Elecciones EU 2020: Estado de incertidumbre

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Cualquier resultado impactará a México

 

El 3 de noviembre de 2020. Estados Unidos (EU) se enfrenta a una elección presidencial decisiva que enfrentará al presidente Donald Trump contra un candidato del partido Demócrata, candidato aún por decidir.

El  Interés en las próximas elecciones es alto porque es una elección cruda y tensa, y las posibles ramificaciones son enormes: por un lado la reelección de Trump y su “America first” con un abierto  nacionalismo racista; por otro lado, un demócrata todavía por elegir, un demócrata que deberá ser capaz de movilizar a millones de electores que rechazan la ideología y la política de Trump.

Este es un momento muy problemático para los Estados Unidos, y a poco más de un año de las elecciones, las predicciones son inciertas, sin embargo, está claro que ambos partidos se preparan para pelear hasta el final. Si en la actualidad el electorado se inclina hacia los republicanos, los demócratas necesitaran una mayoría militante entre los jóvenes y también recurrir a la comunidad afroamericana para ganar. Próximamente se dejará ver la guerra sucia electoral y las consecuencias de esta elección - sin importar el resultado- se sentirán profundamente a México.

Si Trump permanece en el poder, México seguirá siendo sujeto a la misma política de intimidación y al Bullying racista del presidente Trump. Las amenazas sobre posibles aumentos de tarifas arancelarias si México no accede a la política de inmigración de Trump, mantendrán su mismo tono. En los Estados Unidos, millones de  residentes de origen mexicano seguirán siendo asediados y señalados por agentes o grupos extremistas.

 

Inclinación hacia Trump

 

Hace casi tres años, en las elecciones de 2016, Trump venció a Hillary Clinton con los votos electorales del ”Colegio Electoral” al nivel estatal, pero en el plano nacional y en número efectivo de votos electorales, Trump salió con tres millones de votos menos que Clinton, aun así, Trump alcanzó la  victoria “técnica” y obtuvo la presidencia. Los estados de Michigan, Pennsylvania y Wisconsin, le dieron la victoria al conseguir el voto de los electores blancos y de aquellos electores resentidos con los Clinton.

Las mismas anomalías en la distribución sesgada de los votos electorales, junto con las técnicas republicanas bien afinadas para reducir la participación de los votantes en las comunidades de color, continuarán beneficiando a los republicanos en 2020.

 

Para acabar con el poder del Donald Trump y asegurar su derrota, los números en su contra tendrán que ser inequívocos y abrumadores. Sólo una victoria con estas características, podrá clavar una daga en el corazón del movimiento ultra-nacionalista que el presidente Trump ha creado.

La victoria no será fácil, pero el rechazo hacia Donald Trump es profundo, generalizado y vigoroso.

 

La Resistencia

 

El rechazo comenzó en cuanto se anunció como presidente de los EU a Donald Trump y se fortaleció al poco tiempo de asumir la presidencia, en cuanto los ataques en contra de los inmigrantes y refugiados comenzaron.

Al nivel nacional, el empuje contra la administración de Trump se hizo evidente después de la diferencia en el voto popular del 2018.  En las elecciones de medio termino se registro uno de los más altos  porcentajes de electores inscritos en más de un siglo, los demócratas ganaron 39 asientos/lugares en la Cámara de Representantes.

Para millones de votantes demócratas, la elección del 2018 fue grata, pero incompleta, sin embargo arrojó elementos importantes: resucitó la promesa de nuevas investigaciones en contra del presidente Trump con la posibilidad de ser juzgado; se incorporaron voces nuevas, frescas y fuertes en el congreso y en el escenario nacional, como es el caso de Alejandra Ocasio-Cortez y su equipo.

El retorno de la fuerza demócrata en 2018 fue impresionante, más de nueve millones arriba de los republicanos, pero algo quedó muy claro, los republicanos se protegieron al nivel estatal, usando su poder para redistribuir los votos en distritos importantes a favor de sus candidatos. Este término se conoce como Gerrymandering.

En 2020, Los demócratas se enfrentan de nuevo a la posibilidad de la intervención rusa en las  elecciones por medio de las redes cibernéticas y otras prácticas ilegales de interferencia, obviamente, en beneficio de los republicanos y del presidente Trump.

El senado controlado por los republicanos y Trump, ha rechazado toda medida para prevenir la intervención rusa o de otro gobierno, esto continúa siendo una amenaza real de dimensiones desconocidas.

 

¿Por qué las artimañas?

 

La mayoría de los republicanos en el poder son de edad avanzada y… “blancos”, saben que su poder va en decadencia, esto en medio de cambios hacia una nación más democrática y multicultural, que incorpora nuevos votantes y nuevos valores. Es por eso que le han declarado la guerra a los migrantes, ejecutando deportaciones masivas y alterando el sistema electoral en contra de las minorías.

La más reciente controversia cometida por la administración de Trump es incluir una pregunta sobre “la ciudadanía estadounidense” en el próximo censo federal.

La idea es asustar a los indocumentados y sus familias para que no sean contadas en el censo, por temor a ser identificados. De este modo podrían ocultar o disminuir el número real de comunidades de “color’ o minorías con posibilidad de votar. La Suprema Corte estadounidense dudó convertir el censo federal –lo que supone que es un conteo objetivo-- en una arma que disuelva la representación de las comunidades que dan hogar a los migrantes y minorías.

 

¿Tienen los demócratas las armas para derrotar a Trump?

 

Actualmente, los demócratas cuentan con más de 20 candidatos para las nominaciones del partido. Algunos de ellos son, Joe Biden, Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Pete Buttiggieg, and kamala Harris, y otros más. Estos candidatos han ganado fuerza, recaudando millones de dólares y han alcanzando posiciones importantes en las encuestas.

 

La competencia sigue en pie

 

Joe Biden, anterior vicepresidente de Barack Obama, es el más conocido de los postulados. Biden es considerado como el más “seguro” de los candidatos. La estrategia de los republicanos será el ataque en contra de los demócratas como proponentes de peligrosas ideas socialistas.

La esperanza reside en Biden, con la experiencia política que adquirió durante los años de Reagan, como un demócrata moderado tradicional. Biden sirve como un antídoto a las posibles acusaciones  de “simpatías” comunistas, sin embargo Biden no se desempeño como se esperaba en los recientes debates del partido demócrata, y esto sirvió para recordarnos que la competencia sigue abierta.

Candidatos demócratas menos conocidos como Julian Castro, Andrew yang y Tulsi Gabbard han incorporado elementos importantes en la discusión y el diálogo. Castro ha propuesto despenalizar el cruce ilegal en la frontera; Yang propone un salario mínimo universal de 1000 dólares para cada estadounidense; Gabbard (veterano de la Guerra de Irak) ha propuesto la renuncia absoluta a las guerras de EU para “cambios de régimen” en otros países.

Sin duda otras campañas mas pequeñas se desvanecerán a medida que los recursos se agoten, y que las costosas elecciones “primarias” se lleven a cabo a principios del año. Mientras tanto los candidatos compiten por atención, agrupan sus historias, reclutan aliados, exponen sus ideas, recaudan dinero, y propagan su mensaje por las calles.

Y con esto, mientras los demócratas difunden sus ideas y promueven sus campañas, Trump continúa dominando la escena nacional, y con las elecciones acercándose, el tono de los “tweets” de Trump se torna más agresivo, amenazante y dictatorial.

Los recientes ataques de Trump en contra de las 4 congresistas demócratas, de color, que conforman “el escuadrón”, –sugiriendo que “regresen de donde vinieron”--, es sólo el último ejemplo de sus deliberados intentos de estimular el odio racial y usarlo como herramienta política. Sus acciones son intencionalmente malévolas, algo que nadie en México puede permitirse olvidar.

[Caption]The “Squad” – all newly elected in 2018 has drawn Trump’s ire. left to right: Reps. Ayanna Pressley (Mass.), Rashida Tlaib (Mich.), Alexandria Ocasio-Cortez (N.Y.) and Ilhan Omar (Minn.)

 

La mayoría de lo demócratas y sus candidatos están de acuerdo en que Trump representa un peligro para la nación. Concuerdan que el tratamiento hacia los migrantes especialmente los niños es abominable. También coinciden que el cambio climático es real y necesita ser examinado con urgencia.

Los demócratas comprenden que el presidente Trump es el Calígula de la era moderna, cuya reelección degradara y debilitara para siempre nuestra República.

En otros asuntos importantes, como el cuidado a la salud, la política exterior, y los aspectos específicos de las diferencias de inmigración son amplios, pero algo queda muy claro: el candidato demócrata elegido, contará con un apoyo enorme. El slogan “no importa quien, sólo vote azul” resume ese sentimiento.

Para terminar de forma inequívoca la era Trump, los demócratas necesitan una victoria contundente que supere las ventajas de la propaganda y la estructura republicana. Los demócratas necesitan ganar en forma abrumadora.

Obtener el mejor resultado para los demócratas requiere la elección de un buen candidato. El sólo hecho de estar en contra de algo no garantiza el derrumbe del otro. El trabajo más importante para el año próximo será inscribir, movilizar, matricular millones de votantes en decenas de miles de distritos electorales sean rojos (republicanos) , azules (demócratas) y demás, por todo el país.

Trump puede ser derrotado. Es considerablemente repudiado por ser un mentiroso patológico, un defensor de la serie que se benefició directamente de la intervención rusa en las elecciones del año 2016.

Trump merece ser destituido (impeached), pero Nancy Pelosi, la portavoz demócrata de la Cámara de Representantes del congreso considera que la mejor estrategia es investigarlo y así llegar a las elecciones de 2020.

Pelosi piensa que el senado bloqueará cualquier intento de sentencia o juicio por parte de la Cámara de Representantes en contra de Trump, por lo tanto, el repudio a Trump en las urnas electorales es el mejor remedio para suprimir el nacionalismo y el movimiento MAGA (“make America great again” – “hacer a América grande).

El resentimiento y el miedo a Trump pueden llevar a los demócratas a la victoria, pero una victoria contundente requiere entusiasmo y fe en un nuevo líder para restablecer nuestro estado de ánimo nacional que exprese de nuevo una propuesta nacional común.

 

¿Cómo termina?

 

Creo que los demócratas obtendrán el triunfo y ganaran en grande, pero el resultado no está garantizado, históricamente los movimientos populistas y los autoritarios pueden generar un gran poder, y Trump ha demostrado ser un hábil demagogo.

 

Vamos a considerar algunas posibilidades:

 

Concentrémonos en el mejor escenario, el candidato demócrata obtiene un triunfo abrumador, asegurando la mayoría en las dos cámaras del congreso. Trump admite la derrota. Nuestro nuevo líder comienza a restaurar el ánimo nacional y busca formas de hablar de nuestro objetivo nacional común ( y cuyas acciones reflejan un genuino respeto y admiración por México y su gente).

 

El mejor resultado podría suceder:

  1. Si Todo lo hacemos bien.
  2. Los rusos no interfieren.
  3. Si Trump está dispuesto a aceptar su derrota sin pelear.

Pero también hay escenarios de pesadilla…

 

Pesadilla # 1. Trump se niega a admitir la tras una estrecha victoria de los Demócratas

 

En el caso de una elección cerrada, con pérdidas para los republicanos, Trump simplemente niega los resultados, afirma que los medios de comunicación han propagado información falsa, y el partido Republicano lo respalda.

Si usted piensa que esta es una idea descabellada, sólo recuerde qué pensaba cuando Trump lanzó su campaña cuatro años atrás y ganó la presidencia en el año 2015.

Este planteamiento es tan perturbador, que resulta difícil hablar de ello, sin embargo creo que es útil pensar en cómo enfrentaríamos un escenario de esa naturaleza.

 

Pesadilla # 2.   Los demócratas triunfan, Trump se ve obligado a entregar el gobierno, pero la extrema derecha bloquea iniciativas presidenciales

 

Imaginen que Elizabeth Warren y Kamala Harris, presidente  y vicepresidente respectivamente se mudan a la Casa Blanca después de un contundente triunfo electoral. Donald Trump y sus seguidores (armados), como malos perdedores, rehúsan aceptar la autoridad de la nueva presidente y resisten abiertamente iniciativas propuestas por la nuevo gobierno: intentarán bloquear la regulación de venta de armas de fuego; seguirán sin tomarse en serio la crisis del cambio climático y bloquearán cualquier ley que afecte sus intereses; se opondrán a los derechos reproductivos de las mujeres; o iniciativas que defiendan derechos de los inmigrantes. Sin duda, la derecha bloquearía todas estas iniciativas.

La construcción de coaliciones de movimientos amplios, antes, durante y después de las elecciones, es el mejor camino para asegurarnos que nadie robe nuestra democracia.

 

 Pesadilla # 3. Trump gana sin oposición

 

La victoria total de Trump , es en sí, es una pesadilla. Seguramente aceleraría la disolución de los vínculos entre los mismos estadounidenses. Se intensificaría la sensación de que nuestro proyecto nacional ha sido secuestrado y que nuestros compatriotas se han perdido en el camino. La reelección normalizará y acogerá la hostilidad y el racismo que Trump ha fomentado desde su juventud hasta hoy día.

La reelección de Trump indudablemente resultaría en nuevas demandas hacia México. Demandas más eficientes para seguir  “cazando” y deportando centroamericanos y otros refugiados. Y debido a que México prácticamente le ha otorgado a Trump, todo lo que ha pedido, existe la posibilidad de resucitar sus intenciones de que México “pague por el muro.”

Lo mejor del último escenario, es que no va a ocurrir. América está polarizada, pero la demagogia de Trump tiene sus límites.

México no puede hacer mucho para ayudarnos. Pero hay un par de sugerencias que me gustaría colocar: Si es usted  mexicano y tienes familiares que son ciudadanos estadounidenses, hágale saber que cada voto cuenta; Si usted es presidente de México, no invite al presidente Trump a visitar su país, y no lo ayude accediendo a sus interminables exigencias.

Finalmente, no importa quién termine viviendo en la Casa Blanca, la gente que vive en ambos lados de la frontera necesita mantener líneas de comunicación entre civiles, líneas de apoyo mutuo. Tengan plena certeza, que haremos absolutamente todo lo que está en nuestras manos  para derrotar a Trump y clavar una daga en el corazón del movimiento ultra-nacionalista.

Traducción: Lourdes Pintado Villafaña

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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