Confusión en lo alto y en lo bajo

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Federico Anaya Gallardo

 

 

En los últimos meses ha venido creciendo un rumor que nos conecta de nueva cuenta al Chiapas neozapatista. Un resumen injusto del tema, pero tristemente exacto, rezaría: Las Fuerzas de Liberación Nacional reclaman la traición del Subcomandante Marcos del EZLN. La opinión pública sabía desde 1995 que las FLN fueron parte en la génesis del EZLN. El problema de este dato es que su fuente era sospechosa. Surgió en libros escritos en el entorno del gobierno federal, cuyos datos provenían de fuentes de la inteligencia gubernamental. A sabiendas de esto, lectora, debes acercarte a dos de esos libros: La rebelión de Las Cañadas de Carlos Tello Díaz (1995 & 2000) y Marcos, la genial impostura (1998) de Maité Rico & Bertrand de La Grange.

 

Pese al sesgo, vale la pena leerlos para entender el extraño debate que hoy causa el rumor, y que resumió bien la mesa de Momentum el pasado 28 de Enero de 2022 (Liga 1). Sucede que la fuente original de todos los “secretos” que revelaban aquéllos libros acerca de las FLN eran las declaraciones del Subcomandante Daniel (Salvador Morales) un mando militar del EZLN quien se separó de la insurgencia en 1993 y ofreció su conocimiento al gobierno federal entre 1994 y 1995.

 

En la línea de tiempo que proponen los libros de Tello y Rico-La Grange, hacia 1992 el EZLN era el único proyecto insurgente de las FLN que había tenido éxito. Esta organización clandestina buscó formar fuerzas militares en otras regiones y se ha hablado mucho de un “Ejército Villista de Liberación Nacional” en el Norte –proyecto que se quedó sólo en papel. Este dato justo ha vuelto a saltar el 26 de Enero de 2022 en una entrevista a la doctora Adela Cedillo realizada por Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela (Los Periodistas-SinEmbargo Al Aire). (Liga 2.) Cedillo es especialista en los movimientos guerrilleros de la Guerra Sucia Mexicana. Su tesis de licenciatura en la UNAM (2008) se titula El Fuego y El Silencio, Historia de las Fuerzas de Liberación Nacional Mexicanas (1969-1974) puede consultarse en el repositorio de esa casa de estudios (Liga 3). La entrevista en Los Periodistas disparó la mesa en Momentum y ha causado cierta sensación.

 

La filiación original del EZLN como parte de un movimiento mayor, de carácter nacional, está confirmada por otras fuentes, con datos provenientes del mismo EZLN. Para El sueño zapatista (1997) Yvón Le Bot entrevistó en profundidad al Subcomandante Marcos y éste relató la llegada de las FLN y su difícil inserción en la red de comunidades indígenas de Lacandonia. Un relato desde el otro lado del espejo en ese encuentro intercultural está en Una tierra para sembrar sueños de Jan de Vos (2000), adonde el exjesuíta recupera las biografías de cuadros choles y tzeltales cuyas familias y comunidades decidieron unirse a los guerrilleros urbanos para formar un proyecto insurgente propio.

 

Tanto Le Bot como de Vos nos permiten entender la dificultad de adaptar una ideología universitaria y urbana (marxismo-leninismo) en un entorno campesino-indígena altamente politizado y con una experiencia organizativa propia. En este punto está la raíz de una confusión “arriba”. En “las alturas” de las urbes mexicanas (México y Monterrey) y de la Academia resulta difícil entender la mitad indígena del diálogo que dio origen al EZLN entre 1983 y 1994.

 

Permíteme contarte, lectora, una anécdota. El 23 de Octubre de 2020, Marisela Gómez Unamuno presentó el capítulo 2 de su libro Entre fuegos, Memoria y violencia de Estado: los textos literarios y testimoniales del movimiento armado en México (2020) en la séptima sesión del seminario Historia del Movimiento Armado Socialista convocado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos sobre las Revoluciones de México (INEHRM). Al momento del debate acerca de las fuentes disponibles para la historia del periodo, pregunté si existen testimonios de las y los campesinos indígenas que recibieron y apoyaron a los cuadros que optaron por la vía armada. Mi preocupación estaba inspirada por uno de los libros icónicos en la materia del EZLN: La rebelión indígena de México de Carlos Montemayor (1997). Montemayor dice que es imposible un movimiento guerrillero exitoso en ausencia de un amplio apoyo popular en el territorio en el que se implante. Buena parte de los territorios campesinos mexicanos coinciden con las llamadas regiones de refugio de los pueblos originarios –especialmente en el área mesoamericana. Por lo mismo, la implantación guerrillera debe hacerse cargo y resolver el problema de la Otredad de la población a la que llama a liberarse del yugo capitalista.

 

Tanto Gómez Unamuno como Adela Cedillo –quien participaba en esa sesión– me señalaron la ausencia de testimonios escritos por personas indígenas. Gómez asumía que los mismos se habrían preservado sólo en forma oral y subrayó, aparte, que buena parte de los cuadros guerrilleros llegaban con “la visión de los que van a catequizar” –lo que probablemente reducía su receptividad a las opiniones de los Otros indígenas con quienes se encontraron. Por su parte, Cedillo indicó que cuando realizó entrevistas en Chiapas sobre la implantación de las FLN, encontró gran dificultad para “hacer traducción” entre el lenguaje a que ella estaba acostumbrada y los discursos a través de los cuales sus interlocutores explicaban los hechos. Esto me consta a mí en lo personal: las comunidades en Chiapas expresan sus posicionamientos usando lenguaje bíblico y leyendas.

 

Lo anterior indica que en el encuentro de la guerrilla urbana-intelectual y el campesinado indígena juega no sólo la diversidad de narrativas y lenguajes sino escalas de significación distintas que requieren herramientas que aseguren su mutua inteligibilidad.

 

Paradójicamente, poco de esto se ha discutido a raíz del rumor que hoy comento. Adela Cedillo ha comentado sobre el rumor siguiendo la línea marcada el 31 de Diciembre de 2021 por el Comandante Germán de las FLN (Fernando Yáñez Muñoz) en una conferencia-entrevista que ella realizó y que ha sido publicada por La Casa de Todas y Todos –la institución museística y académica regiomontana que el actual Partido de las Fuerzas de Liberación Nacional usa como centro de análisis y propaganda. (Liga 4.)

 

En resumen, el Comandante Germán critica al Subcomandante Marcos-Galeano que “se haya rodeado de mancos intelectuales”, que ha traicionado los objetivos de la lucha antimperialista y que ya no está al frente de un ejército. (Liga 5.) Del diálogo entre el comandante de las FLN-PFLN y la historiadora Cedillo surge una narrativa de reivindicación. Cedillo resume: “Lo correcto sería hablar del levantamiento del Partido FLN y el EZLN”, dado que no sólo se movilizaron tropas insurgentes en Chiapas sino en otras partes –aunque la historiadora reconoce que esas acciones de guerra no tuvieron el mismo impacto que el alzamiento en las Montañas del Sureste Mexicano.

 

En mi opinión, esta narrativa demuestra una grave confusión en las alturas. Se trata de una extraña disputa por la “paternidad” de una gesta histórica popular. Se alega que aunque el EZLN y las FLN se hayan separado, la primera organización aún debe obediencia jerárquica a la segunda. Se insiste en que el Comandante es Germán y que el Subcomandante es Marcos-Galeano. Y, como Cedillo subrayó en su entrevista con Los Periodistas, la lógica detrás de estos reclamos es que los neozapatistas chiapanecos no han respetado las jerarquías simbólicas de las FLN. La cuestión remite, entonces al “honor” ligado a un “juramento” que tiene sus referentes en las costumbres masónicas (sic escandalizado, mira los minutos 27 a 29 de la Liga 2).

 

Cedillo le confió a Los Periodistas que no entendía por qué Marcos-Galeano no había respondido a los reclamos de Germán. ¡Qué ingenuidad! Los “juramentos” no duran treinta años. Y no resisten la realidad política. Para bien o para mal, solas, las comunidades neozapatistas han ido adaptándose a las coyunturas políticas. El silencio frente a un mando que no les ha comandado por décadas no es extraño.

 

Las verdaderas madres y padres del EZLN son miles de mujeres y hombres que aceptaron en sus comunidades a las células guerrilleras en los 1980s y les enseñaron a volverse indígenas –al tiempo que aprendían ellas mismas a hacer política a nivel nacional. La confusión de arriba olvida esto y causa problemas abajo. Esas madres y padres del neozapatismo ya peinan canas, ya tienen hijos y nietos. Y no hay ejército que aguante tres décadas de paz en buen orden y disciplina. Cedillo confirmó ante Los Periodistas que las FLN han llevado su reclamo de “precedencia” al punto de intentar reclutar en territorio nominalmente controlado por milicianos del EZLN. Esto ha causado gravísima tensión y, me temo, mucha confusión en las bases.

 

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

 

Liga 2:

 

Liga 3:

http://132.248.9.195/ptd2008/septiembre/0631529/0631529.pdf

 

Liga 4:

https://lacasadetodasytodos.org/2021/?print=print-search

 

Liga 5:

https://www.proceso.com.mx/nacional/2021/12/31/el-comandante-german-urge-cambiarle-el-nombre-al-ezln-porque-ya-no-busca-la-guerra-278398.html

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