La Columna Rota/ Verónica Villavazo (Frida Guerrera)
Durante estas semanas seguiremos compartiendo las cartas de Navidad de las Voces de la Ausencia. Gracias por abrazar el dolor al leerlas.
Lizbeth Mendoza Gómez es recordada por su mamá como una niña tranquila, seria, pero muy amorosa y expresiva, cuya mirada la hacía sentir mucha calma. Fue su primera hija, una niña muy amada. Un día como hoy, estaría cumpliendo 21 años, rodeada del amor de su mamá y de su pequeño.
En el año 2015, Lizbeth contrajo matrimonio con Rubén; se unió en pareja con él, como lo hace cualquier persona que decide formalizar una relación, con el objetivo de compartir un proyecto de vida, sintiéndose segura de la persona que le había demostrado ser, de sus sentimientos por él y de que era correspondida. De su relación nació un pequeño, que era todo el mundo de Liz.
Con el paso del tiempo, Rubén se mostró controlador, celoso, problemático, actitudes que laboralmente no le permitían estabilizarse. Por el contrario, era violento, y esa violencia arrebató la vida de Liz.
El 7 de julio de 2018, la policía se presentó en casa de Juanita, mamá de Liz, para pedirle que fuera por su nieto, de casi dos años, porque estaba llorando mucho y su hija no estaba. Rubén la había llevado a una clínica. Según su versión, los habían asaltado. El 28 de febrero de 2019, finalmente fue hallado culpable y sentenciado a setenta años de prisión. Así, dejó en la orfandad al pequeño de ambos.
A pesar de que la justicia llegó para Liz, su madre siente el crimen de su pequeña como si fuera el primer día. Y la extrañará eternamente.
Carta a mi flaca Lizbeth:
La Navidad para muchos es sinónimo de esperanza y felicidad. Para mí, recuerdos, nostalgias y tristeza, porque desde tu partida todo cambió; ya no sonrío como antes solía hacerlo, mi vida se apagó tan bruscamente. Ahora solo tu hijo, tus hermanas y Samanta son las que me hacen seguir luchando en esta vida.
Esta Navidad y Año Nuevo es para mí como cualquier otro día; ya no está tu sonrisa, tu manera tan loca de ver la vida, tus cantos, tus canciones, ya jamás volverás a estar en esta vida, feliz. Porque la vida es tan injusta, siempre arrebatándonos lo mejor de nuestras vidas.
Navidad sin ti no es Navidad. Yo sé que te gustaría mucho que pudiera disfrutar, pero, ¿sabes? Me haces falta. Ahora sólo tengo la esperanza de que algún día vuelva en otra vida a escuchar tu voz diciéndome te amo, como solías hacerlo.
Feliz Navidad y Año Nuevo mi flaca, hasta el cielo. Te ama mamá.
Enero 2021
Si eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo, de una mujer víctima de feminicidio, desaparición o intento de feminicidio, búscame, ayúdame a visualizarlas y a contar su historia. Voces de la Ausencia.
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