¿Quiénes son realmente Hillary Clinton y Donald Trump?

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Por Tinta Incógnita

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Hillary Trump

¿Quiénes son realmente Hillary Clinton y Donald Trump?

 

La carrera presidencial en Estados Unidos continúa, y este “Mega Martes”, 15 de marzo, cinco estados más votaron para elegir al candidato que representará a cada partido en las elecciones presidenciales de noviembre. Los favoritos siguen siendo los mismos, el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton. Pero algunas cosas han cambiado.

La novedad de este “Mega Martes” fue John Kasich, quien logró la victoria en Ohio, donde es gobernador, y ganó a todos los delegados de ese estado. Este resultado mantiene a Kasich en la carrera y complica un poco las cosas para Trump, pues ahora será más difícil que el multimillonario consiga los delegados necesarios para asegurar la candidatura republicana. De ser así, el partido tendría una disputada convención con resultados impredecibles.

Mapa rep 19 marzo

El perdedor de la noche fue, sin duda, Marco Rubio, quien no pudo ganar ni siquiera en Florida, el estado al que representa en el senado. Rubio fue ampliamente derrotado por Donald Trump, y esa misma noche anunció que suspendía su campaña. La esperanza del “establishment” republicano de detener a Trump queda ahora en John Kasich o Ted Cruz.

Por el partido demócrata, el senador Bernie Sanders quedó apenas 0.2% debajo de Hillary en Missouri, y 1.8% abajo en Illinois, pero no logró ninguna victoria. Con este pésimo resultado se detiene en seco el gran impulso que había logrado luego de su sorpresiva victoria en Michigan, donde las encuestas lo ponían 20 puntos abajo.

Mapa de 19 marzo

Con el resultado de este “Mega Martes”, Donald Trump y Hillary Clinton afianzan su ventaja en la carrera presidencial de Estados Unidos, pero aún faltan cuatro meses para que se elija al candidato definitivo en las convenciones de cada partido. Solo queda esperar, pero mientras tanto conviene empezar a conocer quiénes son realmente las personas que pueden llegar a controlar el país más poderoso del mundo.

Us race march 19

Donald Trump

Podría parecer que no hay nada que no se sepa acerca de Donald Trump, pues desde el inicio de su campaña ha tenido una intensa cobertura mediática, y aunque ésta es mayormente negativa, creo que ha sido uno de los factores a los que debe su enorme “popularidad” actual. Pero el pasado de Trump esconde algunos secretos y varias inconsistencias políticas.

Sus fuertes declaraciones contra los migrantes se vuelven ridículas una vez que se descubre que su madre era una inmigrante escocesa y sus abuelos paternos eran inmigrantes alemanes. Su apellido es heredado de su abuelo Friedrich, quien aparece en los registros de inmigración de EE.UU. como “Trumpf” y, según un biógrafo, el apellido original de la familia era “Drumpf”, un nombre que difícilmente llegaría a ser tan popular.

En cuanto a sus afiliaciones políticas, a pesar de sus recientes dichos conservadores, Trump no siempre fue republicano y su afiliación partidista ha cambiado en múltiples ocasiones. Hasta 1987 era demócrata, después fue republicano, también del Partido Reformista y en 2001 volvió a declararse demócrata. Salvo un breve periodo como independiente, Trump ha estado en el Partido Republicano desde 2009.

También sus posiciones políticas han sido muy variadas, calificadas incluso de “eclécticas, improvisadas y a menudo contradictorias”, y ha cambiado drásticamente de opinión respecto a temas como el derecho al aborto y políticas de salud. En una ocasión, Trump respaldó un masivo impuesto adicional a los ricos. Pero ahora quiere cortar esos impuestos a la mitad, por dar solo un ejemplo.

Una de sus supuestas “fortalezas” es su riqueza y su “éxito”, pero, aunque es cierto que ha hecho enormes cantidades de dinero, la situación sería seguramente otra sin la multimillonaria herencia de su padre. Además, sus finanzas no siempre han sido buenas, pues ha llegado al extremo de la bancarrota y muchos de sus negocios han fracasado.

Sus seguidores lo apoyan por “decir las cosas como son”, pero en realidad tiene un serio historial de mentiras. Según la página ganadora del Premio Pulitzer, Politifact, de 113 declaraciones de Donald Trump analizadas, solo 10 superan la categoría de “verdad a medias”.  Parece que Donald no está interesado en la verdad, ni en nada ni nadie en particular fuera de él mismo, su fama y su dinero.

Hillary Clinton

Aparentemente todo el mundo conoce a Hillary Clinton y no es para menos, es esposa del expresidente Bill Clinton y además ya hizo una campaña presidencial en 2008 con lo que, a pesar de perder contra Barack Obama, aumentó su reconocimiento y dio pie a que se asocie su nombre con la posición presidencial.

Por si fuera poco, el mismo Obama la nombró secretaria de Estado en 2009. En ese puesto, Hillary se hizo cargo de la política exterior de uno de los países más “involucrados” en la geopolítica mundial, con lo que se puso en el ojo del mundo en múltiples ocasiones, y quedó también envuelta en diversos escándalos.

Al analizar de manera crítica la vida de Hillary y sus decisiones políticas, nos damos cuenta de que es una mujer de principios endebles, que ha guiado su vida y sus ideales únicamente por la conveniencia política. Cambiará su postura cada vez que lo que defiende deja de ser conveniente para su carrera política.

Un claro ejemplo de esto es su apellido. Hillary Rodham es su nombre de nacimiento. A pesar de ser una fuerte luchadora en favor de las mujeres, y de querer mantener su apellido y su vida profesional como suyos cuando joven, no dudó en utilizar el apellido de su esposo para ganar peso político luego de que éste fuera gobernador de Arkansas y más adelante presidente de los Estados Unidos.

La ahora demócrata Hillary Clinton ha cambiado en su ideales, pues de joven fue republicana e incluso apoyó en 1964 a Barry Goldwater, quien ese año votó en contra de la Ley de Derechos Civiles que prohibía la segregación racial. Hillary también estaba en contra del matrimonio homosexual, y apenas en 2013 cambió de opinión. Una buena jugada, pues de no haberlo hecho seguramente no tendría la popularidad que tiene ahora.

Hillary ha invertido sus posiciones en muchos otros temas importantes: la inmigración, el control de armas, el Acuerdo Transpacífico, el encarcelamiento masivo y la guerra de Irak. ¿Dirá cualquier cosa para ser elegida? Por lo que hemos visto, parece que sí, pero la respuesta que dio Hillary en un debate reciente es otra: “en realidad, he sido muy consistente… a los mismos valores y principios”. Ya hemos demostrado que esto es falso.

Desde que fue Primera Dama, Hillary se ha visto envuelta en numerosos escándalos como el de Whitewater, los llamados “Travelgate” y “Filegate”, los conflictos de interés de la Fundación Clinton, la audiencia de Benghazi y, más recientemente, el escándalo por sus e-mails y su servidor privado como Secretaria de Estado. Por este último caso es actualmente investigada por el FBI.

Con un historial así, parece difícil de creer que Hillary sea la candidata favorita a la presidencia, pero la realidad es que la gente no conoce o decide ignorar estos hechos, y los republicanos, que normalmente se encargan de atacar a los demócratas, han estado muy ocupados peleándose dentro de su propio partido.

En esta carrera presidencial, Hillary Clinton no ha sido seriamente atacada; aparentemente, su oponente Bernie Sanders tiene la suficiente decencia moral como para no destruirla reviviendo sus escándalos y errores. Es más, pidió que dejaran de hablar de “los malditos e-mails” buscando centrar el debate y las campañas presidenciales en los problemas del país. Por su parte, Hillary ha atacado maliciosamente a Sanders en repetidas ocasiones.

No resulta muy razonable que una persona que es actualmente investigada por el FBI y de quien el 67 % de los ciudadanos desconfía, sea la candidata presidencial más “fuerte”. Pero olvidamos que el país que ha votado favorablemente por Hillary Clinton es el mismo que le da su apoyo para la presidencia al multimillonario racista y políticamente inepto que es Donald Trump.

Deberíamos estar intranquilos ante una posible presidencia de Hillary Clinton, y muy preocupados ante la popularidad de Donald Trump, pero parece que de quien realmente debemos preocuparnos es de los norteamericanos, que pueden hacer posible su ascenso a la Casa Blanca, poniendo en manos de estas controversiales personalidades al país más poderoso e injerencista del planeta.

Que Dios nos ampare. May God help us all.

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