#UnDíaSinNosotras: oportunismo, paranoia y aprendizaje

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Diferentes colectivas feministas, y mujeres en lo individual, han hecho eco de la iniciativa de Las Brujas del Mar para convocar a un paro nacional de mujeres el día 9 de marzo, como parte de las jornadas de lucha del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Como las mismas integrantes de la colectiva veracruzana Las Brujas del Mar han reconocido en su cuenta de Twitter, su propuesta #UnDíaSinNosotras “jaló a niveles inesperados”, lo que si bien por una parte es altamente positivo para el debate público sobre la violencia de género y los feminicidios en México, por otra parte, también ha abierto las puertas a dos expresiones de la megalomanía machista íntimamente relacionadas entre sí: el oportunismo y la paranoia. Al mismo tiempo y para bien del país, para el bien de todas y de todos, la movilización feminista al parecer también ha logrado incidir, así sea mínimamente, en un proceso de aprendizaje institucional (ojalá y así sea) que quizás inicie la larga y compleja transformación de México en un país seguro para las niñas y las mujeres. Y si es un país seguro para ellas, será un país seguro para todos.

Antes de argumentar por qué considero que el oportunismo y la paranoia política son dos puntas de la misma cuerda, es pertinente recordar que las movilizaciones feministas no son de hoy, ni son locales. Suponer, erróneamente, que las marchas del día 8 y el paro del 9 surgieron ahora y son de carácter nacional, es desconocer la raíz profunda, histórica y plural, de las diversas expresiones del feminismo en México y en el mundo. Sin embargo, pareciera que el 8-9 de marzo es un invento de las feministas locales y que la convocatoria a un paro de mujeres es una cuestión de alcance exclusivamente nacional. No está por demás recordar que, en el contexto de las protestas mundiales en el Día Internacional de la Mujer, en cada país, en cada región, en cada localidad, las formas de lucha y protesta de las organizaciones feministas y de las mujeres en general se adecuan a los diferentes contextos. Y también quizás sea necesario recordar que las agrupaciones feministas en México, no sé si todas, pero muchas sí, están convocando a dos acciones: marchas el día 8 y #UnDíaSinNosotras el 9. Supongo que habrá mujeres que participarán en la marcha del 8 y en el paro del 9, otras que solo lo harán uno de los dos días, y unas más que no lo harán en ninguna de las dos fechas. De la “no-participación activa” de los hombres me ocuparé en otra columna.

Hasta donde he podido observar, la convocatoria a las diferentes marchas el domingo 8 no ha suscitado mayores controversias, no así la convocatoria a #UnDíaSinNosotras del día 9, que ha generado opiniones a favor y en contra, argumentos en uno y otro sentido, e inclusive discrepancias en funcionarias y funcionarios de primer nivel del gobierno federal, en diputadas y diputados, y en general en la clase política cercana o identificada con el proyecto de la 4T.

El oportunismo de unos y la paranoia de otros brincaron como resorte prácticamente al mismo tiempo. Los oportunistas, trepándose a un movimiento ajeno a sus proyectos, a sus ideas políticas, a su trayectoria y a su identidad, se han sumado a la convocatoria del paro nacional del día 9 tanto para golpear al presidente López Obrador, como para hacer un guiño “políticamente correcto” a la efervescencia feminista. Sin embargo, una cosa es tratar de sumarse a una protesta que en muchos sentidos es totalmente diferente de sus concepciones ideológicas y su trayectoria política, y otra muy diferente es encabezar ese movimiento. Si se supone que la oposición está moralmente derrotada, si la derecha no tiene capacidad de organización, si la militancia de sus partidos está en desbandada, cómo es posible que, de la noche a la mañana, logre tal poder de convocatoria como para encabezar un amplísimo movimiento de mujeres. Quienes dicen que no se van a sumar a la movilización del día 9 porque el PAN la encabeza cometen un error: la movilización es el día 8, el 9 es el paro #UnDíaSinNosotras; y cometen una injusticia con las feministas al dudar de la legitimidad de su lucha. Afirmar que el PAN (o cualquier otra fuerza política) encabeza el movimiento solo porque algunas personas o agrupaciones se han trepado al carro del oportunismo, es francamente inconsistente y hasta absurdo.

Que el PAN, México Libre, CANACINTRA, el INE, Movimiento Ciudadano o cualquier otra organización política, empresarial, de gobierno o universitaria, llame al paro del día 9 y por ese motivo se suponga que el movimiento ha perdido legitimidad y está “manipulado” es una concepción que sólo puede provenir de la otra punta del oportunismo: la paranoia política.

En Masa y Poder, Elías Canetti sostiene que el poderoso es, por naturaleza, paranoico: “como tipo paranoico de mandatario podría designarse aquel que mantiene alejado de sí el peligro por todos los medios (...). El peligro está por doquier, no sólo ante él. Es incluso mayor a sus espaldas, donde podría no advertirlo a tiempo”. La paranoia política implica que la verdad, la justicia, los valores considerados positivos están solamente de un lado, precisamente del lado del mandatario paranoico, en tanto que el peligro, que está por doquier, está encarado en los otros, en los conspiradores, en los conservadores. El poderoso-paranoico no puede ser un sujeto ambivalente, contradictorio, dubitativo; no, para él solo hay negro y blanco, maldad y bondad sin medias tintas ni claroscuros. El conflicto está fuera de él, representado en todos aquellos que discrepen de sus perspectivas, de sus convicciones, de su misión superior.

En este sentido y con relación al paro nacional del 9 de marzo, es posible construir la hipótesis de que el oportunismo de la derecha es la otra cara de la moneda de la paranoia de AMLO y de algunos colaboradores y militantes de Morena. Y atención: la paranoia política no significa que los enemigos, o los adversarios de la 4T, son inventados o fantasiosos, en lo absoluto, son reales, poderosos y de enorme peligro. La paranoia política se expresa en la limitada capacidad para admitir la diferencia, el disenso, la ambigüedad, todo aquello que escapa al control total y absoluto. Y aunque se afirme que AMLO es el más feminista de los presidentes, lo cierto es que en su agenda el feminismo no ha ocupado un lugar central y, por lo mismo, la forma de hacer frente a la crisis de los feminicidios ha sido muy mala, por decir lo menos.

El propio gobierno federal ha terminado por aceptar sus evidentes limitaciones para atender la crisis de feminicidios. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, lo dijo así: “Reconocemos que llegamos tarde, que han existido limitaciones, que las políticas públicas no han tenido la eficacia necesaria para enfrentar el grave problema, y reconocemos nuestra responsabilidad como Estado de hacer frente a la violencia feminicida” (https://www.proceso.com.mx/618877/feminicidios-sanchez-cordero).

El pronunciamiento de la Doctora Sánchez Cordero es de enorme relevancia por tres motivos principales: i) reconoce que el problema de los feminicidios no ocupaba un lugar prioritario en la agenda, por lo que “he dado la instrucción de modificar las inercias institucionales: darle prioridad al tema, subirlo al primer nivel y cambiar la forma en que las instituciones hasta hoy actuamos”; ii) deja de lado las teorías conspirativas: “reconocemos las legítimas demandas de los diferentes movimientos feministas y reconocemos nuestra responsabilidad como Estado de hacer frente a la violencia feminicida”; iii) muestra a un gobierno menos insensible, dispuesto a escuchar y aprender: “a las mujeres de los diversos feminismos, las escuchamos y seguiremos escuchando: las puertas del gobierno están abiertas para el diálogo para aprender de ustedes, para escuchar sus demandas y sus propuestas”. Además de lo anterior, el comunicado de la Secretaria de Gobernación establece una serie de puntos que, sin llegar aún a ser un plan de acción, al menos dan luz hacia donde se debe trabajar. Usted puede consultar el comunicado completo (de donde son las citas textuales) en la siguiente liga: https://www.gob.mx/difnacional/articulos/comunicado-secretaria-de-gobernacion?tab=

Que el gobierno acepte sus yerros no significa que vaya a corregirlos, pero al menos es un pequeño avance, sobre todo porque evidencia que dentro del mismo equipo de gobierno de AMLO hay diferencias y que, en el caso de la crisis por los feminicidios, son las voces críticas al presidente las que se han dejado escuchar con más fuerza: entre el “decálogo presidencial” del 14 de febrero y las acciones del comunicado de la Doctora Olga Sánchez Cordero hay una enorme diferencia. Insisto, no es mucho, no hay resultados aún, no ha pasado nada, pero ha pasado mucho.

El oportunismo está a todo lo que da. Cada día se suben más empresas y organizaciones a la convocatoria al paro #UnDíaSinNosotras. Bien, qué bueno que lo hagan porque así podremos ver qué empresas, partidos políticos, ayuntamientos, gobiernos estatales y demás organizaciones son consecuentes con las demandas feministas y comienzan a transformar, con perspectiva de género, sus relaciones laborales, su publicidad, su normatividad, sus usos y costumbres, en pocas palabras, su perspectiva patriarcal. Y veremos también si el gobierno federal honra su compromiso: “El nuestro es un gobierno cuyo principal objetivo es acabar con las desigualdades y estamos empeñadas y ocupadas en dar resultados para cambiar las relaciones de opresión, explotación y violencia contra las mujeres”. Veremos, al pendiente.

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