Decepción por Corral

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Federico Anaya Gallardo

 

Querida lectora, hace poco más de un año, en la mesa de abogados convocada por Ernesto Ledesma en Rompeviento TV, tu servidor y David Peña abordamos el caso de la Presa La Boquilla, en la cuenca del Río Conchos del Estado de Chihuahua. En aquéllas charlas insistí en que –aún cuando yo no estuviese de acuerdo con él– el gobernador Javier Corral Jurado había manejado bien esa crisis. Eso me ganó duras críticas de parte de mis contertulios. Hoy quisiera comentar de dónde me viene la simpatía por Corral y por qué la decepción conque hoy titulo esta colaboración.

 

Corral nació en El Paso, Texas, en 1966, de padre y madre mexicanas. Cuando Javier tenía 12 años (1978), Jimmy Torres Evans, un fotorreportero del entonces muy joven Diario de Juárez (fundado en 1976 y de tendencia democrática) lo dio a conocer como “niño reportero”. Corral publicaba un periódico llamado El Chisme distribuyéndolo en su secundaria y en su barrio. Un año más tarde, en 1979, esta historia le llevó a la Casa Blanca, adonde el vicepresidente demócrata de EUA, Walter Mondale, le entregó el Premio Internacional de Periodismo. Esta notoriedad lo acercó al entonces alcalde priísta de Juárez, Manuel Quevedo Reyes (1977-1980), quien lo apadrinó y presentó a los periodistas de la ciudad.

 

El adolescente fue invitado a participar en la radio y televisión locales por Arnoldo Cabada de la O –quien entonces trabajaba en Canal 5 de Juárez (una estación ligada a Televisa). El estilo periodístico de Cabada de la O es relevante: aparte de ofrecer noticias a las audiencias, organizaba colectas y ayuda para casos específicos. En 1960 había organizado una especie de teletón para reunir leche para lactantes de familias sin recursos. Dejemos que sus biógrafos retraten el estilo de Cabada: “con su propio espacio –pagado por él mismo a XEJ Televisión canal 5– ... transmite un noticiero local. Y es ahí donde recibe ... a un padre desesperado con un pequeño en brazos, víctima de la poliomielitis. Aquél hombre pidió ayuda a Arnoldo Cabada de la O y este a su vez la solicitó a su teleaudiencia. La respuesta del público fue increíble y es así como aquel pequeño, Humberto Dávila, fue rehabilitado y se levantó del suelo con la ayuda de dos muletas y después caminó cambiando ... su existencia por otra más humana y digna...” (Liga 1.) Cabada rompió con Canal 5 en 1979 y acudió a la capital federal para solicitar una concesión de radiocomunicación propia. Consiguió cita en Los Pinos y, con la bendición de López Portillo, en 1980 se abrió Canal 44, el canal de las noticias de Juárez. El adolescente Corral (1979-1982) estaba en el equipo de Cabada, participando en programas dirigidos a niñez y juventud. Atención: el niño reportero aún orbitaba en la constelación oficialista. Cabada de la O sería candidato por el PRI a diputado federal por Juárez (distrito III) en 1985... perdiendo ante el panista Héctor Mejía Gutiérrez, quien venía de servir como director de seguridad pública en el Ayuntamiento presidido por Francisco Barrio Terrazas (1983-1986).

 

Nota, lectora, que la gran ciudad fronteriza bullía en aquéllos años. El Diario aparece en 1976 y Canal 44 en 1980. Ambos nacen a iniciativa de nuevas élites capitalistas forjadas en la expansión industrial y comercial de la región fronteriza. La administración municipal priísta estaba atenta a las transformaciones de la ciudad, y procuraba modernizarse: el alcalde Quevedo, por ejemplo, aprovechó la nueva ley de asentamientos urbanos de 1974 para emitir el primer plan rector de Ciudad Juárez. Aparte, los movimientos popular y estudiantil eran independientes y radicales. Aunque hacia 1980 ya estaban derrotadas las guerrillas, estas habían aparecido precisamente en Chihuahua (Asalto al Cuartel de Ciudad Madera, 23 de Septiembre de 1965). Entre los legados de esa insurrección popular se encontraba el Comité de Defensa Popular (CDP) que aglutinó a personalidades y organizaciones de izquierda. Esa es la Ciudad Juárez de Corral.

 

Pero el joven reportero Corral (la foto que agrego aquí proviene, al parecer del trabajo de Torres Evans en 1978), tenía otras amistades. Era monaguillo en la catedral del obispo de Juárez, Manuel Talamás Camandari. En una entrevista de 22 de Febrero de 2016 con Gabriela Minjares de El Diario, Corral señaló que ese obispo fue “una de las figuras que más influyó en mí no sólo en mis convicciones religiosas, sino en mis convicciones políticas. Le escuché a don Manuel unas predicaciones, sermones, de enorme contenido social, a mí me estrujaba muchísimo escucharlo”. (Liga 2.)

 

La pastoral de la diócesis juarense merece un análisis serio, que deberá hacerse en otra ocasión. Por ahora, baste decir que Talamás (1917-2005) fue padre conciliar igual que Sergio Méndez Arceo o Samuel Ruiz García, pero que no es recordado de la misma manera. Si la infancia es destino, la ordenación episcopal también impone. Tanto Talamás como Méndez Arceo fueron elevados al episcopado por el Papa Pacelli (1939-1958), el Papa de Hitler (revisa, lectora, el libro de John Cornwell, editado en Castellano por Planeta en 2000). Pero mientras don Sergio se volvió el “obispo rojo” de la política finisecular mexicana, don Manuel se volvió “blanquiazul”. Ciertamente, a raíz del Concilio Vaticano II, la diócesis católica de Juárez se sumó al impulso de la Teología de la Liberación y promovió la formación de comunidades eclesiales de base (CEBs), pero desde los 1970s recibió también al movimiento de renovación en el Espíritu Santo, a los “carismáticos”, cuyo modelo de iglesia se adaptaba mejor a los intereses de clase de las élites capitalistas emergentes. Con todo, Talamás y su presbiterio denunciaron la violencia de la guerra sucia en contra de las y los guerrilleros. Sobre ésto, recomiendo revisar el ensayo de Víctor Gabriel Muro González, “Acción eclesiástica y conflicto político en Ciudad Juárez, Chih., 1972-1987”, en el número 15 de la revista Frontera Norte (Colef, 1996, pp. 147-172, Liga 3).

 

Nos dice Muro que “el documento de Talamás y sus sacerdotes apareció, en varios diarios locales y nacionales, el 9 de febrero de 1972. Se refería a los asaltos y secuestros ocurridos en ese tiempo —en particular, [a un] triple asalto de Chihuahua, donde fueron muertos guerrilleros y estudiantes que pretendían robar bancos, como parte de una táctica revolucionaria— y a la situación política prevaleciente en el país” (p.155). Los clérigos católicos decían en esa carta que la “versión oficial y de los medios de comunicación sobre los hechos era falsa, ya que los asaltos y secuestros no obedecían a simples acciones delictivas sino, más bien, a una desesperada aspiración por la justicia y la libertad que el sistema negaba sistemáticamente. Denunciaban, en consecuencia, la explotación y manipulación política del pueblo, así como la falta de oportunidades de las masas para educarse, y exhortaban a todos los sectores sociales a ejercer la autocrítica y a comprometerse a cambiar la realidad social” (p.156).

 

Talamás pesó en el muchacho más que Quevedo y Cabada y para 1982 Corral, de 16 años, ya militaba en el PAN. Ahora bien, la declaración de Corral en 2016, rememorando a Talamás, no era inocente. La entrevista con Minjares para El Diario era un acto de campaña. Y conviene recordar que, a finales de Febrero de 2016 Corral Jurado ya era candidato del PAN y que el PRD se debatía entre apoyarlo o presentar una candidatura independiente. Otra vez hay que ir al pasado para entender. Corral ya había sido candidato en 2004 y en esa ocasión abanderó una coalición del PAN, PRD y Convergencia (hoy MC). La admiración de Corral por Talamás le ligaba tanto con la lucha democrática de los 1980s como con la denuncia social de los sectores progresistas del catolicismo chihuahuense. Todo lo anterior explica por qué en 2016, dentro del PRD, los Galileos y el entonces presidente nacional Agustín Basave apoyaban una nueva coalición para vencer al PRI. La coalición no se logró, pero los Galileos siguen orbitando alrededor de Corral hasta el día de hoy.

 

Dicho todo lo anterior, entenderás lectora el por qué de mis simpatías corralistas. No era un mal muchacho. Que los Galileos estén en esa misma posición es molesto, ciertamente. Pero hasta hace poco, Corral atraía a más personas en las Izquierdas. El 7 de Agosto de 2018, El Imparcial de Hermosillo reportó la visita del gobernador Corral y del presidente electo López Obrador a un hospital de especialidades en Ciudad Juárez, inaugurado por el gobierno priísta pese a apenas estar en obra negra. Ambos publicaron en redes un vídeo en que denunciaron la corrupción previa y se comprometieron a trabajar juntos. (Liga 4.) Dos semanas después, el 28 de Agosto de 2018, el equipo obradorista de transición visitó el Estado para revisar ese y otros hospitales inconclusos. (Liga 5.)

 

Apenas dos años después, en el Otoño de 2020, el presidente y el gobernador Corral se confrontaron por la ocupación de la presa La Boquilla por parte de agricultores de la región. Allí venimos a enterarnos de la alianza de Corral con los grandes nogaleros, coalición que incluye también a exgobernadores priístas. Nada extraño: se trata de la verdadera y perenne estructura de poder económico en el “Estado Grande”. Lo terrible es que el uso de las aguas del Conchos se usara para construir una plataforma política en la que se mezclaron peligrosamente sentimientos anti-centralistas y anti-yanquis. Muchos leyeron que Javier Corral pretendía construirse como candidato presidencial anti-obradorista. Las tensiones escalaron al punto que un destacamento de la Guardia Nacional mató a una civil e hirió al marido de esta. Los militares responsables fueron arrestados y puestos a disposición del ministerio público chihuahuense. Sin embargo, este último evento reveló que el antiguo “niño reportero” de Juárez, quien denunciaba el autoritarismo priísta, asumía como suyas (es decir, del gobernador) las investigaciones de la Fiscalía General del Estado –que en teoría es autónoma. (Liga 6, en el vídeo inserto Corral habla de “sus” investigaciones a partir de 1:25:00.)

 

Del mismo modo, Corral persiguió con “su fiscal” a la precandidata panista Maru Campos, buscando que su precandidato favorito, Gustavo Madero, ganase la nominación blanquiazul. Pese a ello, Campos ganó la nominación y luego la gubernatura. La nueva mandataria ha denunciado que Corral extorsionó sistemáticamente a testigos e involucrados en carpetas penales con el objeto de perseguir a sus enemigos.

 

Terrible final que nos recuerda la sabiduría de una viejísima expresión latina. El Papa Francisco (a quien estoy seguro Corral admira) se la ha atribuido a uno de sus antecesores en el trono de San Pedro, Gregorio Magno (obispo de Roma entre 590 y 604): Corruptio optimi pessima (la corrupción de lo mejor es lo peor). Dice el Papa Bergoglio: “...nadie [puede] ser considerado inmune a la tentación de la corrupción. Para erradicarla de la vida personal y social se necesita prudencia, vigilancia y honestidad. Si no se rechaza abiertamente, nos involucra en ella más temprano que tarde y destruye la vida” (Bula Misericordiae Vultus/Apariencia de Piedad, 11 de Abril de 2015, Liga 7).

 

De allí mi decepción por Corral. Quien fue el mejor se corrompió. No hay peor cosa.

 

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

Historia Don Arnoldo Cabada de la O

 

Liga 2:

https://web.archive.org/web/20170125121446/http://diario.mx/micrositios/Javier-Corral-Jurado/

 

Liga 3:

https://fronteranorte.colef.mx/index.php/fronteranorte/article/view/1488/931

 

Liga 4:

https://www.elimparcial.com/sonora/mexico/Visitan-AMLO-y-Javier-Corral-hospital-inconcluso-pero-que-si-fue-inaugurado-20180807-0044.html

 

Liga 5:

https://aristeguinoticias.com/2808/mexico/corral-y-equipo-de-amlo-visitan-hospitales-inconclusos-en-juarez/

 

Liga 6:

http://puentelibre.mx/noticia/detenidos_por_homicidoo_yessi_guardia_nacional_chihuahua/

 

Liga 7:

https://www.vatican.va/content/francesco/la/bulls/documents/papa-francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html

 

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