Libertad de expresión. Preámbulo

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Esthela Treviño G. @etpotemkin

Rompeviento TV, 6 de diciembre de 2022

 

Con este artículo quiero montar el escenario para sentarnos a comentar y debatir sobre la Libertad de Expresión y uno de los mecanismos más obvios que la limitan: la Censura; suelen ir de la mano.

Es un Preámbulo porque en la mesa colocaré algunos hechos de una forma escueta, donde, de momento, me interesa más que veamos los árboles que el bosque. En otra u otras entregas es indispensable abordar ese bosque o contexto.

El tema es vasto, un entreverado de condiciones y situaciones y de valores y de instituciones. Los debates: álgidos, dispares, donde a veces impera el único argumento de la «Libertad de Expresión es sagrada». Luego entramos al bosque.

Inicio citando el discurso de un personaje de Life and Fate (‘Vida y destino’), obra extraordinaria de Vasily Grossman, censurada, «secuestrada» ella misma. La ambientación: la Rusia Soviética durante la invasión Nazi en 1941. Me permito hacer la cita extensa porque la elección de palabras, de ilustraciones, y de contextos es extremadamente reveladora. Mi traducción del texto:

‘Sí camaradas´, dijo Madyarov repentinamente, ‘¿pueden imaginar lo que es tener libertad de prensa? Una mañana tranquila, después de la guerra, abres tu periódico, y en vez de editoriales exultantes, en vez de una carta dirigida por algunos trabajadores al gran Stalin, en vez de artículos acerca de una brigada de trabajadores del acero que han hecho una jornada extra en honor de las elecciones del Soviet Supremo, en vez de historias sobre los trabajadores en los Estados Unidos que inician el Año Nuevo en un estado de desánimo, de pobreza y desempleo creciente, ¡adivinen qué encuentran...! ¡Información! ¿Pueden imaginarse un periódico como eso? ¡Un periódico que provea información! [...]

‘En breve, te enteras de todo lo que ha sucedido en el país: buenas y malas cosechas; arrebatos de entusiasmo cívico y de robos a mano armada; la inauguración de una nueva mina y el accidente en otra mina; un desacuerdo entre Molotov y Malenkov, reportes sobre la huelga que ha estallado en protesta contra el director de una fábrica que insultó a un ingeniero químico de 70 años. Lees los discursos reales de Churchill y Blum en vez de los resúmenes de lo que “alegaron” [...]. Sí, y al mismo tiempo sigues siendo un verdadero ciudadano soviético.

‘Vas a una librería y compras un libro. Lees a historiadores, economistas, filósofos y corresponsales políticos de América, Inglaterra y Francia. Puedes averiguar por ti mismo en dónde se equivocan esos escritores —se te permite salir a la calle sin tu nana’. (p. 276-277)

 

Dos precisiones

Primera, la Libertad de Expresión es un derecho, un Derecho Humano; la relevancia de no perder de vista que es un derecho quedará expuesta más adelante.

Segunda, Expresión es un término que cubre áreas como: a) la manifestación verbal: oral, signada o escrita vertida en discursos de diversa inclinación: política, académica, científica, literaria, periodística y demás; b) las distintas formas artísticas: imágenes (pinturas, fotografías, carteles, cartones humorísticos, etc.); danza; escultura; teatro en cualquier tipo de espacios; performances; filmaciones (películas, documentales, videos, grabaciones); c) vestimenta y ornamentaciones corporales, más lo que falte.

 

Preguntas indispensables

El concepto de Libertad de Expresión parece tener un significado bastante directo. Nadie pregunta, por ejemplo, cuál es el significado de «Todo individuo tiene derecho a la vida».

El derecho a expresar nuestros pensamientos, opiniones, creencias, conjeturas, imaginaciones, ideas de cualquier tipo: fantásticas, científicas, religiosas, políticas, filosóficas, literarias, y un sinfín de tipos de ideas, es universal según se asienta en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En México ese derecho está afirmado en la Constitución por lo que el Estado se vuelve garante, protector de dicho derecho.

Ahora bien, lo que generalmente entendemos por derecho a la libre expresión es que somos libres de expresar si queremos y cuando queramos hacerlo. Pero también que tenemos el derecho a expresar libremente, nuestros pensamientos: nadie puede arrogarse el poder o derecho de impedirnos expresar algo —coartar la libertad— ni de obligarnos —ejercer coacción—a expresar algo.

Lo que vuelve compleja la discusión son preguntas como las siguientes:

  1. ¿Es la libertad de expresión un derecho irrestricto? Esta es la pregunta más espinosa y más estimulante; la pregunta que sigue ocupando la mesa principal del debate. Aquí solo queda planteada para explorarla en un siguiente artículo. Quedan algunas muestras en los casos que ilustro en las siguientes líneas.
  2. Este derecho tiene aplicación o “jurisdicción”, por así decirlo, en el ámbito público. En casa de su abuela está prohibido, so pena de ser corrido, hablar de política. ¿Usted apela a su derecho constitucional y demanda a la abuela?

¿Y el alcance de lo público?

¿Qué tal si se trata del kínder o escuelita en donde no está permitido hablar de religión? ¿O de una Universidad en donde está prohibido hablar de Lenin, Stalin y Mao?

¿Y las redes sociales? ¿La red?

  1. La libertad de prensa está subsumida en el derecho a la libre expresión. Permítame decirlo a rajatabla: ¿libertad de prensa siempre y cuando se ajuste a la “línea editorial”?
  2. La libertad de cátedra ¿también está amparada por la libertad de expresión? Desde luego, si la materia que corresponde impartir es Química cuántica, usted o yo no vamos a llegar a dar Literatura posmoderna. Pero tiene toda la libertad de hablar, presentar la teoría del superdeterminismo para explicar. p.ej., el fenómeno cuántico de la medición.
  3. El ámbito de lo público ¿es correlativo sobre si son espacios públicos o privados? Pensemos en los medios: TV Azteca, privado, y Capital 21 público. ¿Importa si reciben presupuesto del Estado?
  4. ¿Está subsumida la discriminación ideológica, en la libertad de expresión?

 

Casos de amenaza o franca violación a la Libertad de Expresión

  1. Expresión Artística

Pintura

En septiembre del 2010 se abre una exhibición en Los Ángeles, California, intitulada Siqueiros en Los Ángeles: La Censura Desafiada, con obras del muralista mexicano quien, en el breve tiempo que estuvo exiliado en esa ciudad en 1932, pinta tres murales, dos de ellos censurados y blanqueados, es decir, cubiertos con pintura blanca. El tercero se salvó: fue rescatado con todo y muro donde lo había realizado.

Siqueiros, quien estuvo en la cárcel en México por criticar al gobierno, es, en aquel país, censurado por sus indignas representaciones, a los ojos de aquel país institucionalmente racista e intolerante. Ilustrar a una mujer blanca, al lado de un hombre negro escuchando a un líder trabajador fue “insultante” para muchos norteamericanos blancos.

Aquí hay que ver el bosque. Una asomadita nada más: en los años 30 del siglo 20, solo los norteamericanos europeos —blancos— tenían derecho a votar, acceso a la educación, a adquirir tierras y a optar por la ciudadanía.

Plasmar a un indígena crucificado bajo un águila con las alas abiertas, emblema de los Estados Unidos, fue casi blasfemo. Incluyo una doble representación de ese mural intitulado América Tropical, pacientemente restaurado para la exposición antes citada. A Luis Garza, organizador de la exposición, se le da crédito por la versión colorizada:

Cine

En el campo de la cinematografía mexicana, el derecho a la libre expresión ha sido vulnerado en múltiples ocasiones. Canoa 1976, de Felipe Cazals, narra el linchamiento de cinco jóvenes por creer los habitantes de Canoa (Puebla) que eran estudiantes comunistas. Si bien se exhibió por unos pocos días, fue considerada “peligrosa” por el gobierno de López Portillo y silenciada por 10 años.

Rojo Amanecer, 1989, de Jorge Fons, tiene como escenario la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco durante el periodo del genocida impune Luis Echeverría Álvarez. Además de haber sido realizada casi en la clandestinidad, es el nefando Carlos Salinas de Gortari quien, al verla, exige que se eliminen todas las escenas que hacen mención del ejército, incluyendo la final. Pese a haber sido mutilada, las escenas recortadas pueden verse gracias a un par de copias de seguridad que se enviaron fuera de México.

La “película maldita”, enlatada por 30 años, la más emblemática de las censuras en México a la libre expresión, tiene una historia que es preciso conocer. Hablo de La sombra del caudillo, de Julio Bracho, exhibida en 1960 en un festival en la entonces Checoeslovaquia. Película basada en el libro homónimo de Martín Luis Guzmán, fue severamente censurada por el Consejo Supremo de la Legión de Honor Mexicana, integrado por varios generales militares cuando Gustavo Díaz Ordaz era Secretario de Gobernación de López Mateos.

Puede decirse que fue una censura militar. Uno de los más férreos oponentes fue el entonces Secretario de la Defensa Militar: el general Agustín Olachea Avilés en la presidencia de López Mateos. ¿El trasfondo? Aparentemente la matanza de Huitzilac por militares el 3 de octubre de 1927: el asesinato del general Francisco Roque Serrano y 12 militares, más un periodista, colaboradores del general fusilado. Se conjetura que Serrano, Secretario de Guerra y Marina con Álvaro Obregón, ambos viejos amigos, fue mandado matar bien por Obregón, bien por el general Plutarco Elías Calles.

 

Escultura

La escultura de Ismael Vargas, Sincretismo, ha causado polémica desde que fue inaugurada en agosto de este año en Guadalajara. Representa a la virgen de Guadalupe con motivos de una cosmogonía distinta. He aquí la imagen.

La representación del inframundo, y de la diosa Coatlique de la cultura Náhuatl son más que evidentes. Una diosa creadora, no una virgen. Hay quienes han solicitado, católicos principalmente, retirarla por profanar la imagen de la virgen de Guadalupe. El 27 de agosto se llevó a cabo una manifestación para protestar por esa escultura que consideran “blasfema”.

 

  1. Expresión discursiva, oral o escrita

Robert Faurisson

A Robert Faurisson, en Francia, se le ha tildado por la sociedad francesa como le négationniste —el negacionista—, «el falseador de la Historia», el académico más veces condenado por sus tesis; profesor de literatura de la Universidad de Lyon.

Faurisson fue acusado de emitir un «discurso antisemita». En 1979 fue hallado culpable de difamación y de incitación al odio racial, a raíz de unas cartas publicadas en el periódico Le Monde, donde niega la existencia de las cámaras de gas de los nazis. Fue condenado en varias otras ocasiones, desde entonces hasta unos cuantos años antes de su muerte en 2018.

Dos cuestiones hacen interesante, entre otras, este caso: la defensa que hace Chomsky de Faurisson y el alegato de este en cuanto a que tenía el derecho a enunciar las conclusiones de sus investigaciones en torno al Holocausto en conferencias y publicaciones de diversa índole, académicas y de divulgación.

Casos de negación del Holocausto ha habido varios; el reto que representan para la libertad de expresión es que son discursos de odio.

Discurso de odio, incitación a la violencia, propagación de falsedades

Justamente el rubro que precede ha constituido un argumento contestario de la primera pregunta planteada antes: ¿es irrestricto el derecho a la libertad de expresión? Pensemos en el caso más reciente, difundido y emblemático de Donald Trump.

El presidente Donald Trump fue, en un hecho sin precedentes, censurado en vivo por las cadenas televisoras ABC, NBC, CBS, PBS y Univisión. Al momento de estar dando su discurso en torno a las elecciones en noviembre del 2020 fue interrumpida abruptamente la transmisión, fue silenciado, y las razones de las televisoras fueron que propagaba afirmaciones sin datos, por tanto, falsedades.

A partir de ese momento también fue silenciado en las redes, Twitter y Facebook. Hubo quienes aplaudieron, otros quienes lamentaron la censura.

Trump ha manejado un discurso de odio contra judíos, mexicanos, negros y mujeres. Ha incitado a la violencia, misma que desencadenó en la toma armada del Capitolio de los Estados Unidos. Es un mentiroso patológico, un narcisista clásico, como lo expuse en «Patrocracia I», publicado en este medio.

En el caso más reciente en México, representado por Carolina Sanín, escritora colombiana, feminista, se ha desatado un debate interesante y acalorado. ¿Fue Sanín víctima de censura a su persona, como lo reclama ella misma?

La Editorial Almadía rescindió el contrato para publicar en México dos libros de Sanín. Si bien la Editorial no ha emitido ninguna explicación o comunicado respecto al hecho, la escritora ha dicho en sus redes que la razón de dicha rescisión fue su postura respecto al fenómeno de identidad de género.

Sanín, y el movimiento feminista en el que milita, se opone a lo que se ha dado en llamar la «ideología de género»; sus discursos han sido un tanto extremos y se le toma como una persona transexcluyente, parte de un movimiento que discrimina a mujeres trans, y que maneja un discurso de odio.

Para este caso es imprescindible argumentar si hubo una violación al derecho a la libre expresión; también, si se trata de un discurso de odio de ese movimiento feminista, y qué problemas plantea para la ley y la sociedad. Ya hubo un primer encuentro público organizado por Daniela Pastrana y tres invitadas: Jacaranda Correa, Gabriela Jáuregui e Ingrid Urgelles. Habremos de debatir con ellas en una colaboración próxima.

¿Cómo caracterizar el discurso de odio?

¿Qué constituye incitar a la violencia?

¿Hay de falsedades a falsedades?

¿Cuáles debieran ser los límites a la libertad de expresión si hubiera que tenerlos?

Termino con una pintura polémica

y una nota de humor:

 

Gracias a la libertad de expresión hoy

ya es posible decir que un gobernante es un inútil

sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco. Jaume Perich

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