Cátedras-CONACyT (nuevas experiencias)

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Federico Anaya Gallardo

 

En el debate acerca del programa Cátedras Conacyt hemos visto interactuar a las y los catedráticos (quienes formaron un sindicato y emplazaron a huelga) y al CONACyT quien es su patrón. Pero hay que recordar el papel del tercer actor: la institución receptora (IR) dentro de la cual se lleva a cabo el proyecto para el que CONACyT contrató a su persona catedrática. Las IRs firmaron con CONACyT un convenio de colaboración en el cual –entre otras cosas– se comprometieron a facilitar el ingreso de la persona catedrática CONACyT a su plantilla permanente de profesores investigadores.

 

Esta es una obligación pesada de cumplir, especialmente si recordamos que las y los catedráticos CONACyT están ganando mensualmente (antes de descontar impuestos) $36,676 pesos de sueldo base más $32,263 pesos de estímulo ($68,939 en total). Ya mencioné que este ingreso sólo se equipara con los niveles más altos de los escalafones hoy vigentes en las instituciones de educación superior (IES) mexicanas. Por supuesto, el atractivo de quedar adscrito a la plantilla de la IR es que la persona catedrática tendrá asegurada una estabilidad en el empleo que un programa como Cátedras CONACyT no puede darle –a menos que transforme su naturaleza.

 

Pese a lo pesado de la obligación “final” de la IR hay que meditar que estamos, en realidad, ante el beneficio esencial para la IR, pues el objetivo del programa es precisamente ofrecer a las IRs personal altamente calificado para los proyectos que ellas mismas han diseñado. Aquí, el esquema de tercerización se revela como algo distinto al outsourcing: el CONACyT funciona como una especie de “agencia de colocaciones laborales” de altísima especialidad, haciendo matches entre los proyectos que preparan las IES y los currículums de los egresados de programas de posgrado de alta calidad. Esta función es relevante: si algún día hemos de tener un verdadero sistema nacional de educación superior, alguien debe preocuparse de que la multitud de proyectos de investigación estén alineados tanto con los objetivos nacionales de humanidades, ciencia y tecnología, como con los procesos de formación de personal para la docencia-investigación. Ese alguien, en nuestra realidad mexicana, es el CONACyT.

 

¿Cuál es el problema? Que desde 2014 en que surgió, y hasta la fecha, el programa Cátedras CONACyT sólo ha logrado colocar al 5% de sus trabajadoras y trabajadores en la IR beneficiaria. Esto crea el escenario de la insólita demanda de contrato colectivo de trabajo que hizo SIINTRACATEDRAS contra CONACyT. Como 95% de los usuarios del programa no han sido absorbidos en su IR y el plazo de contratación previsto se acerca a su término, entonces se pretende institucionalizar de modo permanente la relación entre estas personas académicas y el CONACyT... con el problema de que este consejo NO es una IES.

 

Hace 4 meses, en una reunión del staff del ciudadano director general del Instituto Politécnico Nacional se abordó la cuestión del compromiso de absorber a las y los catedráticos CONACyT en el IPN. La secretaría de investigación y posgrado señaló que el IPN aún tenía el reto de cumplir adecuadamente ese deber nacido del convenio de colaboración con CONACyT. Hace semanas, en uno de los programas de fortalecimiento de la plantilla docente politécnica, se incluyó por vez primera al personal de Cátedras CONACyT adscrito en el IPN.

 

El Programa Institucional de Contratación de Personal Académico de Excelencia (PICPAE) benefició en esta ocasión a 113 profesores y profesoras de 36 unidades académicas. La mayor parte de esas unidades (32) son escuelas de nivel superior o centros de investigación, pero el programa también contempla personal docente en nivel medio superior: la red de 20 centros de estudios científicos y tecnológicos (CECyTs, las antiguas escuelas vocacionales). 13 de los 113 beneficiarios del PICPAE 2021 son investigadoras comisionadas al IPN a través del programa Cátedras CONACyT. (Para la convocatoria, ve la Liga 1.)

 

El universo de Cátedras CONACyT en el IPN es de unos setenta comisionados. Es decir, este es apenas un primer paso en el proceso de cumplimiento de las obligaciones de la IR en el programa de CONACyT. Pero la experiencia es relevante. (Liga 2.) De entrada, esta convocatoria de PICPAE se enfocó en quienes se incorporaron al instituto cuando nació el programa de Cátedras, y quienes enfrentaban la próxima terminación de su relación con el CONACyT –lo que los habría dejado en una situación laboral muy incierta. El IPN se organiza para mantener este tipo de programas para incorporar gradualmente a las y los catedráticos comisionados.

 

Mecanismos como el PICPAE tienen el deber de dar preferencia al personal ya adscrito al IPN, incluyendo a personal no-docente que se haya formado académicamente y demuestre niveles de excelencia. La edición 2021 del PICPAE, por ejemplo, permitió que un miembro del personal de apoyo y asistencia a la educación (PAAE) cambiase a plaza docente, accediendo así a grandes oportunidades de crecimiento personal –en las que aportará su saber a los procesos de enseñanza e investigación politécnicas.

 

Vuelvo al problema salarial. Una de las personas catedráticas CONACyT beneficiarias del PICPAE 2021 decidió no aceptar la integración. Esto se debió probablemente a que el cambio de estatus le afectaba de manera inmediata en sus ingresos –pese a los beneficios de largo plazo. Con todo, las otras personas beneficiarias ya han aceptado y avisado a CONACyT de su baja en el programa de Cátedras pues ya se incorporan de manera definitiva al IPN. En estos casos, Cátedras CONACyT logró su meta original –y esas plazas quedarían libres para que otras jóvenes personas investigadoras entren en el programa.

 

De acuerdo a la secretaría de investigación y posgrado del IPN la incorporación de las y los catedráticos CONACyT al Instituto les abre la posibilidad de acceder a diversas prestaciones como año sabático y permisos de investigación, así como a programas de apoyo para investigación y docencia (financiamiento interno de proyectos, becas para sus estudiantes, incorporación en los Colegios de Posgrado, participación en convocatorias de premios, etcétera). La ventaja de la asimilación o incorporación les ofrece estabilidad laboral y un horizonte más amplio de desarrollo profesional. El beneficio es mutuo, ganan las y los catedráticos como el Instituto.

 

El ejemplo del PICPAE 2021 en el IPN demuestra que la cristalización de los objetivos originales del programa Cátedras CONACyT no es imposible, aunque sí es muy complicada. El IPN se reconoce como parte del complejo sistema de educación superior mexicano y ante el pendiente detectado por su actual administración, se puso a trabajar. Yo, lectora, te puedo compartir mi admiración por el proceso que debí acompañar en calidad de abogado. Había claridad en los objetivos. El personal que analizó los expedientes fue puntilloso y responsable. Resolvió dudas de las participantes y explicó al órgano colegiado que dictaminaba los casos en que había dudas. Todos y todas pusieron atención a los aportes que cada candidatura podría traer a la Casa de Estudios. Los logros de las y los catedráticos CONACyT eran estupendos. El análisis de los expedientes demostró que ese personal comisionado ha aportado y aportará mucho al Instituto.

 

Por supuesto, el problema general persiste. El IPN tiene adscritas sólo 70 de las 1,224 Cátedras CONACyT (6%). Los casos de asimilación que he reportado aquí representan un 1% del universo total pendiente por asimilar en las IRs... Muy poco, pero relevante si recordamos que anteriormente sólo 5% de las personas catedráticas habían sido integradas dentro de su IR. El resto de las IRs deben actuar también. Estoy cierto de que muchas ya lo están haciendo.

 

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

https://www.ipn.mx/assets/files/investigacion/docs/convocatorias/internas/PICPAE/2021/Convocatoria%20PICPAE%202021.pdf

 

Liga 2:

https://www.ipn.mx/assets/files/investigacion/docs/convocatorias/internas/PICPAE/2021/RESULTADOS%20PICPAE%202021.pdf

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