Tras presentarse, hicieron una dinámica de grupo, por lo que entre risas y juegos, poco a poco se conocieron. De algún modo, las familias ya se sabían cercanas a Lukas por esa realidad en común que las trajo hasta aquí: todas son buscadoras de un hermano, hermana, hija o hijo. 

Cerca de las nueve de la mañana empezaron a prepararse. Mientras Lukas y varias personas se ponían trajes forenses de bioseguridad, cubrebocas KN95, guantes de látex y caretas polarizadas, el colectivo se desplazó hacia uno de los costados del Monumento. Lo que parecía ser casi un domingo cualquiera -aun en medio de la pandemia de COVID-19- para transeúntes, vendedores ambulantes y ciclistas que se reunieron para una rodada, pronto se volvió un recordatorio de que en la Ciudad de México y en el país, más de 82 mil personas un día ya no pudieron volver a casa; de que a donde se volteé la mirada, no sólo habrá alguna ficha de búsqueda sino múltiples escenas de crímenes que se cometen todos los días: las desapariciones y otro tipo de violaciones a derechos humanos debido al estrepitoso aumento de la violencia desde hace por lo menos 14 años.

Al terminar de ponerse los trajes, se colocaron en dos filas al pie de una de las escalinatas de la Plaza, silentes avanzaron hacia el Monumento. En cuanto subieron la rampa y caminaron entre las columnas del mausoleo, no se hicieron esperar las miradas de quienes se encontraban a su paso.

Foto: Gerardo Ramírez

Entonces el flashmob empezó a lograr parte de su objetivo con la sorpresa de quienes les veían y observaban, desconcertadas por lo que ocurría y lo que harían quienes pasaban delante suyo sin pronunciar alguna palabra. Algunas de las personas que estaban ahí se hicieron a un lado, otras no se movían porque todavía no alcanzaban a entender qué pasaba o se detenían a leer lo que estaba escrito en sus espaldas: "¿A dónde van los desaparecidos?", "Buscando a Bruno" y "Justicia para Bruno".

En la bajada de la rampa que da hacia la Av. de la República, donde termina la barda de color negro que usualmente la gente usa para sentarse a platicar, a unos metros de las fuentes de agua que nacen a ras de suelo y de una de las astas bandera de la Plaza, una de las filas de las y los activistas vestidos de blanco se acomodaron de forma horizontal para extender una enorme manta, en la que se leyó: 

"#JusticiaParaBruno Desaparecido el 10 de mayo de 2018 en Tehuantepec, Oaxaca, México" junto a la foto del marino Avendaño, un mensaje que ya varias ocasiones le han hecho llegar a las autoridades de la Fiscalía General de la República, la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, las Comisiones tanto nacional como estatal de Derechos Humanos, entre otras instancias, para reiterar su inacción en las tareas de procuración de justicia.  

Desde aquel Día de las Madres, no hubo día en el que Lukas no saliera a buscar a su hermano menor o hiciera algo para presionar a las autoridades a fin de que investigaran. No sólo se dedicó a buscar a Bruno, elemento activo de la Secretaría de Marina, sino también a visibilizar el grave problema de la desaparición de personas en el país.

Bruno Avendaño fue localizado sin vida en una fosa clandestina a tan sólo 12 km de su casa, entre los municipios de Salina Cruz y Tehuantepec, en noviembre de 2020.

Sin embargo, ahí no terminó la lucha que Lukas emprendió desde 2018, ya que continúa su búsqueda de justicia por la desaparición y posterior asesinato de su hermano. Como desde hace tiempo, sigue acompañándose con más familias.

Al mismo tiempo, a un par de metros de ellas y ellos, también las familias del colectivo formaron una fila, portando playeras y mantas con las fotos de sus seres queridos; una de las mantas, de color morado, lleva inscrita una promesa: "Hasta encontrarles". Con el puño y la frente en alto, de pronto el silencio se rompió cuando al unísono gritaron: "¿Por qué los buscamos? Porque los amamos", una y otra vez se escuchó la demanda por su aparición con vida y se evocó a la "justicia" como otra deuda pendiente.

Foto: Gerardo Ramírez

Detrás de ellas y también a unos pasos, se puso la segunda fila de personas uniformadas con ropa forense, quienes abrieron otra manta en la que se exige justicia para las personas que son desaparecidas en México.

Ninguna de las personas que estaba en este histórico espacio, tan concurrido por los paseos dominicales, esperaba esto. Generalmente las convocatorias para las manifestaciones se dan a conocer de manera pública en redes sociales o se anticipan con el cierre de calles o avisos. En escasos seis minutos se llamó la atención de quien llegó a esto sitio a distraerse, pasearse en bicicleta, en patines o con su perro, así como tomó por sorpresa a miembros de la Policía Auxiliar y de Tránsito de la CDMX, que entre sí se preguntaban si reportar lo sucedido, acercarse a preguntar, dejarlo pasar o qué hacer al respecto.

Foto: Gerardo Ramírez

Ninguna de las personas que vieron suceder este flashmob, que tal como se espera por su definición, ocurrió de manera insospechada y rápida, previó que esto pasaría. Inesperado fue esto como lo fue la desaparición de Bruno para Lukas Avendaño, su familia y su comunidad, como lo ha sido también la desaparición de todas las personas que busca el colectivo, como muy posiblemente lo ha sido para las 82 mil familias que llevan semanas, meses o años incompletas.

En tan sólo unos minutos se irrumpió la cotidianidad de decenas de personas, así como en tan sólo unos minutos o segundos a una persona la desaparecen, de noche o de día, aunque haya cámaras de seguridad del C5 alrededor; afuera de una estación del metro o metrobús, de su casa, en la parada de autobús, en un cruce peatonal, al terminar un concierto o al salir de trabajar.

Luego de esto, el colectivo y el grupo de "forenses de la desaparición" volvieron al punto donde se reunieron desde muy temprano, guardaron las mantas y se cambiaron de ropa quienes llevaban overol blanco. Otra vez se juntaron en círculo e intercambiaron reflexiones sobre lo que pasó.

Las familias coincidieron en que el propósito de este tipo de acciones es reafirmar su exigencia ante los distintos niveles de gobierno y dependencias para que se hagan las investigaciones correspondientes, al igual que sensibilizar a la población sobre este problema, que hagan suyas estas exigencias, con la intención también de que ninguna otra familia padezca lo mismo que ellas.

Momentos después se despidieron con aplausos y se dijeron en voz alta: "no estamos solas". Pese a que los cubrebocas hacen casi imperceptible cualquier gesto, se distinguían las sonrisas en la forma de la mirada. Si bien el dolor, la tristeza, la rabia y un sinfín de emociones y sentimientos permanecen en ellas, ese domingo también lograron transformar su desesperanza en fuerza colectiva para continuar en estos procesos y luchas.

El colectivo Hasta Encontrarles CDMX se hizo presente con la participación de las familias de Pamela Gallardo Volante, desaparecida el 5 de noviembre de 2017; Natali Carmona Hernández, desaparecida desde el 27 de enero de 2019; Ángel Gerardo Ramírez Chaufón, Jesús Armando Reyes Escobar y Leonel Báez Martínez, desaparecidos desde el 29 de noviembre de 2019; Brayan Valencia García, desaparecido desde el 6 de marzo de 2020; y Edgar Guzmán Zaldo, desaparecido el 7 de agosto de 2020.

Cuando a una persona la desaparecen, no sólo quedan suspendidos sus proyectos y sueños, esto también modifica drásticamente el día a día de sus familias, afecta su salud física y mental, ocasiona complicaciones económicas, laborales y familiares, entre otras cosas, situaciones a las que en los últimos meses también se han sumado pérdidas familiares por la COVID-19. De ahí que si bien no siempre todas las familias del colectivo pueden asistir a una protesta, reunión de trabajo o búsqueda, lo cierto es que siempre todas están presentes en la voz de quienes acuden.

Así, este día también se demandó la búsqueda en vida y el regreso a casa de Nohemí Elizabeth Ramírez Neria, desaparecida el 27 de julio de 2016; Braulio Bacilio Caballero, desaparecido el 28 de septiembre de 2016; Mariela Vanessa Díaz Valverde, desaparecida el 27 de abril de 2018; Viviana Elizabeth Garrido Ibarra, desaparecida el 30 de noviembre de 2018; Felipe de Jesús Olvera Martínez, desaparecido el 3 de marzo de 2019; Tania Karina Domínguez Morales, desaparecida desde el 28 de julio de 2019; Karla Elena Ramírez Murrieta, desaparecida desde el 29 de agosto de 2020, y de las miles de personas desaparecidas. 

Este flashmob formó parte de la jornada que Lukas realizó a principios del mes de marzo para exigir justicia para Bruno Avendaño y para las personas desaparecidas en México. Con ello, en colectivo logró que las autoridades respondieran el llamado para que realicen su trabajo y a la queja que dos años atrás había interpuesto a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por la violación de sus derechos y las irregularidades en el debido proceso. La respuesta de la Dirección General de Evaluación Técnico Jurídica de la FGR concluyó que en el caso de Bruno existieron “irregularidades de carácter administrativo y penal”, por lo tanto se iniciará la investigación correspondiente.

Foto: Gerardo Ramírez

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