Indignación, perplejidad

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Esthela Treviño G.

 

¿Para qué existe la justicia, presidente, que no se aplica?

Parafraseando a Galeano

 

Este no es un texto periodístico, no soy periodista, tampoco es un texto de análisis político, no soy politóloga, ni producto de una investigación a fondo, no es mi objetivo aquí. Advertido el punto, este texto es para expresar mi perplejidad, mi desconcierto, mi indignación, es un relato que parte de interrogantes, tanteos y emociones.

 

“Siempre he pensado que el poder es humildad y me hincaría enfrente de los representantes de los pueblos indígenas[…] Pero no es eso solamente, es que podamos al mismo tiempo convertir el 2021 en el año de la justicia y que ya empecemos desde ahora.” (López Obrador en Sonora, 2019).[i]

 

Eso en la cita, la justicia, es lo que me lleva a estar aquí. El bienestar, contento y confianza cuando se aplica; la indignación, frustración y desasosiego cuando, aun estando a la vista, no se aplica. Voy a hablar de situaciones que involucran directamente al presidente López Obrador. De situaciones que, al menos para mí, son desconcertantes, por decir lo menos. Me perturba que el presidente diga tener las manos atadas para casos como los de Ayutla Mixe y Aldama, Chiapas, a pesar de que la injusticia está a flor de piel, cuando que para los pueblos yaquis nos alegramos de que finalmente se les vaya a hacer justicia: se les devolverán tierras y se les devolverá el agua. A Ayutla, después de casi cuatro años sin tener acceso al agua, no, “hay que conciliar”.

La justicia está por encima de todo.” (López Obrador, Mañanera 23/06/2020)

 

El agua y la tierra. Los pueblos yaquis y Ayutla Mixe

Los pueblos yaquis. Como tantos otros pueblos originarios, los yaquis han sufrido el desposeimiento de sus tierras y del agua; su lucha nunca ha cejado. Como lo asienta Alberto Nájar (2015), los yaquis han sido protagonistas de “la primera guerra por el agua en la historia de México”, con el gobierno de Sonora.[ii] En octubre de 2019 el presidente López Obrador se compromete ante representantes de las tribus yaquis a restituir el territorio expropiado desde el porfiriato y a respetar los derechos de uso del agua dotada por el general Lázaro Cárdenas.[iii]  En la Mañanera del 30 de abril de este año, el presidente vuelve a expresar su indignación por el despojo de tierras y “[...] lo más injusto es que los pueblos yaquis no tienen agua. Agua para uso doméstico, no tienen [...] agua para sus necesidades”; el agua de sus tierras despojadas, de la que han gozado las ciudades. Por ello y por la represión y exterminio de que fueron objeto durante el porfiriato, el gobierno de AMLO va a pedirles perdón en septiembre de este año, “el año de la justicia” —justamente cuando se conmemorarán los 200 años de la Independencia de nuestro país—. Quiero destacar, y su importancia se irá viendo a lo largo del texto, que en el caso de los pueblos yaquis, el originador del conflicto es un poder económico o político o criminal oportunista ajeno a la sociedad y cultura del agredido, que impone un desequilibrio gracias a una superioridad económica, política o criminal. Se trata este, el despojo a los pueblos yaquis, de un conflicto de desiguales en el que el presidente puede, por fortuna, mediar. Así, en agosto del 2020 declara:

“Se va a constituir formalmente una comisión de justicia para los pueblos yaquis. Pero no queremos que quede sólo en palabras o en papeles, queremos que se convierta en hechos, en realidades.”[iv]

Han de tener los pueblos yaquis la justicia por la que tanto han luchado, por la que tantas vidas se han perdido y, si así es, habrá que reconocerle al presidente López Obrador su intervención y firmeza en favor de lograr la justicia.

San Pedro y San Pablo de Ayutla Mixe, Oaxaca. En el caso de Ayutla Mixe, la situación es parecida a la de los pueblos yaquis —la antigüedad del hecho es irrelevante— con una diferencia abismal, a los ojos de López Obrador. Permítaseme hacer un muy sucinto recuento del problema. Como en muchos otros lugares de México, los conflictos, armados o no, tienen un trasfondo territorial o político. En este caso es un conflicto de tierras de tiempo atrás entre Ayutla Mixe y el municipio vecino de Tamazulapam del Espíritu Santo Mixe (con las necesarias simplificaciones, pues lo político jamás es ajeno). La disputa ha creado que Ayutla no pueda tener acceso a agua potable. Hay un único manantial que surte (surtía) de agua a Ayutla y del que también puede abastecerse Tamazulapam, aunque de facto no lo hace. No es difícil entrever que el agua se pueda convertir en un arma poderosa de negociación o sometimiento. Así ha sido desde 2017. En marzo de ese año el diario NVINoticias de Oaxaca informa que la guerra por el control del agua se agudiza, ya Ayutla no tiene acceso al único manantial del que se surtía pues está tomado por Tamazulapam. El 18 de mayo de ese año Tamazulapam se apropia de más tierras de Ayutla y desaloja a varias familias dejándolas sin casa. Para ese entonces las tuberías de agua de Ayutla que corrían del manantial a unos tanques ya estaban cortadas, según se asienta en un boletín de prensa emitido por las autoridades municipales de Ayutla Mixe y que publica el diario Crónica de Oaxaca el 21 de mayo de 2017.[v] El 5 de junio de 2017, gente armada de Tamazulapam no solo toma el manantial por la fuerza —donde varios pobladores de Ayutla resultan heridos, se lamenta una muerte y tres mujeres son secuestradas— sino que reclama la propiedad donde se encuentra. Los testimonios son contundentes y devastadores.[vi] La solución, a casi cuatro años de la privación del agua, de diálogos vacíos, de amparos y resoluciones sin efecto, es muy sencilla si el presidente quisiera intervenir: solo habría que reconectar cerca de 400 metros de tubería en propiedad federal para que Ayutla tuviera agua y, quizás, instalar a la Guardia Nacional como ya lo solicitan los habitantes de Ayutla.

Así que desde junio de 2017, Ayutla no tiene acceso al agua. Tamazulapam tiene secuestrada el agua. ¿Cómo, señor presidente, puede buscarse la conciliación, el diálogo, a lo que usted apela una y otra vez, ya por cuatro años, en tales circunstancias?

“[…] todo lo que sea injusto le compete al presidente.”

(López Obrador a E. Ledesma sobre Ayutla, Mañanera 26/03/2020)

La denuncia, con la indignación, la súplica y el desaliento acumulados, hecha repetidamente en las Mañaneras (y por otros medios) por el periodista Ernesto Ledesma, de Rompeviento TV, sobre la “falta” de agua potable en Ayutla Mixe, al igual que las innumerables ocasiones en las que ha expuesto, ha instado al presidente a intervenir para que cesen los disparos -a manos de paramilitares- desde Santa Marta Chenalhó hacia el municipio de Aldama en Chiapas, se ha topado siempre con la misma respuesta: el conflicto no es con el gobierno, es entre iguales (Mañaneras del 26/03/2020, 24/03/2021, 29/04/2021, y 14/05/2021), ambos bandos en cada caso “son indígenas, iguales”, mixes por un lado, tzotziles (Chiapas) por el otro. Se trata de un asunto intercomunitario por lo que tiene que resolverse mediante el diálogo y la conciliación.

Los pueblos yaquis, en cambio, son pueblos originarios desposeídos por una estirpe distinta con y en el poder: los gobiernos locales y hasta el federal. Se le ve, entonces, como una invasión, un ultraje, una colonización (p.ej., por el propio López Obrador, Mañanera del 30 de abril, 2021). Son muy significativas las palabras del presidente dichas en Pótam, Guaymas, Sonora, en el 2019: “El Gobierno, en un acto de humildad, debe reconciliarse con los pueblos originarios por los actos de represión, discriminación, racismo y saqueo que realizó a las comunidades indígenas.”[vii] Él, como jefe máximo, como representante de ese Gobierno, habrá de pedir perdón por los actos que realizó. Y habrá de reparar el agravio en el caso de los pueblos yaquis.

El contraste entre la situación de los yaquis frente a la de Ayutla dibuja la diferencia abismal que apuntaba yo líneas atrás. Lo que me deja perpleja, perturbada, casi sin saber qué decir, es que la naturaleza del perpetrador parece colorear la contienda a los ojos de quien tiene la autoridad superior o suprema de intervenir —ante el más que evidente fracaso, indiferencia o complicidad de las autoridades locales—. En pocas palabras, y perdóneseme que use el tan conocido dicho, “depende del sapo la pedrada”. Conflicto entre iguales, que se arreglen con sus propias piedras, de lo contrario la pedrada tendrá que ser de un sapo goliatesco.

La medida de la justicia debe ser siempre la misma, presidente, no importa cuán vieja sea la disputa ni quiénes sean los que infligen y los que reciben los agravios, los balazos que los están matando.

“¿Qué tendría que pasar presidente, cómo podría ser, porque si usted tomara la decisión [implora el periodista Ernesto Ledesma], si usted tomara la decisión, ese pueblo podría tener agua.” (Mañanera del 24 de marzo, 2021). Y esa voz, ese clamor hace eco y resuena en muchos, no en Goliat.

Vaya a Ayutla, visítelos, invita Ledesma al presidente en la Mañanera del 14 de mayo del presente año.

He estado.

De pasada.

Y así fue. Cantaba Cafrune Dios por aquí y no pasó. Andrés Manuel López Obrador, el presidente conferido con el bastón de mando, confeccionado en ese mismo pueblo de Ayutla Mixe, el presidente del pueblo, anduvo por allá y no pasó —agosto de 2019— “no me puedo detener”.

Y yendo de perplejidad en perplejidad: “Pero te voy a decir una cosa, ni por relaciones partidistas, ni por autonomías se puede uno detener cuando hay una injusticia”, le advertía el Presidente, pausada y enfáticamente, a Ernesto Ledesma en la Mañanera del 26 de marzo del 2020.

Dios por aquí y no pasó.

Ayutla no es un david para Goliat. El despojo de tierras y agua a los yaquis, sí. El tratamiento de la injusticia sufrida por los pueblos yaquis contrasta con el de la injusticia a la que sobreviven en Ayutla y Aldama. López Obrador exhorta a las comunidades de Oaxaca y Chiapas a la conciliación; si él ordenara la reconexión de la tubería en Ayutla estaría, según su decir, tomando partido. ¿No se dará cuenta de que al no intervenir en la disputa, al permitir que Ayutla siga siendo violentada en su derecho humano fundamental al agua, está tomando partido con la contraparte? Justamente, la Sra. Gloria Martínez Villanueva, habitante de Ayutla, declara hace unos días: “el gobierno está tomando partido [con] una comunidad a quien le teme”, haciendo clara alusión al presidente López Obrador.[viii]

Si el presidente ordenara a la GN posicionarse en Chenalhó, le reclama Ledesma, se detendrían las muertes, los heridos, los desplazamientos, los tantos que sufren de estrés postraumático y de otras condiciones humanas. En lo inmediato, es lo que anhelan. Y para mi sorpresa, indignación y desaliento, parece confirmarse mi conjetura; en la Mañanera del 14 de mayo, al referirse Ernesto Ledesma a la situación de Aldama, que sigue sufriendo ataques armados, López Obrador repite: “lo mejor es no tomar partido”. Y añade:

“[…] y si son paramilitares, si resulta que son delincuentes, que no viven en la comunidad, entonces pues actuar, pero la información que tenemos es que son conflictos que vienen de lejos, entre comunidades[…]”. ¡Por favor, señor presidente! No me quiero imaginar qué pasaría si usted fuera yaqui.

Ahora, el 3 de mayo de este prácticamente cuarto año de Ayutla sin agua, el Presidente destaca en su discurso de petición de perdón a los pueblos mayas —en ceremonia privada y frente al Presidente de Guatemala—:

“[…]no podemos decir que el presente es como el pasado oprobioso porfirista, porque ahora hay, […] sobre todo, una nueva voluntad de hacer justicia para bien del pueblo […]”.[ix]

Faltó, ¿falta la letra chiquita?

“Qué tendría que pasar presidente, porque si usted tomara la decisión […]”

En este año 2021, que el presidente desea convertir en el año de la justicia, si cuatro años de “impunidad activa, voluntaria”, cuatro años en los que “hay una complicidad, incluso un dejar hacer” —en palabras de Yásnaya[x]— no es una injusticia, la perplejidad y el desasosiego nos asfixian.

Y no me puedo sacar de la cabeza las palabras y la voz con la imploración “¿qué tendría que pasar presidente, cómo podría ser, porque si usted tomara la decisión, si usted tomara la decisión…”, y se me quiebra la voz, y se me sale el coraje, pero se me anima el corazón para sumarme a la súplica, a la exigencia, al grito por la justicia.

 

[i] AMLO, “Diálogo con pueblos indígenas en Guaymas, Sonora”, 26 de octubre 2019, Versión estenográfica, https://lopezobrador.org.mx/2019/10/26/version-estenografica-dialogo-con-pueblos-indigenas-en-guaymas-sonora/

[ii] Nájar, Alberto, “Yaquis: los combatientes de la primera guerra del agua en México”, BBC Mundo, 31 de agosto de 2015, https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150828_yaquis_mexico_guerra_agua_an

[iii] Diario del Yaqui,  https://diariodelyaqui.mx/ciudadobregon/devolveran-tierra-y-agua-a-yaquis/23363, octubre 2019. Ver también referencia en nota #1.

[iv] AMLO, “Plan de justicia del pueblo yaqui, en Vícam, Sonora”, 6 de agosto de 2020, Versión estenográfica, https://lopezobrador.org.mx/2020/08/06/version-estenografica-plan-de-justicia-del-pueblo-yaqui-en-vicam-sonora/

[v] https://cronicadeoaxaca.com/se-reactiva-conflicto-tamazulapam-ayutla/

[vi] Siete días Oaxaca, Conflicto entre Ayutla Mixes y Tamazulapan, video de EMESTOaxaca, https://www.youtube.com/watch?v=eECthxp_ATM

[vii] AMLO, “Diálogo con pueblos indígenas en Guaymas, Sonora”, 26 de octubre 2019, Versión estenográfica, https://lopezobrador.org.mx/2019/10/26/version-estenografica-dialogo-con-pueblos-indigenas-en-guaymas-sonora/

[viii] Rompeviento TV, Agua con A de Ayutla: el pozo de agua en Ayutla, simulación y fracaso de un proyecto millonario, 22/05/2020, https://www.youtube.com/watch?v=uIFlqQHUFXY

[ix] Pág. del Gobierno de México en Youtube, https://www.youtube.com/watch?v=HpCcYruXCMc&t=1s.

[x] Yásnaya Aguilar Gil, en Eugenia Coppel, “La defensora de lenguas que imagina un mundo sin estados”, Magis, edición 474

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