Gobernabilidad: Falla humana masiva

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Michael W. Chamberlin

Rompeviento TV a 26 de abril de 2022

 

Los expertos en comunicación política señalan que es necesario distinguir las crisis políticas de las crisis de comunicación. Una correcta comunicación puede ayudar a salir de la crisis política, si se conduce el problema hacia una solución y no sólo hacia modificar la percepción de esa crisis, pero la comunicación no es la política.

El caso de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, desaparecida el 9 de abril pasado en la zona metropolitana de Monterrey, es un buen ejemplo. Su desaparición generó una fuerte conmoción dado que desde las primeras horas se replicó en redes una serie de evidencias y testimonios de lo que vivió esa tarde, incluyendo una foto en la que aparece sola en una carretera oscura y aparentemente vacía. Es decir, aunque incompleto, había un relato de los hechos que denotaba las condiciones de vulnerabilidad a las que fue expuesta y que hasta ese momento la llevaron a su desaparición. Sin duda, la construcción del relato del caso de Debanhi, a medida que fue surgiendo más información, reflejó las condiciones en las que las mujeres en Nuevo León y en el resto del país, son agredidas de múltiples formas y por ello generó esa reacción tan amplia de indignación y empatía. La explosión del caso en redes generó una crisis en el gobierno de Samuel García.

El cuerpo de Debanhi fue encontrado el jueves 21 de abril en una cisterna de un hotel a unos metros del último lugar donde se tenía su rastro. La misma zona donde la estuvieron buscando por 13 días y después de cuatro cateos de la Fiscalía del Estado a las instalaciones de ese hotel.

El viernes 22 el gobernador publicó un video en sus redes sociales para comunicar tres mensajes: mostrar su consternación y simpatía hacia la familia, anunciar que se reuniría con ella momentos después, y que él no sabe de las investigaciones del caso dada la autonomía de la Fiscalía, a la que exhorta a ser transparente. Un asesor en comunicación habría sin duda aconsejado lo mismo: mostrar simpatía hacia las víctimas e involucrarse para buscar desescalar la crisis.

La crisis no sólo obligó al gobernador a manifestarse, lo hizo también el mismo día el fiscal Gustavo Adolfo Guerrero. Su manejo de crisis fue encontrar el cuerpo donde ya habían buscado, mostrar empatía con la familia, reiterar su compromiso con la investigación y desviar la presión diciendo que, si a la Fiscalía le toca perseguir delitos, al Estado le toca la seguridad. Días después, el hotel ofrece las grabaciones de sus cámaras de circuito cerrado, que antes había negado tener, donde se ve a Debanhi entrando a su predio.

Aldo Fasci, jefe de la policía, en apoyo al gobernador declaró: “Es una falla humana masiva. Ahí estuvieron cuatro veces y no encontraron nada y no es la primera vez que pasa. No es normal. Fue falta de atingencia en la búsqueda…”. Sin embargo, esta declaración no corresponde a la búsqueda de Debanhi si no a las más de 6 mil personas desaparecidas y aun sin localizar en Nuevo León, a las 39 mujeres desaparecidas aún sin localizar en los tres primeros meses de 2022, y a los 21 feminicidios reportados en ese estado este mismo año, de acuerdo a cifras oficiales. Esta es la falla humana masiva y la crisis por atender.

La proliferación de las redes sociales ha seducido a los políticos para dedicarse al marketing político y la autopromoción y en consecuencia ha atraído a los artistas a dedicarse a la política. Se confunde comunicación política con hacer política, percepción con realidad. Se prescinde de diagnósticos y de diseños de política pública basada en la evidencia; se ejerce poder y no se atienden obligaciones. Esto es particularmente grave en países como el nuestro, donde la violencia es generalizada y el estado de derecho es opcional, donde muchas mamás piensan que “este no es un país, es una fosa común con himno nacional”. Como lo mostraron las marchas de este fin de semana en 10 estados de la República, el hartazgo y la frustración son el denominador común.

En estos días el gobernador se ha mostrado en público por el caso de Debanhi en diversas ocasiones, incluso dejándose increpar por grupos de mujeres por este y otros casos. Existe un justificado reclamo por atender la crisis y no sólo la percepción que se tiene de ella con actos públicos, declaraciones o acciones sólo enfocadas a atender este caso en particular. La comunicación es crucial para manejar las crisis políticas, pero no puede suplir la política.

El manejo de la crisis y no sólo su percepción, tiene que ver con atender las recomendaciones del Comité de Desapariciones de Naciones Unidas, por ejemplo, que señala la importancia de crear una “política de prevención y erradicación de desapariciones”, para que ninguna mujer tenga ningún riesgo mientras camina sola por la noche en una carretera; para que la desaparición deje de ser “el paradigma del crimen perfecto”; para que “la impunidad casi absoluta” deje de serlo para todos los casos y no halle su excepción sólo en los casos que llegan a los medios o inundan las redes; para que se utilicen los protocolos de búsqueda inmediata y se sancione la negligencia ahora llamada “falla humana masiva”.

Este reto no es sólo para el gobierno federal, también es para los gobiernos estatales como el de Nuevo León. Para el gobernador será la oportunidad (como las que surgen en toda crisis) para mostrarse como un político antes que un influencer.

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