Fotografías: Nisa Lopeza
Esta fin de semana fue la última que vendedores de ropa, zapatos, electrodomésticos, chácharas y muebles pudieron establecerse en los tianguis de la Ciudad de México. Tras la declaración de emergencia sanitaria por COVID-19, el gobierno de Claudia Sheinbaum emitió esta orden al menos por un mes y pese a que otorgarían prestamos de 10 mil pesos, la mayoría no ha tenido acceso a ellos.
En el mercado sobre ruedas "Unión de comerciantes de fierros viejos y objetos varios de San Lorenzo Tezonco A.C.", mejor conocido como tianguis de las torres, ubicado en Av. Tláhuac y Canal de Chalco, cerca del metro Periférico Oriente, hay una diversidad de puestos de ropa, tenis, fruta, verdura, comida hecha, series, películas, tuppers y papelería.
Nisa Lopeza, de 24 años, además de estudiar Comunicación, trabaja desde los 15 como vendedora en este tianguis. Cuenta que desde hace una semana no solo la venta ha bajado, sino que muchos puestos han dejado de ir, pues en la mayoría atienden personas mayores y al ser parte del sector más vulnerable de contagio de SARS-CoV-2, su salud está en riesgo.
"Otros dejan de ir porque no sacan el día. Tendrían que pagar una plaza de entre 35 y 50 pesos dependiendo los metros que ocupen y lo que vendan, además comprar comida y agua. Si algunos no viven cerca deben gastar en el pasaje o gasolina, muchísima gente viene a vender desde otros puntos de la ciudad o incluso del Estado de México", señala Nisa con tono de preocupación.
Aunque para la joven no implica una pérdida fundamental al no ser el sustento de su casa, para muchos de sus compañeros que ella reconoce y les considera como su familia sí lo es. "Muchos tienen miedo porque es su único ingreso. Por ejemplo, Don Beto nada más se pone los fines de semana y es su única fuente de ingresos, lo que ocupa en su semana depende de la venta de esos días. Aunado a esto, hay 4 trabajadores que dependemos de la chamba que saque él", dice la joven comerciante.
Roberto Rodríguez Sánchez, Don Beto como le dicen sus amigos, tiene 58 años y es el sustento de su familia, es el encargado del puesto de papelería donde labora Nisa. Además de sobrellevar la angustia provocada por las noticias que a diario escucha sobre la enfermedad, le preocupan las consecuencias de dejar de tener ingresos. "Se vive con mucha incertidumbre por el bombardeo de noticias, mis principales preocupaciones son en lo económico por los gastos diarios y más grave si hay problemas de salud", afirmó el señor Roberto.
David Medina tiene 30 años y también es el sustento de su familia y para solventar sus gastos vende herramientas en el tianguis. Frente a la pregunta expresa de cómo ha vivido la pandemia, señala"con gran preocupación por la salud de mi familia, de mis hijos, de mis seres queridos, angustiado al saber que esto está creciendo lejos de una disminución de propagación de la enfermedad y con temor a que esto no se detenga y se siga propagando a más mexicanos".
Cierre de tianguis afecta a todos
Para mitigar los impactos de salud por la COVID-19, el gobierno de Claudia Sheinabum informó el pasado 2 de abril que todos los negocios o puestos ambulantes con productos no esenciales deberán permanecer cerrados.
Así, este 5 de abril se les informó a los y las comerciantes del tianguis de las torres a través de un documento de la mesa directiva de la Unión que mientras dure la emergencia sanitaria solo podrán vender los puestos con productos perecederos que componen la canasta básica (frutas, legumbres, abarrotes, carnes de todos los tipos). Así como aquellos que vendan alimentos y aguas preparadas, pero únicamente se deberá atender para llevar.
Para Nisa, esto es un problema también para quienes podrán vender debido a que la gente ya no va a comprar a los locatarios. "Desde la semana pasada a compañeros que venden fruta y verdura se le ha quedado y se les echa a perder y eso está bien gacho".
Por su parte, la preocupación de quienes venden comida ya preparada es que sus principales clientes son los mismos compañeros comerciantes. "Nosotros que vendemos papelería, les compramos a quienes venden comida, los que venden pantalones les compran a quienes venden comida y pues la gente quizá saldrá a comprar su mandado pero no a comprar comida preparada, entonces no van a sacar el día", dice la joven que tiene casi diez años laborando en ese lugar.
Algunos tianguis que ya cerraron completamente son el de San Felipe de Jesús y la Raza, dos de los más extensos en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
Sin apoyos para los comerciantes
Sobre los efectos económicos para los negocios que ya no puedan abrir, el gobierno de la entidad presentó un financiamiento a través del Fondo para el Desarrollo Social con un préstamo de 10 mil pesos a un plazo de 24 meses.
La forma de pago será mensual y no se requiere de garantía prendaria, el trámite se comienza a través de la página tramites.cdmx.gob.mx/fondeso/.
Sin embargo, esta medida es insuficiente para los y las comerciantes de tianguis y no contempla las condiciones materiales a los que muchas personas de este sector no tienen acceso. Hasta ahora, nadie del tianguis de las torres ha tenido acceso a este préstamo que se liberó el pasado 30 de marzo.
"Algunos lo han intentado pero como el sitio está saturado no abre y la realidad es que no van a alcanzar, son muchos comerciantes, todos los prestamos que van a sacar se los van a llevar los que tienen un local ya mas establecido o pequeñas empresas. Mucha gente que vende en el tianguis no sabe leer, no tienen una computadora, no tienen internet en sus casas , cómo pretenden que la gente haga todo en digital", reprocha Nisa ante las medidas de ayuda presentadas por el gobierno.
"Se supone que darán 500 pesos más en las tarjetas de útiles escolares y de apoyo para despensas, pero esas irán para las empresas, y la economía de abajo para dónde va a ir", cuestiona la joven a la vez que hace un llamado a la sociedad para apoyarse y comprar a los locatarios.
