Marco Castillo
Codirector de Global Exchange
La noche del pasado jueves 9 de diciembre, nos sacudió la noticia de que 54 migrantes perdieron la vida y 105 más resultaron heridos, muchos de ellos de gravedad, al volcarse un tráiler en el sureño estado de Chiapas, México. Este trágico suceso comprueba, una vez más, las consecuencias de las políticas antiinmigrantes se traducen en la muerte y desgracia para las familias en situación de mayor vulnerabilidad.
En los últimos años hemos sido testigos de violaciones sistemáticas y cada vez mayores de los derechos humanos contra personas migrantes y solicitantes de refugio en toda la región. El discurso de odio se ha generalizado y se ha convertido en la norma, profundizando la discriminación y permitiendo que continúen las políticas de xenofobia, como el “Programa Quédate en México” y el Título 42.
Esta realidad ha convertido a las personas migrantes y refugiadas en uno de los grupos sociales más vulnerables a la violencia, empujándolas a caer en manos de organizaciones criminales y obligándolas a tomar rutas que ponen en peligro sus vidas mientras emprenden el viaje en busca de seguridad y asilo. Es por esto que más de 150 personas viajaban escondidas en un camión, y por lo que 54, entre ellas 19 menores, perdieron la vida cuando éste se estrelló.
La administración Biden no ha cumplido su promesa de revertir lo peor de las políticas draconianas y antiinmigrantes de Trump. No sólo las ha continuado, sino que ha decidido expandir el Título 42 y el Programa “Quédate en México” para negar la entrada y el debido proceso a quienes buscan seguridad y refugio en los Estados Unidos.
Según un artículo reciente publicado en el New York Times, "desde marzo de 2020, cuando se implementó el Título 42, hasta fines de octubre, la medida se ha utilizado para devolver a los migrantes 1,3 millones de veces". Actualmente, hay más de 27,000 familias varadas en el lado mexicano de nuestra frontera compartida, esperando su derecho al debido proceso.
Sabemos que estas políticas violan los derechos humanos de los migrantes y refugiados y ponen a estas poblaciones ya vulnerables en grave riesgo de sufrir más persecución y violencia.
Estados Unidos ha impulsado una política antiinmigrante en los últimos años, confiando en que México operará como un tercer país seguro, dejando a miles de familias varadas en la frontera mientras esperan que sus casos se resuelvan en Estados Unidos, violando su derecho a estar en el país que consideren seguro, y exponiéndolas a múltiples situaciones y contextos de riesgo y vulnerabilidad.
En noviembre pasado, durante una reunión entre los presidentes de Estados Unidos, Canadá y México, donde se planteó la política de tercer país seguro, el presidente Biden se negó a abordar el MPP, y solo afirmó que continuarán juntos "trabajando como antes".
El trágico accidente que costó la vida a 54 migrantes muestra las consecuencias de hacer "política" y promover acuerdos que ponen en riesgo vidas humanas para preservar una "buena cooperación económica". Esto es inaceptable.
Los gobiernos deben poner fin a estos programas de muerte y concentrar sus esfuerzos en proteger la vida y los derechos de todos, pero particularmente de las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad, que buscan refugio de la pobreza y la violencia.
En Global Exchange creemos que es responsabilidad de los gobiernos de Centroamérica, México y Estados Unidos responder a la fallida política de tercer país, que pone a mujeres, niñas y niños en mayor riesgo de violencia y abuso. Continuamos nuestro trabajo para abogar por el fin del Título 42, el Programa “Quédate en México” y todo acuerdo de Tercer País Seguro.
Pero hoy, ahora mismo, les pedimos que nos ayuden a proteger a quienes enfrentan los riesgos más graves a medida que continúan estas políticas. Haga una donación a nuestro Fondo de Ayuda para Migrantes y Refugiados. El 100 % de los fondos recaudados se destinará a refugios de primera línea y organizaciones de ayuda legal en todo México que trabajan para proteger y apoyar a migrantes y refugiados.
Desde el pasado mes de agosto apoyamos albergues que brindan asistencia humanitaria a la población migrante en México. Es importante seguir aumentando este fondo, para que más niños, familias, mujeres y hombres puedan tener condiciones más seguras durante su paso por México.
Nunca otra noche como la del 9 de diciembre.
