Federico Anaya Gallardo
La semana pasada nos escandalizamos de nueva cuenta con las desventuras académicas de la ciudadana Yazmín Esquivel Mossa. Como corresponde al Cuarto Poder, El País siguió la pista de los plagios académicos y ahora nos reportó que 209 de las 456 páginas de “Los derechos fundamentales en el sistema jurídico mexicano y su defensa”, su tesis de doctorado en la Universidad Anáhuac, “se corresponden con trabajos publicados antes por otros 12 autores”. (Liga 1) En esta ocasión, la respuesta de la ministra se dio directamente al medio de comunicación, por medio de una respuesta redactada por su abogado, Alejandro Romano. (Un adelanto: en el escándalo previo, la ministra tuiteó su respuesta inicial.)
Zedryk Raziel y Beatriz Guillén de El País nos reportan que Romano afirmó que estamos ante deficiencias ó descuidos por omitir la cita de los autores originales… como si se tratase de sólo unas comillas (“…”) perdidas. Eso valdría en una ó dos oraciones… no en cientos de páginas. El reportaje viene acompañado de dos imágenes a modo de ejemplo; que comparan, cada una, una página de la tesis doctoral de la ministra y la de uno de los autores “deficientemente citados”. En una podemos ver que Esquivel Mossa copió verbatim (es decir, palabra por palabra, de modo literal) cuatro párrafos de una obra de Miguel Carbonell. En la otra vemos quince líneas tomadas directamente de una obra de José Manuel Rodríguez Uribes. Vergonzoso.
Importa detenernos en lo declarado por Esquivel a El País a través de su abogado: “Si una institución universitaria validó un trabajo de investigación, y consideró que cumplía con los estándares para ser aceptado, y servir de documento base para examinar las capacidades profesionales de la persona investigadora, la posible existencia de omisiones en las citas de autores, o de errores en su redacción, solo tienen ese significado —el de deficiencias o descuidos—, pero jamás una forma de plagio, porque técnicamente esta figura jurídica implica la publicación de una obra completa a nombre de otro”. (Texto tomado del segundo párrafo del reportaje en cita. … ya se ve que no es difícil citar las fuentes, ¿verdad, lectora?)
“Jamás una forma de plagio”… “porque técnicamente esta figura jurídica implica la publicación”… Entre abogados te veas, dice una popular maldición.
El abogado Romano nos anuncia dos de las líneas de defensa judicial de la ministra: Primero, que estamos ante una omisión académica que no fue invalidada ó que no fue tomada en consideración por una institución de educación superior, en su momento y en términos de certificación de conocimientos académicos. Segundo, que la presentación de una tesis de grado en una institución académica NO es publicación en los términos previstos en los Códigos Penales.
El primero de los argumentos es especioso (es decir, engañoso). Esquivel desliza lo que seguramente argumentará ante la UNAM respecto de su tesis de licenciatura: que la universidad tuvo oportunidad de revisar el texto de su tesis de grado y no dijo nada respecto de los “defectos de cita”.
Claro, el “defecto de cita” en la tesis de licenciatura (en la UNAM) prácticamente alcanza la totalidad de la tesis, de acuerdo con lo alertado por Guillermo Sheridan y El País. Pero quedémonos con lo que reportó el 12 de Enero de 2023 el Director de la Facultad de Estudios Superiores de Aragón a la Rectoría de la que todavía se dice “máxima” casa de estudios: el Comité de Integridad Académica y Científica de la FES-Aragón afirma que “Yasmín Esquivel Mossa, copió parte sustancial del contenido de la tesis presentada un año atrás por el alumno de la Facultad de Derecho, Édgar Ulises Báez.” (Liga 2.)
La juzgadora y su equipo de defensa tratan de construir el supuesto de que la autoridad competente (académica) para certificarla como licenciada en Derecho la declaró apta para “protestar” como “licenciada” en 1987, PESE al “defecto de cita” evidente en su tesis de grado. Por tanto, la UNAM no podría quitarle, anular ó cancelar su título profesional. La semana que viene, regresaré al barroco proceso llevado a cabo por la UNAM en el Affaire Esquivel Mossa. Hoy me basta con el sub-affaire Anáhuac…
El abogado Romano y la ministra Esquivel son hábiles y persuasivos. De su primer argumento ya convencieron a la Universidad Anáhuac. Diez horas después de la revelación de El País acerca del plagio en la tesis doctoral de Esquivel Mossa, esa institución de educación superior declaró que “los sinodales y el revisor de la tesis, de acuerdo a su leal saber y entender, consideraron que la tesis era satisfactoria y la aprobaron en el examen doctoral correspondiente, como acredita el acta del examen”. (Liga 3.)
Por otra parte, esa institución privada –fundada por los Legionarios de Cristo– se refiere el artículo 13 (Faltas severas) del Libro Sexto (Reglamento de Sana Convivencia y Disciplina) de su “Compendio Reglamentario Anáhuac” (Liga 4), que señala que: “Constituyen faltas severas: … Relacionadas con la ética y la honestidad académica… i) Plagiar o hacer pasar como propio, parcial o totalmente, algún trabajo, información, cita o investigación, que no lo sea.” Es decir, la evidencia presentada por El País indica que Yazmín Esquivel Mossa plagió poco menos de la mitad de las páginas de su tesis de doctorado.
La norma en cita también dice que: “Tratándose de trabajos finales para la obtención de cualquier grado académico como tesis, tesinas, estudios de casos, casos aplicativos y similares, esta conducta ameritará la expulsión, la imposibilidad de obtener el grado o el retiro del mismo.” Es decir, que la Universidad Anáhuac, una institución privada con reconocimiento de validez otorgado por el gobierno federal (estatus mucho muy inferior al de la autonomía constitucional de nuestra supuestamente “máxima” casa de estudios), tiene mejor normativa y atribuciones mayores que las que reconoce para su institución el señor abogado general de la UNAM, Alfredo Sánchez Castañeda.
Pero (así se va el gozo al pozo, lectora), el mismo artículo de la Anáhuac dice que “Esta sanción [retiro del título] prescribirá en un año contado a partir de que se descubra el plagio o en tres años independientemente de esa circunstancia, lo que ocurra primero.”
En otras palabras, lectora, en la Universidad Anáhuac las y los tramposos que no son atrapados en su deshonestidad académica en tres años ¡aseguran su grado por “prescripción”! Triste calidad académica…
En el comunicado oficial de la Anáhuac sobre el plagio de Esquivel Mossa se usa la norma que he analizado para explicar que no pueden hacer nada –que la ministra sigue siendo doctora en Derecho según sus estatutos. El País comentó sobre este posicionamiento (Liga 5): “La universidad, que descarta así tomar medidas y también evita utilizar la palabra plagio [pese a que esta sí aparece en su norma], apunta a que en 2009 no existían las ‘herramientas tecnológicas’ para ‘detectar las situaciones que puedan presentarse en la elaboración de los trabajos de titulación’.”
Como dice otro refrán mexicano: chivo saltado, chivo pagado. Hay fraude académico, pero Esquivel Mossa sigue siendo doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac.
Y luego nos extraña que el Pueblo odie a los abogados…
Ligas usadas en este texto:
Liga 1:
https://elpais.com/mexico/2023-02-24/la-ministra-yasmin-esquivel-plagio-en-su-tesis-de-doctorado.html
Liga 2:
https://www.gaceta.unam.mx/a-la-comunidad-universitaria-a-la-sociedad-mexicana/
Liga 3:
https://www.anahuac.mx/mexico/files/2023/02/Comunicado-Oficial-24-feb.pdf
Liga 4:
https://www.anahuac.mx/mexico/files/Compendio-Reglamentario-Anahuac.pdf
Liga 5:
https://elpais.com/mexico/2023-02-25/la-universidad-anahuac-afirma-que-no-se-puede-sancionar-una-falta-tres-anos-despues-del-examen-doctoral.html
