Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal
Facebook: Psicoterapeuta Claudia Soriano Segoviano
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¿Para qué ir a terapia?
La curiosa paradoja es que cuando me acepto a mí mismo puedo cambiar.
Carl Rogers
Afortunadamente, cada vez es menor la resistencia de las personas a acudir a terapia. Hace no muchos años, era un tema tabú y nos causaba vergüenza decir que íbamos al psicólogo. La idea de reconocer que necesitábamos ayuda profesional era como aceptar que estábamos locos.
¿Para qué iniciar un proceso terapéutico? Por lo general, las personas que llegan a consulta lo hacen porque están atravesando una crisis de cualquier índole, y ésta les sobrepasa. Todos en algún momento de nuestra vida pasamos por circunstancias y situaciones difíciles de manejar. Una enfermedad, la pérdida de un ser querido, conflictos de pareja, dificultades en alguna relación, por mencionar algunas de las más frecuentes. Generalmente, cuando algo trastoca nuestra vida nos sentimos confundidos, perdemos la brújula, nos encontramos sin saber bien qué nos pasa, hacia dónde vamos y qué es lo que realmente queremos y necesitamos.
Hay muchas ocasiones también en las que las personas llegan a terapia debido a que llevan mucho tiempo viviendo enojadas, tristes, ansiosas, con miedo, estresadas, inseguras, bloqueadas, sin motivaciones… Casos en los que el inadecuado manejo de las emociones es el principal problema.
Y existen casos, los menos frecuentes, de personas que acuden a terapia porque desean conocerse más, y no es que en ese momento consideren que su vida les presenta dificultades, es por el deseo de sentirse mejor consigo mismas.
Cualquiera de las situaciones anteriores, y otras, representa una oportunidad para iniciar un proceso de autoconocimiento y crecimiento.
Cuando nos decidimos a pedir ayuda profesional, nos encontramos con la posibilidad de hablar con total libertad sobre una situación particular, lo cual en sí ya es terapéutico. Contamos con el acompañamiento de una persona que no sólo entiende lo que nos está ocurriendo, sino que además no nos juzga, y nos acompaña en el descubrimiento de entender qué nos sucede y qué alternativas de manejo existen.
En general, las personas repetimos patrones de conducta, una y otra vez, a pesar de que no nos satisfacen y, por el contrario, nos llevan a actuar de formas que no queremos.
Poder ver esos patrones inconscientes, nos brinda la posibilidad de modificarlos.
La mirada y atención objetiva, neutra y de aceptación incondicional de un terapeuta, nos da esa posibilidad. Además, el proceso terapéutico nos ayuda a adquirir nuevos recursos para potenciar nuestra inteligencia emocional, para vivir nuestra vida con mayor conciencia, plenitud, ligereza y libertad.
Y bueno, después de leer esto, ¿te animas a iniciar un proceso terapéutico?
Como siempre, me interesa conocer tu opinión, así que si quieres déjame tu comentario, y si te gustó el contenido, compártelo.
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