Esthela Treviño G. @etpotemkin
Rompeviento TV, 24 de mayo de 2022
De vértigo toda esa verba de ida y vuelta que se ha desatado a propósito de la intención anunciada por López Obrador en torno a contratar a 500 médicos cubanos. La mezquindad de quienes ponen en la mesa, no argumentos, no datos indiscutibles, no preocupaciones genuinas, sino solo opiniones incendiarias con toda la mala fe, porque eso son, es como para colmarle el plato a cualquiera.
Ya desde el sexenio de Vicente Fox pero, en especial, con el infame expresidente Calderón Hinojosa, quien en 2007 intempestivamente cancela el programa Misión Milagro instaurado por su predecesor —un programa oftalmológico con participación de médicos cubanos y venezolanos— se ponía en el tiradero de la oratoria-cháchara las mismas ideas anticomunistoides que seguimos escuchando hoy y que se reducen a vociferar que son adoctrinadores, que esta intentona de López Obrador es la estocada definitiva de la 4T para convertirnos en otra Cuba o Venezuela. Como bien lo escribe Carolina Rivera en Milenio, en un reportaje de hace ya dos años: “[...]la derecha, con el PAN y el calderonismo como principales actores, les mira más bien como cabezas de playa doctrinaria de La Habana”. (https://www.milenio.com/politica/coronavirus-histora-de-medicos-cubanos-en-mexico).
No es sino hasta 10 años después que regresan los médicos cubanos convocados en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Los temblores del 2017 propiciaron la participación de médicos cubanos en la capital, en Oaxaca y Chiapas. Nadie dijo nada en ese entonces, nadie dice nada ahora. Nadie pensó, con la tragedia encima, en si venían a adoctrinarnos o no, en si México tenía suficientes médicos o no, en si les iban a pagar más que a los médicos mexicanos o no, en cuánto había sido el trato económico con la Isla por los servicios prestados, en si tenían título o no. Todo eso que no se dijo durante el priato de Peña Nieto en el 2017, se dice ahora; empezó a aflorar en el 2019 cuando la pandemia necesitaba de más manos en Salud, y se quedó un discurso en el fondo racista y clasista y con el ya desgastado disfraz del (anti)comunismo.
Nadie de los quejosos que temen el adoctrinamiento ha disputado los datos del Secretario de Salud mostrados en la Mañanera del 17 de este mes, en particular, las más de 500 plazas vacantes para médicos que ya tienen tres años y ningún médico, recién egresado o no, está dispuesto a llenarlas, independientemente de las razones, justificadas o no, que aduzcan. Si hay médicos de sobra, como dicen, parece que prefieren estar desempleados a ocupar alguna de esas plazas disponibles. En realidad, hay más plazas, pero más de 500 en el cajón de espera por más de tres años, habla mucho de los médicos, aunque también del sector Salud y del problema de seguridad en este país.
“¡Que se vayan al carajo!” los conservadores, grita el presidente en Sonora este viernes 20 de mayo, esos que se oponen a que vengan médicos cubanos, esos “irresponsables corruptos [que] nos dejaron sin médicos, no tenemos en México los médicos que necesita nuestro pueblo”. Sí señor presidente, su frustración, su hartazgo, su hostilidad justificable es la misma que muchas, muchos tenemos con ese discurso discriminatorio y que también esconde un desdén por los más pobres, por los indígenas, por los más marginados. Pero no solo con eso, no solo es eso presidente.
A mí me encantaría poder gritar con el mismo poder que grita usted, señor presidente, con el mismo micrófono que se hace oír —porque además de ese hartazgo, la tristeza, el dolor, la desesperanza, aumentan y se aumentan día a día—, nos gustaría con toda la solidaridad gritar: ¡al carajo con las fiscalías corruptas! ¡al carajo con Gertz Manero! ¡al carajo con los depredadores del medio ambiente! ¡al carajo con los simuladores de consultas! Pero, sobre todo, a mí me gustaría gritar ¡que se vaya al carajo un gobierno indolente con las más, los más de 100,000 desaparecidos de este país! ¡Al carajo con un gobierno que no recibe a las madres buscadoras! ¡Al carajo con un gobierno que normaliza que las Mujeres, madres, busquen a sus desaparecidos con picos y palas y machetes por todo el país! ¡Al carajo con gobiernos donde se acumulan Mujeres asesinadas, vejadas, violentadas! ¡al carajo con gobiernos donde aumentan mujeres y hombres activistas asesinados, defensores de la vida, de derechos humanos! ¡Al carajo con gobiernos donde crece el número de mujeres y hombres periodistas asesinados, defensores de la verdad, del derecho a la información!
Lo que nos va quedando
Sí, heredó, heredamos todas, todos, un país con un sistema de salud en ruinas. El 29 de mayo de 2019 escribían Mizael Zavala y Alberto Morales en El Universal: “De los 326 hospitales y unidades médicas sin concluir en el país, casi la mitad de los inmuebles—en los que invirtió el gobierno de Enrique Peña Nieto— son inviables y no podrán funcionar porque serían un riesgo para los ciudadanos [...] 75 no cuentan con un proyecto maestro de infraestructura [...] de las 251 obras [restantes], siete unidades de salud [...] reportan 90% de avance. [...] [U]nas 235 obras, no figuran en [...] lista de inauguración en un corto plazo [...][,] del total de 160 obras que ya no podrán construirse, 56 unidades del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se encuentran en abandono de construcción o remodelación[...]”.
(https://www.eluniversal.com.mx/nacion/desahuciados-50-de-hospitales-de-pena-nieto.)
A esto, por supuesto, hay que sumarle el desabasto de equipo y medicamentos, producto, todo, de la descomunal corrupción de ese y otros sexenios anteriores.
Sí, nos golpeó una pandemia que solo exacerbó los muchos problemas y carencias en el sector Salud que dejaron gobiernos anteriores. Pero, señor presidente, el recorte para Universidades que usted impuso y sigue impuesto a la fecha tampoco ayudó ni ayuda a incrementar el número de estudiantes en áreas como Medicina, mucho menos para construir nuevas instalaciones educativas. Usted señaló en Sonora que no contamos con médicos suficientes por las políticas de sexenios anteriores en donde se rechazaba a los jóvenes “con la mentira de que no pasaban el examen de admisión y no era eso, no era que no pasaron el examen de admisión, es que no había cupo porque las universidades públicas no contaban con presupuesto suficiente o no había las escuelas suficientes”. A cuatro años de su gobierno seguimos sin contar con presupuesto suficiente señor presidente, ¿por su política de austeridad?
Por otro lado
Sí, también es cierto que su gobierno ha beneficiado a muchos, muchas con algunos de sus programas sociales, así como, según sus palabras ahora el 21 de mayo en Sonora, “no hay un rico de México que en el tiempo que llevamos gobernando haya perdido dinero”. Al contrario, estos han quintuplicado sus fortunas. Ahí mismo, Gabriela Molina, representando a los seris, declaró: “nos mata la pobreza y el racismo. Hay insuficiencia de servicios médicos, mala calidad del agua, falta de respeto a nuestros derechos más elementales como seres humanos". Y sabemos que hay muchísimos más grupos indígenas con el mismo reclamo.
Justicia
Sí, recibió, recibimos, un enorme boquete, ya no sé si decir en seguridad o inseguridad, con una delincuencia organizada y cuerpos policiacos y militares corruptos y criminales también. En esa delincuencia organizada no solo caben los cárteles sino ministerios públicos, jueces, fiscalías y empresarios. Pero usted sabía presidente, qué país recibía; a cuatro años, presidente, usted, su gobierno, es responsable de muchas muertes y mal llamadas desapariciones, de políticas fallidas de abrazos y no balazos; sobre todo de la IMPUNIDAD señor presidente, de esa impunidad que sigue vigente. Esa frase del periodista Témoris Grecko podemos hacerla más abarcadora: “En México matar periodistas, activistas, mujeres, sale gratis”.
Disculpe señor presidente que no aplauda ni resalte más sus varios aciertos. Creo que muchas nos sentimos enviadas al carajo. A pesar de ello, desde el carajo, nos solidarizamos con su enérgica actitud en contra de la discriminación, el racismo y el clasismo, no solo hacia los cubanos y otros sino hacia los nuestros. También desde el carajo voltee a ver a las Mujeres, a las Madres que no tienen por qué perder a sus hijos, mucho menos a buscarlos entre los muertos.
