Premio Nacional Carlos Montemayor

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Premio Nacional Carlos Montemayor:
un reconocimiento a las luchas sociales en México

 

Los movimientos reprimidos

Cuando hablamos de luchadores y luchadoras sociales en México ineludiblemente debemos referirnos a la represión por parte del Estado mexicano, a la que han sido objeto todos y todas ellas.

Nuestro pasado está sembrado por sus cuerpos desaparecidos, asesinados, martirizados. Las órdenes para llevar a cabo su anulación, constantemente, han sido hechas desde la cúpula del poder político y económico. ¿Cómo mujeres y hombres fueron aniquilados porque sus ideas y movimientos estorbaban a la “democracia” del país?, ¿Cuántas de esas órdenes salieron de Los Pinos?, ¿cuántas de ellas fueron dirigidas contra poblaciones enteras de inocentes cuyo “delito” fue anhelar una mejor vida?

El 11 de septiembre de 2022 se entregó el Premio Nacional Carlos Montemayor (PNCM) en el recinto que lleva el nombre del presidente que ordenó asesinar a otro luchador social, al zapatista Rubén Jaramillo Ménez junto a toda su familia un 23 de mayo de 1962; salón Adolfo López Mateos, de la otrora Residencia Oficial Los Pinos.

Antecedentes del premio

Hace 12 años nació el PNCM (no confundirlo con el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor) a raíz del doloroso deceso el día 27 de febrero de 2010 los integrantes de la Editorial Huasipungo Tierra Roja –que trabajaban en conjunto con el escritor, entusiasmado con las publicaciones que dicha editorial hacía, además de trabajar juntos en varias de estas– decidieron hacerle un homenaje. Vía el Foro Permanente por la Comisión de la Verdad, la idea rápidamente se transformó en crear un premio, que llevara el nombre del también intelectual y poeta de origen chihuahuense, el cual reconociera a las mujeres y hombres que han emprendido una lucha social en todos los ámbitos ya sea por la vía de las armas, por la no armada, en el de las artes (como el cine) o el periodismo y en pro de la transformación y justicia social. En entrevista previa al evento, David Cilia Olmos –uno de los integrantes del Comité Organizador del Premio, me narra: “Surgió en noviembre [2010], pedimos prestado el auditorio de la Asamblea Legislativa (...) y lo hicimos, pedimos apoyo a muchos compañeros solidarios que cantan (...) hicimos un homenaje muy bonito y entregamos un solo premio en aquel entonces a la periodista Verónica Villalvazo (...)” conocida como Frida Guerrera. Con solidaridad y mucho trabajo, el Comité, logró reunir 5 mil pesos para entregárselo a la premiada, fue la única ocasión que se otorgó un premio con dinero ya que era muy complicado, “porque no hemos recibido, hasta hace relativamente poco, ningún apoyo para hacer esto, todo ha sido por nuestra cooperación”.

Cilia Olmos, exintegrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, recuerda gratamente y con mucho orgullo una de las premiaciones realizada en 2017 en el Palacio de Bellas Artes, “distinguido” recinto custodiado por personal y policías que no estaban acostumbrados a un público compuesto de campesinos, obreros, mujeres y hombres de lucha: “Entonces desbordamos Bellas Artes, no cupimos (...) tuvimos que hacer un mitin afuera después de la entrega de los premios y allí estuvieron los premiados (...)”. Que en esa ocasión se les otorgó a: Rubén Sarabia mejor conocido como Simitrio (líder moral de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre), al médico José Manuel Mireles Valverde y a Nestora Salgado García, la única que pudo asistir al evento –con el peligro de que la aprehendieran ya que se encontraba asilada en Estados Unidos; viajó a México exclusivamente a recibir el premio. Los dos primeros encontrándose bajo prisión domiciliaria, Simitrio en Puebla y el médico Mireles en Michoacán.

En 2019 conquistaron Los Pinos, la insistencia y una gran dosis de necedad, lograron obtener un salón para llevar a cabo la IX entrega del PNCM; cuenta David Cilia Olmos “(...) fuimos de las primeras

organizaciones que entramos a los Pinos recién el cambio de gobierno, fuimos bien recibidos y a partir de allí nos han brindado mucho apoyo las personas que están a cargo de Complejo Cultural los Pinos”.

Cabe mencionar que esa fue la primera vez que yo personalmente asistí a esta ceremonia. Recuerdo que los premiados fueron los sobrevivientes que atacaron el Cuartel Madera en 1965 en el estado de Chihuahua, en lugar estaba “a reventar”, se sentía una gran camarería y emoción entre los asistentes, la mayoría de ellos ex combatientes de las guerrillas de los sesentas, setentas y ochenta.

Consideraciones para otorgar el premio

El criterio para elegir a los premiados es considerar su trayectoria como luchadores o transformadores sociales, esto no significa que se premie la jerarquía ni a líderes, si es que pertenecieron a una organización, “sino reconocer el trabajo que ha hecho, por la causa que sigue”. No necesariamente se descartan a personajes que no sean de la izquierda, como el caso de Concepción Calvillo Alonso, esposa de Salvador Nava Martínez dirigente panista y que fuera presidente municipal de San Luis Potosí. A ella se le premió en 2011 porque luchó, entre otras batallas, contra las mineras del estado; “nosotros optamos que independientemente de la afiliación política particular, nosotros vamos a entregar el premio por los ¡méritos de la lucha de las personas!”.

Crónica de la premiación (11 sep 2022)

Me acompaña al evento Yolanda Casas Quiroz, ex guerrillera que combatió en las filas de Los Lacandones, a sus casi 80 años luce radiante y fuerte sin dejar ver algún estrago de las torturas de la represión, al paso por el sendero que conduce al evento se encuentra con una excompañera de lucha, Rosa Guerrero ex militante de la Unión del Pueblo, exiliada que recuerda la tortura por el titular de la DFS, Nazar Haro. Más adelante, ella reconoce a otros ex combatientes de Oaxaca, y así la escena se repite por varios asistentes. Es como define Cilia: “para nosotros representó una oportunidad para encontrarnos, para reencontrarnos nosotros entre nosotros y para encontrarnos nosotros con otros sectores de población que habían dado una lucha(...) y que no habíamos tenido la oportunidad de hermanarnos”.

Conducido por el Dr. José Luis Guzmán, locutor de Radio Educación, que fue dando la palabra. Resaltaré, solamente, las intervenciones de los premiados. A todos ellos y ellas, en voz de Genaro Olivares Aguirre, se presentó al público con una breve semblanza.

  1. María Concepción Ávila González, el 5 de abril de 1974 elementos de la DFS llevaron a cabo la detención y desaparición de su hermano José de Jesús Ávila. Se une a Rosario Ibarra de Piedra para exigir a los gobiernos en turno, por medio de la lucha social, por la presentación de sus familiares desaparecidos por el Estado mexicano y la liberación de los presos políticos.
  2. José Bracho Campos, 1963-1967 integró la filas de la Asociación Cívica Guerrerense participó en la luchas sociales juntó con Genaro Vázquez, fue parte del grupo armado que llevó a cabo la excarcelación y liberación de Genaro Vázquez Rojas de la cárcel de Iguala el 22 de abril de 1968.
  3. Antonio Orozco Michel, se une a la Liga Comunista 23 de Septiembre, fue apresado varias veces, en su última detención efectuó junto con otros presos de la Liga la Operación 29 de mayo llevada a cabo el 22 de enero de 1976, donde logran fugarse de la penitenciaría Oblatos en el estado de Jalisco. Escribió el texto La fuga de Oblatos. Una historia de la LC-23S, posteriormente sirvió como base para realizar el documental de Acelo Ruiz: Oblatos el vuelo que surcó la noche.
  4. Tatiana Huezo Sánchez, cineasta de origen salvadoreño, ha realizado filmes que evidencian la realidad más cruenta que vive la población vulnerable ante el crimen organizado o los gobiernos autoritarios, como es el caso de El Salvador en su documental: El lugar más pequeño.
  5. Vicente Serrano Arroyo, conocido periodista sobre todo en las redes sociodigitales.
  6. y una mención honorífica para la luchadora social Elizabeth Mejía de Gyves.

Un intervalo musical fue abierto por el luchador social y cantautor Alfredo Tecla Parra, su familia ha sido una de las más golpeadas por el terrorismo de Estado mexicano; Arturo Rubio Tecla y Feliciano

Carrasco, éste último emocionó y desbordó a los presentes con la canción Hasta siempre de Carlos Puebla compuesta para Ernesto Che Guevara.

Susana de la Garza Montaño; quien fuera esposa de Carlos Montemayor; presidenta del Comité Organizador, hizo entrega física de los reconocimientos en placa grabada a cada galardonado. Después de la entrega de la presea a José Bracho numerosos presentes aplaudieron y gritaron al unísono consignas revolucionarias “¡Genaro vive, la lucha sigue, Genaro vive y vive, la lucha sigue y sigue! ¡No has muerto, no has muerto camarada, tu muerte, tu muerte, tu muerte será vengada!; ¡Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar por un gobierno obrero, campesino y popular!”.

Fragmentos de la intervención de cuatro de los premiados nos dicen:

María Concepción Ávila González “(...) En estos 48 años he sido parte de una lucha incansable por parte de las madres y demás familiares en exigencia de la búsqueda de justicia de nuestros desaparecidos sin obtener respuesta, nuestra tenacidad nos condujo no sólo a exigir la liberación de presos, perseguidos, desaparecidos y exiliados políticos de México sino (...) la denuncia pública a nivel nacional e internacional que los desaparecidos mexicanos eran consecuencia de una política de estado en donde se involucraba al Ejército, la Marina y diversos cuerpos policíacos estatales que fueron autorizados por el presidente en turno. Las madres como Rosario Ibarra, Matilde González, Delia Duarte, Esperanza Galós, Alicia Varga, Elisa Gutiérrez, Guillermina Moreno, sra. Salas, Juana Elena García, María de Jesús Garrón, María Pérez, doña Laura Gartán, la compañera Marta de los Ríos, Lucina Enestrosa, María Luisa Gutiérrez y otras más que dejaron la vida en esta lucha que aún no termina (...) ¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!”

José Bracho Campos con su voz afónica debido “a los estragos de la lucha” como él lo dice, inició su intervención saludando a Consuelo Solís –esposa de Genaro Vázquez– y a los hijos de éste. “Yo recibo el premio humildemente pero el premio es para mi organización la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (...) Genaro decía, recuerdo uno de sus puntos, por un gobierno de coalición popular de obreros, de campesinos y estudiantes lograr la independencia política y económica de México, decía Genaro y, por último, decía: por una sociedad donde no existan opresores ni oprimidos (...) voy a terminar con la consigna del compañero Genaro Vázquez: Lograr la liberación de México y una patria nueva o morir por ella. Hasta la victoria siempre ¡Venceremos!”. Varios de los asistentes, al unísono, repitieron la frase.

Antonio Orozco Michel: “(...) yo estoy aquí para darles voz a las compañeros y compañeras que iniciamos una lucha en marzo de 1973 (...) y que por nombre la denominamos Liga 23 de Septiembre (...) el reconocimiento no es sólo mío es el conjunto de compañeras y compañeros con los que he compartido momentos de la etapa de mi vida y militancia política de izquierda revolucionaria (...) cuando leí que el evento de premiación sería en este salón que lleva el nombre del presidente Adolfo López Mateos no pude dejar de lamentar que aún se mantengan los nombres de quienes encabezaron por muchos años el régimen autoritario, en un espacio que se recuperó para el pueblo (...) hemos dicho durante mucho tiempo que para los represores y asesinos de nuestro pueblo ni perdón, ni olvido”.

Vicente Serrano Arroyo: “(...) es un honor ver que este pueblo de México reclama esto que era de nosotros siempre, pero nos hicieron creer que estaba reservado para las fiestas con los chayoteros y los que aquí perversamente por muchos años maquinaron en contra de este pueblo (...)”

La entrega de los premios cerró con Paulina Lomelí Mejía, hija de Elizabeth Mejía de Gyves, pero se abrió un emotivo espacio para que hablara Consuelo Solís Morales: “(...) cuando me dicen la viuda de Genaro...¡No!, no soy su viuda, soy su esposa; Genaro vive, así como todos los compañeros que han ido quedando en el camino porque México tenga libertad, porque no haya tanta injusticia (...)”

El evento culminó con algunas palabras de uno de los motores del comité: David Cilia Olmos.

Consideraciones finales:

El PNCM representa el reconocimiento por parte de la sociedad civil, de otros y otras luchadoras sociales al igual que aquellos y aquellas que han contribuido al cambio social, a la labor transformadora que continúan realizando eslabones ocultos e incansables en su cotidianidad. Por otro lado, los asistentes –en su gran mayoría– también pertenecen a los y las cadenas que han realizado cambios en nuestro devenir histórico, los cuales muchas de la veces son casi imperceptibles pero dejan impronta, aunque muchas veces cuestionada. La labor del historiador, entre otras, es “observar los cambios lentos que a través de cientos de años transforman las estructuras económicas, las mentalidades o las instituciones que prologan su vida atravesando el espesor de los siglos”, como bien lo refiere Enrique Florescano.

El impacto de estas luchas no se ven doblando la esquina, lo que hicieron estas mujeres y hombres en los años pretéritos, apenas se está valorando por la sociedad misma; qué mejor sería si el reconocimiento fuera en vida de ellas y ellos. Lo importante, creo yo, es que se ha formado desde 2010 una colectividad de varias generaciones que viene reconstruyendo un pasado anulado por la historiografía oficial y conservadora, por otro lado, es una comunidad que se reconoce a sí misma por el dolor y la dicha que los hermana.

 

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