De acuerdo con la información que ha circulado en medios de comunicación y redes sociales, las diferentes vacunas para protegernos del COVID 19 estarán listas para su aplicación masiva dentro de algunas semanas. Jamás se había desarrollado una vacuna en tan poco tiempo, apenas unos meses, desde que se presentaron los primeros casos hasta la actualidad. Y si bien la noticia de la existencia de una vacuna es de enorme relevancia, el otro gran reto es emprender las campañas de vacunación masiva en todo el mundo para lograr la mayor inmunidad en toda la población. No es un problema menor, habida cuenta de las exigencias para el transporte, almacenamiento y aplicación de las vacunas (diferentes, según el laboratorio que la haya producido), en particular, la red de frío necesaria para preservar las vacunas. A estas exigencias hay que añadir las condiciones propias de cada país: capacidades logísticas, vías de comunicación, accesibilidad de su población, entre muchas otras. Si el acceso a la vacuna es mucho más complicado para los países pobres, en las campañas de vacunación se expresarán con toda crudeza las enormes diferencias sociales que prevalecen en el mundo; hasta el momento, no se observan iniciativas de cooperación internacional, por lo que cada país deberá resolver los escollos para la vacunación con sus propios medios.
Los laboratorios cuyas vacunas están más desarroolladas y ya en etapa de pruebas masivas son AztraZeneca-Universidad de Oxford, Pfizer-BioNtech y Moderna en alianza con institutos de salud de los EU. Las diferencias de precio y de condiciones de almacenamiento y traslado entre una vacuna y otra son importantes y probablemente uno de los criterios de mayor peso al momento en que los países decidan comprar entre una u otra; el rango de precios va desde los 3 euros (AztraZeneca-Universidad de Oxford), 15 euros (Pfizer-BioNtech) hasta los 21 euros por dosis (Moderna). En cuanto a las condiciones de frío que requieren, la vacuna de Pfizer-BioNtech necesita temperaturas de -70ºC, en tanto que la de La Moderna requiere -20ºC y la de Aztra-Zeneca entre 2 y 8ºC (https://elpais.com/ciencia/2020-11-23/las-diferencias-abismales-entre-las-vacunas-de-pfizer-moderna-y-oxford.html?fbclid=IwAR0UNReUD5ptolsVhSodm2cTU4JdS04U5B2rts4MwhtqK1pc2ukfVZ-6Igg). Por precio y condiciones de almacenamiento, a primera vista la vacuna de AztraZeneca-Universidad de Oxford parecería la mejor opción de compra, sin embargo, seguramente hay otras condiciones a considerar para adquirir una u otra vacuna, como disponibilidad, compromisos de los laboratorios, acuerdos con los gobiernos, entre otras posibles. A pesar del optimismo por la rápida creación de las vacunas, es muy pronto para echar campanas al vuelo puesto que a ciencia cierta, y no obstante las muchas pruebas a las que han sido sometidas, los efectos a largo plazo de las vacunas en el organismo son desconocidos.
Si todo marcha según lo esperado, en pocas semanas seremos testigos de un hito mundial: el inicio de la campaña de vacunación masiva más grande que jamás se haya visto. Independientemente del laboratorio que haya creado la vacuna, la tarea de vacunar a miles de millones de personas implica un esfuerzo médico, logístico, financiero y humano de enormes proporciones. Quizás no sea exagerado afirmar que estamos ante una de las más grandes proezas emprendidas por la humanidad, sin embargo, la tarea es muy ardua y las condiciones estructurales de cada país permiten avisorar resultados sumamente heterogéneos: mientras que en algunos países y regiones la vacunación tendrá muy amplio alcance en el corto plazo, en otros serán necesarios varios años para lograr una amplia cobertura. De cualquier forma, el éxito de la gigantesca campaña de vacunación depende en gran medida de la articulación de esfuerzos entre gobiernos, sector privado, instituciones educativas, fuerzas armadas e inclusive iglesias y otros sectores sociales.
La producción de la vacuna ha sido el resultado esencialmente de la investigación en laboratorios privados, en tanto que la vacunación masiva tendrá que hacerse básicamente con recursos públicos y a través del trabajo de coordinación emprendido por los gobiernos de todo el mundo. En México, la inminente campaña de vacunación es probable que coincida en el tiempo con las campañas electorales por lo que será necesario evitar que los diferentes partidos políticos aprovechen la cirunstancia para atraer votantes. Por otra parte, llama la atención que los recursos necesarios tanto para adquirir la vacuna como para las campañas de vacunación, no estén etiquetados en el presupuesto del 2021.
En el complejo escenario en el que nos encontramos, hay que reconocer que la red de vacunación en el país, pese a todas sus limitantes, funciona adecuadamente, por lo que se espera lograr la cobertura necesaria. Si bien el neoliberalismo destruyó una buena parte del sistema público de salud en México, la cohesión institucional y el trabajo comprometido del personal de salud (enfermeras, médicos, médicas, personal administrativo, mandos medios, etc.) logró que la red para las vacunaciones masivas y gratuitas siga operando. Esa es una de las grandes fortalezas que México tiene.
** Amables lectoras y lectores: debido al tratamiento oncológico que estoy siguiendo, mi colaboración en Rompeviento TV se verá interrumpida temporalmente. Les agradezco el seguimiento a esta columna, espero en breve regularizar mis colaboraciones.
