Las 82 localidades con litio en México

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Violeta Núñez Rodríguez[1]

 

En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 (PEF 2022), quedó aprobado un monto de 34 012 680 pesos, como monto asignado para 2022, para el estudio de 82 localidades con litio en México, cifra que representa el 54% del monto total para los programas y proyectos de inversión del Servicio Geológico Mexicano (SGM). De manera específica en el PEF 2022 se indica, que se van a “Estudiar las características geológicas de 82 localidades con presencia de litio en el territorio nacional y definir áreas susceptibles de contener este elemento en calidad y cantidad suficientes, para ser consideradas económicamente viables”[2]. Sin embargo, en el PEF se enuncia una inversión federal total de 49 365 672 pesos (que contempla un monto del año 2021). No obstante, la directora del Servicio Geológico Mexicano señala que la inversión entre los años 2021 y 2022 será de 55.2 millones de pesos.

 

Pero ¿cuáles y dónde se encuentran estas localidades con litio en México?

 

Como observamos en el Mapa 1, de acuerdo con información del Servicio Geológico Mexicano, proporcionado mediante el “Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales” (INAI), las manifestaciones de litio, se expanden por una parte importante del territorio de la nación mexicana. De manera específica, en 18 entidades (Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas), hay presencia de litio.

En otra geografía de la República Mexicana, muy cercano a la Ciudad de México, el estado de Puebla, es el segundo estado con el mayor número de localidades con manifestaciones de litio. En éste están involucrados los municipios de Chiautla, Tehuitzingo, Izúcar de Matamoros, Tepeojuma, Zapotitlán, Chietla, Tepeyahualco y Guadalupe Victoria (véase Cuadro 2). De acuerdo con la información del SGM, entre las localidades, se encuentran dos ejidos, el de San Miguel del Milagro en Chiautla y el de San José en Tepeyahualco. Esto implica, como parte de las propuestas a discutir, en un posible proceso de reforma de Ley Minera o en la propia propuesta de la reforma energética (enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el 1 de octubre de 2021), que en todos aquellos ejidos donde se encuentre litio, con posibilidad de explotación comercial, sea llevada a cabo una consulta, y se especifique la forma en que se involucrará a los ejidatarios que detentan esa propiedad social. Es decir, se debe establecer el cómo se consultará e involucrará a los núcleos agrarios­. Al respecto, el actual Procurador Agrario[1] señala que se debe llevar a cabo una consulta minera, independientemente de si es un territorio indígena o no, aplicando el “principio pro persone”, que implicaría que “aquella legislación que es más beneficiosa para un sector de la población, tiene que ampliarse a otros sectores. En este caso el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece una consulta obligatoria en los territorios indígenas donde haya minerales, debería ser extendida a los núcleos agrarios” (Hernandez, 2021), es decir, la propuesta es no sólo una consulta indígena, sino una consulta agraria.

 

En cuanto a los municipios, se encuentran involucrados, un total de 55. En ellos se localizan las más de ocho decenas de localidades con manifestaciones de litio en México.

 

Sin embargo, la titular del SGM, señala que fueron detectadas más de 116 localidades con litio (véase Mapa 2), pero, expresa: “se hizo un cruce entre estas localidades y las Áreas Naturales Protegidas, las comunidades que pudieran estar siendo afectadas y las áreas ya concesionadas a empresas privadas” (Harp, 2021)[1], por lo que el total fue reducido a 82 localidades.

 

De acuerdo con la información del Servicio Geológico Mexicano, las 82 localidades se encuentran distribuidas de la siguiente manera:

 

En el estado norteño de Sonora, donde ya se encuentra uno de los yacimientos de litio, más importantes del mundo, a decir de la principal productora de este mineral en el planeta (la empresa china, Ganfeng Lithium), se registran 13 localidades con presencia de litio, en 12 municipios: Tubutama, Santa Cruz, Pitiquito, Nacozari de García, Huásabas, Aconchi, Soyopa, Ónavas, Suaqui Grande, La Colorada, Divisaderos y Nogales (véase Cuadro 1). No olvidemos que en este estado, algunos geólogos de la entidad (involucrados en los temas del litio), como los de Mine Crons, señalan que en Sonora existe un Valle de Litio (que ellos denominan el Lithium Valley) que comprende un corredor que abarca desde Bacadéhuachi hasta Sahuaripa, aproximadamente 100 kilómetros de largo (el cual se extiende hasta el estado de Chihuahua)[1].

En otra geografía de la República Mexicana, muy cercano a la Ciudad de México, el estado de Puebla, es el segundo estado con el mayor número de localidades con manifestaciones de litio. En éste están involucrados los municipios de Chiautla, Tehuitzingo, Izúcar de Matamoros, Tepeojuma, Zapotitlán, Chietla, Tepeyahualco y Guadalupe Victoria (véase Cuadro 2). De acuerdo con la información del SGM, entre las localidades, se encuentran dos ejidos, el de San Miguel del Milagro en Chiautla y el de San José en Tepeyahualco. Esto implicará, como parte de las propuestas a discutir, en un posible proceso de reforma de Ley Minera o en la propia propuesta de la reforma energética (enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el 1 de octubre de 2021), que en todos aquellos ejidos donde se encuentre litio, con posibilidad de explotación comercial, sea llevada a cabo una consulta, y se especifique la forma en cómo se involucrará a los ejidatarios que detentan esta propiedad social. Es decir, se debe establecer el cómo se les consultará y cómo se les involucrará a los núcleos agrarios­. Al respecto, el actual Procurador Agrario[1] señala que se debe llevar a cabo una consulta minera, independientemente de si es un territorio indígena o no, aplicando el “principio pro persone”, que implicaría que “aquella legislación que es más beneficiosa para un sector de la población, tiene que ampliarse a otros sectores. En este caso el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece una consulta obligatoria en los territorios indígenas donde haya minerales, debería ser extendida a los núcleos agrarios” (Hernandez, 2021), es decir, la propuesta es no sólo una consulta indígena, sino una consulta agraria.

El tercer estado con la mayor cantidad de localidades con litio, es Oaxaca, el cual está ubicado en el suroeste de la nación. Es decir, en el litio está involucrado el norte, el centro y el sur del país. En éste se registran los municipios de Santiago Ayuquililla, Ocotlán de Morelos, Villa de Tamazulápam del Progreso, San Pablo Huitzo, San Francisco Telixtlahuaca y Santiago Tamazola (véase Cuadro 3), como municipios con presencia de litio. Algunos de estos municipios están asentados en la región mixteca (Santiago Ayuquililla y Villa de Tamazulápam del Progreso) y en territorio zapoteco (Ocotán de Morelos), lo que también implicará discutir cómo llevar a cabo, en la propia propuesta de reforma constitucional, los procesos de consulta libre, previa, informada y culturalmente adecuada, como lo establece el Convenio 169 de la OIT. Pero esto no sólo aplica para el proceso de una posible explotación, sino desde el estudio inicial de los territorios de los pueblos indígenas, desde la prospección. Al respecto, el numeral 2, del artículo 15 de Convenio señala lo siguiente:

 

En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los recursos del subsuelo, o tenga derechos sobre otros recursos existentes en las tierras, los gobiernos deberán establecer o mantener procedimientos con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué medida, antes de emprender o autorizar cualquier programa de prospección o explotación de los recursos existentes en sus tierras (OIT, 1989).[1]

 

No obstante, el proceso de consulta, sería sólo uno de los pasos a fin de llegar a lo que sería el consentimiento libre, previo e informado, como también se establece en este instrumento jurídico vinculante, en sus artículos 19 y 32.

En otro estado del norte, Nuevo León, aunque el SGM reporta ocho localidades, únicamente están implicados dos municipios, el de Galeana y el de Bustamante (véase Cuadro 4), que contemplan dos ejidos, el de San Antonio del Salero y La Cardona. El primero de ellos, según el Registro Agrario Nacional, abarca cerca de 6 mil hectáreas. Sobre el segundo ejido, proporcionado por el SGM, es probable que el nombre del municipio o del ejido sean incorrectos, debido a que en el municipio de Bustamante no existe ningún ejido con ese nombre. Por su parte, el ejido La Cordona, está ubicado en el municipio de Mier y Noriega. Esto significa que la información vertida por el SGM, en términos de las localidades a estudiar, a fin de saber de su potencial de litio, tiene algunas imprecisiones.

Por su parte, en Durango, un estado del noroeste del país, se contempla estudiar siete espacios con manifestaciones de litio, en los municipios de Tlahualilo, Canatlán y Durango (véase Cuadro 5). En este último, se registran cinco espacios de estudio en el Ejido Hidalgo, un ejido que, al igual que en Nuevo León, no se encuentra en el municipio de Durango, como lo señalan los datos del SGM, lo cual corrobora las imprecisiones a las que hacia referencia.

En otros dos estados del norte del país, que hacen frontera con Estados Unidos, Chihuahua y Tamaulipas, se explorarán cinco espacios, respectivamente, con presencia de litio (véanse Cuadros 6 y 7). En la primera de estas entidades, son tres los municipios con este mineral, Aldama, “Cusihuirachi-Carichi” y Ahumada. Sin embargo, los datos oficiales del segundo municipio, lo nombran como Cusihuiriachi, sin la adición de “Carichi”. Por su parte, en la otra entidad, las localidades de prospección, se encuentran en Jaumave y Bustamante. En este último, el estudio se realizará en los ejidos El Caracol y El Aguacate, de más de 4,558 hectáreas y 2,591 hectáreas, respectivamente.

En tanto, en las entidades de Coahuila, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, San Luis Potosí y Zacatecas, hay tres localidades, en cada una de ellas, donde se explorará a fin de saber si el litio está en la cantidad y calidad suficiente para poder ser explotado en el futuro (véanse Cuadros 8 al 13). De estos estados, sólo en Hidalgo y Jalisco no hay algún ejido involucrado. En Coahuila, el ejido Nueva Delicias (el SGM señala el ejido “Nueva Delicias”, el cual no existe, por lo cual suponemos que se refiere a “Nueva Delicia”), del municipio de San Pedro, comprende una superficie de 19,619 hectáreas. Por su parte, el ejido Hernández, del municipio Villa de Ramos en San Luis Potosí, la superficie abarca 24,696 hectáreas. Estos últimos datos, además de mostrarnos las grandes dimensiones de los núcleos agrarios, nos regresa a la discusión de cómo se involucrará a los ejidatarios, no sólo en la prospección, sino en una posible explotación del litio.

 

En cuanto al ejido Campestre Primavera del municipio de Silao en Guanajuato, y el ejido San Francisco de Bernal en el municipio zacatecano de Melchor Ocampo, es importante indicar que pese a que el SGM, los enuncia como parte de las localidades de estudio para determinar la cantidad y calidad de litio, no existen esta propiedad social con este nombre. Esto significa que es probable que el estudio se esté llevando a cabo en otro ejido o en otra localidad de estas entidades, y no en las enunciadas por el SGM.

Finalmente, en los estados de Chiapas, Michoacán, Morelos, Sinaloa y Veracruz, se estudiará una localidad, en cada uno de ellos, en donde hay presencia de litio. En éstos, como se muestra en el Cuadro 14, no está contemplado algún ejido.

En suma, de las 116 localidades con manifestaciones de litio, 82 son las localidades a estudiar por el SGM, en 18 estados de la República Mexicana, y en 55 municipios. Algunos de estos se encuentran en territorios indígenas y otros sobre propiedad social, en específico en ejidos, por lo que es recomendable que, en la propuesta de reforma constitucional en materia del litio, se consideren diferentes procesos de consulta y de consentimiento otorgados por los pueblos y por los núcleos agrarios.

 

Aunado a esto, es importante indicar que, pese a que son 82 localidades las implicadas en el estudio actual, esto no quiere decir que en un futuro no se puedan incorporar otras, e incluso algunas de las que se pudieran descartar en este momento, quizá podrían ser reconsideradas en un futuro, a partir de nuevos métodos de extracción o de algún desarrollo tecnológico que pudiera facilitar su explotación.

 

Como parte de las metas del año 2021, indica la titular del SGM, se habrán verificado 52 localidades. Al respecto, llama la atención la velocidad con la que se ha realizado este proceso, sobre todo cuando la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier había comentado que la exploración tardaría varios años. No obstante, a octubre de 2021, indica la responsable del SGM, ya han sido verificadas 45 localidades. Esto significa que la prospección ha sido muy rápida. Sabemos de la gran premura por conocer desde México, cuánto litio hay en nuestro país (sobre todo, en el proceso de la transición energética mundial), pero la duda es si tal premura no podría minimizar el cálculo realizado por una parte del gobierno mexicano.

 

Entre los resultados de la verificación, apunta la directora del SGM que, en México, lo que predomina es la arcilla (como lo observamos en el Mapa 3), sin embargo, recordemos que para la principal productora de litio en el mundo, la empresa china Ganfeng Lithium, esto no es problema alguno. Por el contrario, de acuerdo con su información, no sólo puede completar el proceso de extracción de litio en arcilla en poco tiempo, a una velocidad similar a la de la extracción de las otras manifestaciones de litio, “sino que también puede completar la extracción de litio a un costo menor, similar al de la extracción de salmuera” (Ganfeng Lithium, 2020). Esto significa que la predominancia de litio en arcilla, no es obstáculo, y menos lo será en un futuro. Es por esto que, frente a los resultados obtenidos, y las posibles prospecciones y descubrimientos de manifestaciones de litio a futuro, es importante que quede esclarecido a quién le pertenecerá el litio (no sólo el mineral, sino las ganancias), y qué sucederá en los territorios de los pueblos y núcleos agrarios, de lo contrario quedará disponible a la iniciativa privada, como los 118 minerales enunciados en la Ley Minera, que mediante las concesiones les pertenecen a las empresas mineras.

 

Esta historia, no la podemos y no la debemos seguir repitiendo.

 

[1] https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_345065.pdf

[2] https://www.youtube.com/watch?v=B1pkaRhMUl4

[3] Mine Crons (2021). “Ciclo de conferencias ¿Qué onda con el litio?”, Iniciativa México Ponte las Pilas. Disponible en https://ms-my.facebook.com/M%C3%A9xico-ponte-las-pilas-102638091925880/videos/que-onda-con-el-litio/463675011655709/?__so__=permalink&__rv__=related_videos. Consultado el 28 de diciembre de 2021.

[4] Disponible en https://es-la.facebook.com/UDUALredsocial/videos/485536666116210/. Consultada el 28 de diciembre de 2021.

[5] https://www.youtube.com/watch?v=B1pkaRhMUl4

[6] Profesora-investigadora de la UAM-Xochimilco.

[7] Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2021). Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, SHCP, México. https://www.pef.hacienda.gob.mx/work/models/bzPX2qB5/PPEF2022/qgp8v2PM/docs/10/r10_lau_pie.pdf. Consultada el 12 de diciembre de 2021.

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