El neoliberalismo en las venas de la 4T

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Declarar eliminado o superado el neoliberalismo, pero al mismo tiempo utilizar sus conceptos, sus categorías, sus formatos, sus perspectivas económicas, sociales y políticas, es un rasgo de la 4T. En las áreas de la administración pública federal en las que se aprecia un intento por salirse de las pautas neoliberales, el resultado ha sido sumamente confuso y quizás incluso hasta fallido. En todo caso, lo que se puede apreciar es una suerte de esquizofrenia en la administración federal puesto que, por una parte, se cuestiona severamente al neoliberalismo y se trazan rutas de salida del modelo (otro asunto es que sean las correctas), al mismo tiempo que, habría un apego dogmático a las consignas y concepciones neoliberales. Por supuesto, el neoliberalismo en la administración federal tiene matices, grados, niveles de acentuación, de allí que en algunas dependencias es apenas una pálida sombra, mientras que en otras su huella es profunda, inocultable y perniciosa.

Con un carácter pretendidamente científico, la ideología gestionaria, también conocida como management, es una de las armas más poderosas del neoliberalismo puesto que impone sus modelos, sus consignas, sus fórmulas, prácticamente sin oposición e incluso sin crítica alguna. Por ende, es perfectamente comprensible que sea difícil escapar de los dogmas y paradigmas del management, columna vertebral del capitalismo neoliberal globalizado, pero de allí a reproducirlos sin reticencia alguna, sin una mínima reflexión, hay una gran distancia, más aún cuando se trata de un proyecto político que se dice distante, sino es que opuesto, al neoliberal. El de la 4T.

Por varias evidencias documentales es posible afirmar que el neoliberalismo circula por la administración federal, de allí que, pese a los reproches, críticas y satanización de este modelo, lo cierto es que sus fórmulas y conceptos siguen vigentes. Si, como dice Thompson, las ideas circulan a través del lenguaje, esto es, el lenguaje es el soporte de las ideologías, es posible afirmar que el neoliberalismo circula por las venas de la 4T. E insisto en el punto: no en toda la administración federal circula con la misma intensidad, pero hay dependencias en las que su presencia es contundente. Tal es el caso de la Secretaría de Turismo.

Hace unos días (el 26 de junio), el secretario de turismo de la 4T, Miguel Torruco Marqués, publicó en su cuenta de Twitter la siguiente joya: “Abriendo mercado para el #TrenMaya, voy a Belice y Honduras. Los turistas de alta gama gustan de la cultura Maya, artesanía, gastronomía, contacto con la población y la naturaleza. Iniciaremos vuelos para incrementar conectividad con la región, acorde al nuevo perfil del turista”. Más claro ni el agua: esto es neoliberalismo del más puro, desde la concepción que segmenta al turismo en alta, media y baja gama (o como sea), hasta la transformación de los territorios y la cultura de la península de Yucatán en “productos turísticos” (mexican curious) susceptibles de promoción y venta.

Las críticas al mal llamado tren maya por tratarse de un proyecto desarrollista que apunta a convertir a los habitantes de la península en mercancías para los turistas, de “alta gama”, no son injustificadas: el propio secretario Miguel Torruco Marqués así lo ha evidenciado. Sus palabras no dejan margen para la duda y aunque se vistan con los ropajes del management convertido en “estrategia turística”, en el fondo estamos ante un palmario ejemplo del neoliberalismo corriendo por las venas de la 4T… y del tren maya. Por cierto, las palabras del secretario Torruco recuerdan aquella desafortunada afirmación contenida en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del tren maya en el sentido de que “el etnocidio puede tener un giro positivo”. Las autoridades reconocieron que se trató de un error de redacción y que la frase debió decir “el etnocidio puede tener un giro positivo, el ‘etnodesarrollo’. A decir verdad y a la luz del tuit de Torruco Marqués, el “etnodesarrollo” tiene visos etnocidas bastante elocuentes.

Y si alguna duda cabe de que por las venas de la SECTUR circula la ideología neoliberal revestida del discurso managerial de la “planeación estratégica”, del “posicionamiento de mercado”, de la “segmentación de clientes”, la “diversificación de la oferta” o de cualquier otra fórmula con pretensiones racionales y hasta científicas, veamos su campaña para promover el llamado turismo de romance.

Tomada de: https://twitter.com/SECTUR_mx/status/1541105114928189441)

 

Estas acciones, productos, estrategias o lo que sean, orientadas a “diversificar la oferta y detonar la economía de las comunidades” son, por decir lo menos, indignantes por su inocultable racismo, por su clasismo, por su perspectiva folklorista de los pueblos originarios, por su cosificación de los y las indígenas, por su carácter explotador, vamos, hasta por su franca estupidez. No sorprende que la 4T promueva el turismo whitexican, toda vez que, como lo he señalado anteriormente, por sus venas corre el neoliberalismo, lo que llama la atención es que no asuma con total franqueza que esa es una de las perspectivas económicas y políticas de las que se nutre. La campaña promocional de la SECTUR del llamado turismo de romance es una nítida expresión del neoliberalismo en el corazón de la 4T.

Se puede argumentar que, así como una golondrina no hace verano, una desastrosa campaña de la SECTUR no es suficiente para afirmar que por las venas de la 4T corre el neoliberalismo. El problema es que no es solamente en la SECTUR donde podemos apreciar este fenómeno. En la llamada Nueva Escuela Mexicana se advierten también estos rasgos, como lo observé en una entrega de hace un par de años en este mismo espacio: https://www.rompeviento.tv/la-nueva-escuela-mexicana-preguntas-abiertas/. Y si quiere usted profundizar, o al menos sondear, en el tema, le sugiero revisar el Plan de Negocios de PEMEX 2021-2025. Comenzando desde el concepto de Plan de Negocios, el documento reboza de categorías económicas y manageriales propias del denostado neoliberalismo, ejemplos: cadena de valor, posicionamiento de marca, competitividad, análisis estratégico, Misión y Visión (así, con mayúsculas), el inefable análisis FODA y un largo etcétera. Si se piensa que estas categorías y conceptos son científicos y por lo mismo, prácticamente ineludibles, se está en un grave error. Son conceptos que responden a una perspectiva ideológica y política caracterizada por hacer del mercado el demiurgo universal que resuelve todos los problemas sociales a través de la competitividad. Como dice el profesor de la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal, Omar Aktouf, el management es el brazo armado del neoliberalismo.

El neoliberalismo corre por las venas de la 4T, eso está muy claro. Incluso el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que “si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción no sería del todo malo”.  Así, no sorprende el racismo, el clasismo, la folklorización de las culturas originarias, que trasudan los promocionales de la SECTUR. Si no hay corrupción (en el supuesto que no la haya), ¿qué problema hay?

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