Breve testimonio de un proceso de trabajo

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Edurne Uriarte Santillán

Rompeviento TV

03 de agosto de 2022

 

Hoy publico la entrega número diez. Es un aniversario de pequeña talla, pero significativo para mí. Hace unos meses, cuando surgió la oportunidad de colaborar para Rompeviento TV, me preguntaba ¿qué puedo aportar? Miraba mi biografía, mi espacio de trabajo, mis redes. Estudié sociología y me he formado en temas de divulgación y, aunque no las ejerzo, se han metido lo suficiente en la piel. Por ello, con la primera entrega apareció un claro eje de interés: la sociología, la divulgación de la ciencia y la profunda curiosidad que me produce la opinión pública desde el ojo ciudadano.

La sociología es una tradición de conocimiento, una profesión y un intento de comprensión de la realidad desde una perspectiva científica. Cada texto es una apuesta y una postura sobre lo que llamamos comprender la realidad, escribirla e interpretarla. Para esta entrega les comparto algunas reflexiones sobre la experiencia de escribir y dudar en estos meses.

 

Sociología: una mirada de la realidad

La sociología apareció como término por primera vez en 1838. Desde su primera mención, a la fecha, es una disciplina que poco a poco se ha abierto camino entre otras —como la física, la biología, la historia o la filosofía— para construir una mirada propia sobre el ser humano y su condición social. Hoy es un área de conocimiento tan global como la ciencia misma. Aun cuando existe consenso sobre qué es la sociología, son diversas las formas de ejercerla e interpretar lo que se conoce como la realidad social. Esta diversidad le agrega un grado de dificultad a su definición, ya que las preguntas y sus procedimientos varían en función de los autores y las corrientes que navegan.

Entre las distintas posturas, me inclino por aquellas que definen la tradición sociológica como un intento disciplinado de mirar la realidad. Por «intento» entendemos que son aproximaciones y, cuando decimos «disciplinado», nos referimos propiamente a la teoría, el método y los términos que permiten la mirada científica. Finalmente, la realidad es todo aquello que ha construido el ser humano: individuos, instituciones, sentimientos, relaciones, el patriarcado, la violencia, el amor, objetos, historia, y tanto más. Todo ello se aprecia, como dice Peter Berger, de manera intensa, incesante, y agrego, con un alto interés por revelar la vida como es, y no como parecer ser. Esta es la promesa, la apuesta y el constante intento de comprender.

Ahora bien, mirar desde la teoría social tiene varios retos que no tienen disciplinas como las ciencias físicas o biológicas, por ejemplo, y es que somos el sujeto de nuestro interés. Es decir, somos el medio, el instrumento y la razón misma. No podemos escapar de nuestra existencia en sociedad, para conocerla, es necesario entrar en ella con todo lo que somos y la ciencia social es una de las cajas de herramientas que hemos creado para conocernos como individuos y como seres sociales. Por ello, las miradas nunca son neutras; siempre requieren de esfuerzo, disciplina y un alto compromiso con el conocimiento y con la comunidad a la que le comunicamos.

Lo anterior se suma también al deseo de escapar de un gran prejuicio sobre las ciencias y las ciencias sociales en particular. Si bien la ciencia goza de gran prestigio por los descubrimientos que ha acumulado, también es verdad que se ha ganado mala fama por diversas prácticas poco éticas como los grandes viajes de exploración científica de siglos previos, que justificaron enormes saqueos, o posturas y actos racistas sobre poblaciones que miraron con inferioridad. Reconocer la historia de la ciencia es aceptarla como un fenómeno que ocurre dentro de cada sociedad que la produce, que no es inocente, que es contradictoria. Los dilemas éticos nunca desaparecerán, incluidos, por ejemplo, los casos de numerosos líderes en la opinión pública que, bajo el amparo de «científicos» contribuyen a enfoques viciados de posturas políticas no reconocidas.

Para cerrar esta idea, diremos que hay un eje de interés sobre la vida pública desde el lente de la sociología como una herramienta para fortalecer la curiosidad y describir lo que miramos, siempre con la consciencia de que ese mundo no es neutral y es mucho más grande de lo que alcanzamos a reconocer. Acompañarme de esta mirada es mi deseo, no prometo cumplirlo, pero seguro que siempre lo intento.

 

Diseminar miradas y voces de la realidad social

Divulgar conocimiento científico es un compromiso con la comunicación y un valor de nuestro tiempo. Significa que la ciencia es un saber especializado, pero no por ello exclusivo. De este modo, divulgar es una acción traductora —esto es, que acerca, define y explica «algo»— para un público no especializado. Así mismo, que existen personas que ejercen esa acción de intermediación entre el conocimiento y la sociedad.

En el presente, aquellos que no somos especialistas en un área, tomemos la astronomía como ejemplo, nos podemos acercar a los astros y los misterios del universo físico a través de gente que se especializa en la divulgación; o bien, por medio de científicos y escritores que tienen una capacidad para comunicar esta información; y, además, por ciudadanos formados en ese campo de conocimiento y que, haciendo uso de sus medios y redes, nos abren estos horizontes.

Siendo esta una perspectiva ciudadana, quisiera enfocarme en estos últimos y compartir dos ejemplos de YouTubers que mi hija ve y que llaman mi atención. La primera es Cristine, una joven canadiense que en su vida diaria es burócrata del gobierno de su país, pero que en su tiempo libre empezó a subir breves tutoriales en Instagram sobre su pasión por los esmaltes y pintarse las uñas. Actualmente conversa con la audiencia sobre distintos temas de interés público. Cómo logró atrapar a mi hija es un enigma porque ella no se pinta las uñas. El segundo ejemplo es Bernadette, que inició como asistente de vestuario y se formó como historiadora de moda. Ella se interesa en promover la reconstrucción de la vestimenta histórica y en uno de sus programas, por ejemplo, la vemos describir el vestuario de la serie Game of Thrones y la veracidad histórica de la ropa en un mundo que no es real, pero que nos acerca a la moda pre industrial y a las clases sociales.

Estos casos pueden verse como un reflejo de las necesidades de información de la sociedad, pero también como un fenómeno de comunicación ciudadana que ocurre alrededor del mundo. Los comparto porque me veo reflejada en el deseo de compartir las ideas que me apasionan de la sociología y de la vida pública. Ahora bien, quisiera definir algunos principios de esta mirada ciudadana con el lente de la disciplina sociológica. El primero es que la experiencia es una fuente de conocimiento. Miren, en «La ciencia como vocación», Max Weber indica que en el terreno de la ciencia es insuficiente la vivencia de las personas para ejercer la disciplina, ya que la personalidad del científico, como de cualquier otra vocación, solo se desarrolla con la entrega total al trabajo, sea este del artista, del filósofo o del científico, por ejemplo. Lo indispensable es una vida dedicada al oficio.

Sin negar esta apreciación, aquí recuperamos la vivencia como una fuente propia de información del mundo, de manera consciente, como el núcleo de nuestra vida que nos permite ver y cuestionarnos eso que llamamos la realidad social. En nuestro caso, no pretendemos ser científicos sociales, solo acercarnos con disciplina a la sociedad como un resultado que nos habita y que también construimos. Y lo que nos habita se encuentra en el reconocimiento de nuestras experiencias de vida.

Segundo. Si un esfuerzo de traducción de la mirada sociológica implica observar y describir, desde nuestros referentes, esto lo hacemos con el profundo deseo de conocer qué es este mundo que tenemos frente a nosotros, tan familiar y tan desconocido a la vez. Para esto caminamos de la mano de Pierre Bourdieu quien afirma que lo que se debe «divulgar, diseminar, es la mirada científica […]». Brevemente diremos que consiste en la habilidad de mirar más allá de lo que nos resulta evidente y más allá de nuestra voluntad y opinión sobre cualquier hecho que observemos. A esto nos referimos cuando queremos ver lo que es, no lo que queremos que sea. Lo anterior significa aceptar que «las cosas» existen con un alto grado de autonomía de nuestra voluntad y de nuestras opinión, y que nuestra disciplina consiste en distinguir entre lo que vemos y lo que opinamos o deseamos. Si desean más información, en las referencias les dejo algunas fuentes que suman a este enfoque, mientras tanto, vamos hacia el cierre.

 

La ciencia en los medios de comunicación

Nunca es suficiente el espacio para tantas ideas que compartir. Pero, hasta ahora hemos expresado dos centrales: una, que nos inspiramos en la teoría sociológica y dos, que tenemos un compromiso de comunicación con y desde esta disciplina. Finalmente, el lugar desde el cual lo hacemos es Rompeviento TV. El discurso científico no escapa a este ni a ningún otro medio de comunicación. Ya sea por medio de especialistas de la opinión pública, por distintas secciones de divulgación o por la propia formación de los periodistas, su lenguaje está presente y es de uso recurrente. En Rompeviento, por ejemplo, existen voces que nos acercan a la lingüística, a la historia o a la necesidad de ver procesos estructurales como la violencia contra la mujer y los derechos humanos; una relación virtuosa entre la ciencia y el periodismo.

Nuestra columna es parte de estas iniciativas y encuentra su alcance y sus límites entre la mirada personal y la perspectiva política y social de este medio: una inclinada hacia los principios de la tradición política de izquierda, sin perder la mira del quehacer de los actores políticos en sus distintos niveles, y su relación e impacto con las comunidades urbanas, rurales e indígenas. Aclaro que esta definición es mi atribución a partir de lo que veo y leo como audiencia, no una postura oficial del medio.

Sin embargo, coincido tanto en la forma —tan de moda hablar de formas en estos tiempos— como en el fondo; es decir, tanto en la manera de exponer los temas que se eligen como en sus contenidos. Desde esta coincidencia, me he propuesto escribir sobre distintos temas de la vida pública que despiertan una inquietud personal. Aunque he escrito sobre feminismo, sobre la opinión pública o la política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, detrás siempre está el mismo eje que hoy les he expuesto: sociología-divulgación-ciudadanía. Finalmente, y ya en camino a abrir un nuevo hilo de reflexiones, les dejo una canción, Accuracy de The Cure, porque la precisión es un ideal siempre por alcanzar. Dejo también la siguiente inquietud, ¿qué es para ustedes la curiosidad?

 

“Accuracy”, The Cure. En Three imaginary boys:

 

Referencias

Aquiles Negrete Yankelevich (2008). La divulgación de las ciencias a través de las formas narrativas. UNAM. México, 146p.

Peter Berger (2004). Introducción a la sociología. México, Limusa, 270p.

Pierre Bourdieu (2000). “El sociólogo cuestionado”. En Cuestiones de Sociología. AKAL. Madrid, pp. 38-60.

Max Weber (2016). “La ciencia como vocación”. En El político y el científico. México. Ediciones Coyoacán, pp. 81-120.

Cuentas de YouTube mencionadas:

Simply Nailogica: https://www.youtube.com/c/simplynailogical

Bernadette Banner: https://www.youtube.com/channel/UCSHtaUm-FjUps090S7crO4Q

 

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