Francisco Toledo (1940-2019)

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El pasado 5 de septiembre, murió Francisco Toledo, el artista que plasmó en su arte la cultura y la naturaleza de los pueblos de Oaxaca en toda la gama de expresiones plásticas, utilizando un lenguaje onírico del que surgió un mundo de animales y de animales-hombre y animales-mujer que quedaron plasmados en su pintura, grabados, dibujos, piezas de cerámica y esculturas.

 

Toledo creó un mundo de seres que a la vez eran fantásticos y reales, y que a lo largo de sus más de cincuenta años de artista conformaron un mundo que igual representó las tradiciones populares, expresadas como una zoología fantástica, muchas veces cargada de gran fuerza erótica, que un lenguaje intemporal con el que combinaba estéticamente las texturas y colores de los fósiles, los tonos ocre de la tierra, los caparazones de armadillos, tortugas y crustáceos, figuras de sapos y conejos que parecían provenir de un pasado muy antiguo, del mundo de los vivos, de los muertos o de los  sueños. Su obra es un portal que nos transporta a lo más profundo de la cultura de los pueblos de Oaxaca y que cimbra e inunda los sentidos haciendo más visible su belleza, erotismo y misterio, utilizando texturas que estimulan la memoria táctil de nuestros dedos.

 

En su exposición  “Duelo”, presentada en el Museo de Arte Moderno, Toledo colocó al pueblo de México ante un gran espejo de cerámicas en el que podíamos mirar con dolor, horror o vergüenza la violencia del sacrificio ritual del pasado y el horror de la violencia sin sentido que vive México en el presente, con una narrativa formada por piezas asombrosas de cerámica, de pequeñas a monumentales, que con tonalidades de tierra y sangre se  presentaban a nuestros ojos como un río continuo de sangre corriendo desde el pasado hasta el presente que Toledo moldeó pieza a pieza con dolor, indignación y protesta.

 

Los seres fantásticos que Francisco imaginó y plasmó en su obra forman un verdadero ejército de expresiones estéticas, con un lenguaje en el que lo onírico y lo simbólico se materializan para atestiguar la existencia de mundos ricos y diversos. Sus innumerables obras dan cuenta de la ininterrumpida lucha que Francisco libró toda su vida para que estos mundos tangibles e intangibles no desaparezcan. La obra de Toledo es un portal para viajar por esos mundos. La zoología fantástica que plasmó en lienzos, papel o arcilla mantendrá abierto ese portal para todo aquel que quiera traspasarlo. Está ahí para guiarnos, para sorprendernos y hacernos escuchar cómo, con sus distintas voces, nos interpela para que nos preguntemos de dónde venimos, quiénes somos y en cuáles de esos mundos habitamos.

 

Toledo recibió el Premio Nobel alternativo en 2005 por dedicar su vida y su arte a la protección y el fortalecimiento del patrimonio cultural y ambiental, así como a la vida comunitaria de su nativa Oaxaca.

La muerte de Francisco Toledo deja un vacío en éste y en todos los mundos que habitó.

 

 

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