Ricardo González Bernal
Coordinador del Programa Global de Protección de Article 19
Poco a poco, las palabras de la feminista y activista Audre Lorde resuenan en el movimiento de derechos humanos: “El cuidado de mí misma no es un lujo, es el instinto de conservación convertido en acto político.”
Sin temor a exagerar, el ejercicio de la libertad de expresión implica riesgos concretos. La violencia continúa siendo utilizada como método de censura. En muchos otros casos, la censura toma la forma del acoso sistemático, a veces judicial y a veces en acciones que buscan minar la estabilidad emocional de quienes exigen justicia o igualdad. Las amenazas se concretan a lo largo y ancho del mundo.
Aunque la industria del miedo está promovida a menudo por militares y agentes de seguridad pública y nacional retirados, que ofrecen servicios a medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, sus intenciones son claras: Lucrar con una necesidad, implantar de manera artificial la visión de enemigo-amigo que tanto daño ha generado a la humanidad.
Desde una perspectiva histórica podríamos encontrar una referencia en los movimientos de resistencia a las invasiones y ocupaciones que tuvieron lugar durante los siglos XIX y XX. Una resistencia al poder político y económico que encuentra su mayor fortaleza en la autoprotección colectiva, el autocuidado, la impredictibilidad y la capacidad de adaptación ante un adversario burocrático, lento e incapaz de una respuesta flexible. Poco o nada tiene que ver con los movimientos de insurgencia, porque el objetivo no es la subversión o el derrocamiento de un sistema.
Para un número creciente de organizaciones de la sociedad civil, la seguridad no sólo implica la supervivencia o la ausencia de daños físicos. La seguridad es, en cambio, el delicado equilibrio de bienestar físico y emocional, el cual se cristaliza en la capacidad de expresarse en condiciones de igualdad, autonomía y libres de cualquier forma de violencia, dentro y fuera de Internet.
Sí, las amenazas son muchas y cada vez más evidentes, pero el movimiento de derechos humanos y periodistas independientes a nivel global se ha venido solidarizando, intercambiando experiencias, entrenando unos a otros, y así alejándose de esas visiones militaristas de la seguridad y, al mismo tiempo, nutriendo el concepto de seguridad humana más allá de las salas académicas y los pasillos de los foros intergubernamentales.
La seguridad desde una perspectiva holística, implica el fortalecimiento de capacidades y vulnerabilidades en el ámbito físico, psicosocial y digital. Ésta es una visión que propone un cambio radical de las percepciones sobre seguridad, amenazas y administración de riesgo que tradicionalmente han imperado en el movimiento de derechos humanos en México y en prácticamente todo el mundo.
El hecho de que una persona que defiende derechos humanos o que informa a la sociedad, tome tiempo para atender su bienestar es, en sí, un acto político, un acto de resistencia y confrontación directa a la injusticia. Durante décadas los gobiernos represores le han apostado al agotamiento -físico y mental- de las voces críticas.
La manera de hacernos más fuertes para resistir es cuidar nuestro bienestar.
gabriel acevedo
el simple ejercicio d la libertad , a secas, es censurado por la violencia. Nada mas incómodo para la corrupción autoritaria q el mal ejemplo d alguien q quiere ejercer la libertad en sus expresiones mas simples y cotidianas, no vaya a propagarse; el riesgo es inminente para cualquiera, está el entramado institucional y parainstitucional paa actuar en cualquier momento. Hace días iba conduciendo a mi casa; hao un alto y justo al detenerme junto a mi asa una patrulla de la policía estatal de Tamaulipas a toda velocidad sin hacer alto. Les grito diciéndoles q tengan cuidado, se detienen y me detienen, q por q les grito... por q si les hablo no me escuchan, les digo. Me piden mis papeles, todo en orden, y el jefe d la patrulla me reclama q, seguramente, soy d los q en Facebook los viven criticando. Se lo estoy diciendo d frente, le digo, y lo d Facebook se llama libertad de expresión, le aclaro. Le digo q, principalmente ellos como autoridad tienen q respetar las reglas, q no hacer alto puede ocasionar un accidente hasta mortal para alguien, incluyéndolos a ellos. pero, que tal si levamos una urgencia, me replica; pero no la llevan, le contesto. Van d regreso al cuartel(está cerca d mi casa) si llevaran prisa sería d salida e irían con las sirenas encendidas... con mala cara, actitud ya d enojo d entrega mis papeles y me deja casi con la palabra en la boca y se va...
Hace unos dos meses salgo d casa d mi mamá, veo q vienen caminando federales con armas en manos, alertas, solo haciendo una inspección visual por las casas; voy anejando, me miran pero no me detienen. Al llegar a la esquina hay otros dos federales parados. uno, recargado en un carro, el otro, simplemente parado a media calle. No era un retén, las camionetas d federales estaban estacionadas a la vuelta d esa esquina, donde sí tenían el retén e inspeccionaban rápidamente a los coches. Al llegar a la esquina el federal atravesado no se quita. Me detengo y le hago una señal para que se haga a un lado y me deje pasar. Me hace una señal para q lo rodee. Le digo q no, le repito la señal para q se quite, no se quita me hace la señal d q me baje del coche... me pide mis papeles, todo en orden, y en tono d franco enojo, sin gritar, pero disgustado, me dice q por q soy tan altanero(?), le digo q eso no es una infracción y q el echo d estar obstruyendo la vialidad sí la es, y q debe poner el ejemplo como autoridad. No sabe lo q estamos haciendo, me pregunta. Sé perfectamente loq están haciendo, contesto,pero eso no justifica q estes atravesado. Si fuera una situación d emergencia lo entendería, pero no la es; sigue siendo ud, altanero, me repite con un tono cada vez mas d enojo y hasta provocador. Le digo q si no tiene otra cosa d revisarme, le pido mis documentos... no se quita, lo tengo q rodear...
Voy conduciendo (otra vez?) hace meses, hay un triple retén, estatales primero, luego federales y lego militares. Los dos primeros me observan y me dejan pasar; iba manejando con mi hija d cinco años. antes del tercer retén -el militar- se amontonan todos los coches en un carril estando otro libre, tomo ese carril... un soldado me ve q no hago la paralizante unifila y lo toma como una frenta, si, exacto, me detiene...me pide mis papeles. Le pregunto q por q me detiene; ués por q ud parece tener prisa, me dice. Y eso es delito? le pregunto. Ud no es tránsito, le digo. Pero ahí están los tránsitos, me contesta, le puedo hablar a uno. Bueno, háblele, le digo. Se pone a revisar mi minivehículo. todo bien. Le reprocho q me detenga solo por q me atreví a tomar el carril libre, así se lo digo, abiertamente. Es mi trabajo, me responde. Adelante, le digo, Algo mas. Me da mis papeles, me retiro.
esto es algo muy sintomático, por eso lo describo, pero me pasa a cualquier nivel y en cualquier parte donde simplemente ejerzo mi libertad, mis derechos y hago la crítica d lo q veo mal, Amenazas d perder mi empleo (trabajo en sector salud publico) , hostigamiento laboral, indiferencia por parte d mis defensores sindicales... instituciones privadas q no toleran q les exhiba sus trampas q me cuestan dinero y me sabotean d alguna manera.
Censura por cualquier poder, especialmente los públicos, incomodidad por q simplemente quieren seguir con impunidad sin q nadie les estorbe.
Respeto y admiro el trabajo d periodistas e informadores honestos y valientes - los muy pocos q hay en México - q exponen su vida para q nosotros, en nuestra apatía, conservemos lo poco d libertad q nos queda