Migrantes en riesgo y sin derecho a la salud ante emergencia sanitaria por COVID-19 en México

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Frente a la pandemia por la COVID-19, la población migrante también es un grupo en riesgo, no necesariamente por las características de los grupos vulnerables que las autoridades sanitarias han especificado sino por la falta de acceso a la salud en su tránsito por México y por el hacinamiento en Estaciones Migratorias, advierten organizaciones sociales en defensa de los derechos humanos.

Durante la mañana de este viernes personas migrantes protestaron incendiando colchonetas del albergue temporal del Instituto Nacional de Migración (INAMI) en Piedras Negras, Coahuila, donde se encuentran alojadas mientras esperan que finalice el trámite de su repatriación a países de Centroamérica tras haber sido deportados por el gobierno de Estados Unidos, debido a que la Policía del Estado no les permitía salir.

En total 163 personas, entre hombres, mujeres y niños, fueron evacuados del lugar. Según los primeros reportes, tres mujeres y dos hombres fueron trasladados a un centro médico para su atención; menores de edad y mujeres fueron llevadas al albergue "Camino a Casa" en la colonia 28 de junio, y alrededor de las 120 personas restantes fueron cuestionadas por agentes del INAMI luego del operativo de la Guardia Nacional, la Policía Federal, Migración y Grupo Beta ante un posible amotinamiento.

A este hecho se suma el de la noche del pasado 31 de marzo en la estación migratoria de Tenosique, Tabasco, donde una persona de Guatemala falleció por asfixia durante un incendio iniciado para denunciar malos tratos y exigir su retorno a sus países de origen bajo el temor de contagiarse de SARS-CoV2.

Finalizar detenciones y liberar a migrantes: la exigencia de ONG's

El pasado 19 de marzo, varias organizaciones y colectivos en defensa de los derechos humanos emitieron un pronunciamiento en el que señalaron su preocupación por la situación de las personas migrantes, solicitantes de protección internacional y residentes ante la pandemia.

En un comunicado firmado por más de 50 organizaciones, se hizo un llamado al Estado mexicano para que las entidades gubernamentales encargadas del tema migratorio, encabezadas por la Secretaría de Gobernación, de protección social y salud, implementaran acciones que reducieran el riesgo de la población migrante. Entre ellas, la finalización de detenciones por razones migratorias y la liberación de quienes se encuentran detenidos en las estaciones migratorias, ya que estarían expuestas a "largas y arbitrarias temporadas de detención hasta que los países de origen aseguren las condiciones para su deportación o retorno".

Asimismo, cientos o miles de personas detenidas en un mismo lugar contraviene las medidas sanitarias recomendadas por la Secretaría de Salud para evitar contagios, situación que también podría complicarse en tanto que existen antecedentes de la falta de acceso, garantías y protección a la salud de personas en detención migratoria, así como los problemas de abastecimiento de necesidades básicas, suministros de higiene y en el manejo de enfermedades en las Estaciones Migratorias, lo que anteriormente han documentado las organizaciones.

Hasta el pasado 17 de marzo más de 3,000 personas permanecían detenidas en las dos Estaciones Migratorias de Tabasco, lo que fue señalado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que a su vez implementó medidas cautelares.

Al respecto, José Luis Manzo, coordinador de atención humanitaria de la Casa del Migrante de Saltillo, aseguró que la población migrante es un grupo en riesgo, no necesariamente por tener las características del perfil de vulnerabilidad que la OMS ha señalado sino por no contar con las medidas necesarias dentro de las estaciones migratorias.

"Estaciones Migratorias como la de Siglo XXI en Tapachula, Chiapas, y la de Las Agujas en Iztapalapa, Ciudad de México, han tenido problemas de hacinamiento casi desde que se abrieron", refiere José Luis Manzo durante una entrevista para Rompeviento TV.

Los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador, decidieron cerrar sus fronteras ante la contingencia y, por lo tanto, se suspendieron las deportaciones, al igual que los vuelos comerciales. Manzo reafirma que de algún modo las distintas organizaciones avizoraban que esto podía pasar y por eso desde mediados de marzo hicieron la solicitud para que las personas detenidas en las estaciones migratorias fueran liberadas.

En ese momento todavía estaban a tiempo de evitar el hacinamiento en estos lugares y aún había albergues abiertos para recibirlos, pero no hubo respuesta de las autoridades y conforme han pasado las semanas la situación ante la COVID-19 cambió de fase 1 a fase 2, por lo que también los albergues tuvieron que cambiar su forma de operar, como sucedió en la Casa de Migrante de Saltillo.

Foto: Casa del Migrante de Saltillo

"Cuando nosotros anunciamos el cierre del albergue para recibir personas de nuevo ingreso, Migración (Instituto Nacional de Migración) se comunicó con el director, con Alberto Xicoténcatl, para preguntarle si nosotros podíamos resguardar las personas que ellos tenían en la estación provisional en Saltillo. En Saltillo se cerró la Estación Migratoria, quedó una estación concentradora desde hace poco más de tres años", señaló José Luis Manzo, coordinador de atención humanitaria.

Ante la solicitud del INAMI, el coordinador y el director decidieron que si el albergue podía recibir a las personas, no podía ingresar a todas en un solo momento por la capacidad con la que contaba la Casa Migrante y que, en todo caso, firmarían como garantes de su aseguramiento, pero la casa no se iba a convertir en una extensión de la Estación Migratoria, por ende, no tendría a las personas migrantes en calidad de detenidas. Hasta la fecha las autoridades migratorias no se han vuelto a comunicar con esta casa migrante.

"Habiendo entrado en fase dos, cada vez son más los albergues que han decidido o bien cerrar el albergue por completo, es decir, no tener gente dentro ni de nuevo ingreso o quedarse solamente con la gente que está adentro y no recibir personas de nuevo ingreso o dar solamente el alimento y que el alimento sea para llevar, que es el caso de varios albergues sobre todo en el norte y en alguna parte del bajío", cuenta José Luis a la pregunta sobre cómo cambió su funcionamiento a raíz del cambio de fase que anunció la Secretaría encabezada por el Dr. Jorge Carlos Alcocer Varela.

Además de la Casa del Migrante de Saltillo, otros albergues en el norte también tuvieron que cerrar sus instalaciones: Albergue Maná en Mexicali, Centro Scalabrini de Formación para Migrantes en Tijuana, Centro de Atención al Migrante Exodus (CAME) en Agua Prieta, Sonora; Casanicolás en Nuevo León, y el Comedor Iniciativa Kino Para La Frontera en Nogales, Sonora, que ahora sólo proporciona la comida para llevar.

Para José Luis la crisis que existe ahora y la que se viene podría ser peor a nivel mundial, así que hace un llamamiento a la sociedad a solidarizarse con las personas en situación migratoria: "desde lo que pueda dar lo dé, sobre todo si se trata de alimentos (...) un vaso de agua, un plato de comida lo podemos hacer".

Y en lo que concierne a las autoridades estatales y federales enfatiza en que ya se ha hecho un llamado no solamente a las que corresponden al estado de Coahuila sino también a las de las entidades donde existen albergues para que se cumpla la Ley de Migración, en la que se reconoce el derecho a la salud para quienes transitan por México y que, en ese sentido, también se deben tomar en cuenta medidas particulares.

"Hay un protocolo de atención para la salud a personas migrantes dictado desde el gobierno federal y es hora que las entidades federativas no tienen la persona de enlace que se pueda encargar de la operatividad. Creo que es lo menos que pueden hacer, designar a la persona de enlace para que dependiendo la persona de enlace por entidad federativa sea más fácil la coordinación con gobierno federal, gobierno estatal y gobierno municipal, que de suyo les toca la gestión a las personas migrantes y es un trabajo que las organizaciones y sobre todo los albergues han suplido por muchos años", puntualiza el coordinador de atención humanitaria del albergue.

Hasta este 3 de abril, la Casa del Migrante de Saltillo sigue sin recibir respuesta de la solicitud que se hizo a la Secretaría de Salud para que se le informe a la población migrante que ahí reside sobre esta situación y sobre cuál será el mecanismo para atender un caso sospechoso, ya que lo que les han dicho es que si alguien presenta todos los síntomas, entonces se le deberá enviar al hospital general o a la Cruz Roja.

"Toda la información ha sido transferida a la gente dentro del albergue (por) el mismo equipo, pero no ha sido información de la manga. Hemos consultado expertos en salud, epidemiólogos, con la Organización Mundial de la Salud, entonces todo lo que hemos hecho ha sido desde la consulta con expertos y expertas y desde una planeación", dice José Luis.

Pandemia obligará el cierre de albergues, el caso de San Luis Potosí

La Casa de Caridad Hogar del Migrante en San Luis Potosí creó un Protocolo de Actuación ante Contingencia Sanitaria por transmisión de virus causantes de enfermedad respiratoria como COVID-19 e influenza en la Atención a Personas en situación de Migración

El documento de 17 páginas fue generado con el apoyo de supervisores de la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), en el que se incluyeron las instrucciones promovidas por la dependencia federal de salud ante la contingencia: sana distancia, saneamiento ambiental, lavado de manos, protección al estornudar o toser, y artículos de protección personal para los colaboradores en contacto directo con personas en situación de migración.

Frente a las circunstancias y las constantes recomendaciones de autoridades sanitarias para evitar el contagio del nuevo coronavirus, las condiciones para entrar al albergue se volvieron más rigurosas a fin de salvaguardar la salud de quienes ahí habitan. Es así que en el protocolo que fue compartido a Rompeviento TV se detalla cómo serán las medidas de higiene para la población migrante y el personal de cada área del albergue, así como para visitas, donadores, colaboradores y cada espacio de la casa. Por otro lado, la dinámica en el área de comedor y cocina tuvo que cambiarse; por ejemplo, los alimentos se darán de manera escalonada, ingresando al comedor un máximo de 18 personas con un metro de distancia entre personas.

Para organizaciones como la Casa de Caridad en San Luis Potosí, sin duda la salud mental también es algo fundamental en un contexto como el que ahora se vive a nivel mundial, de ahí que otra de sus indicaciones es "No enviar información sobre el COVID -19 que no sea de fuentes oficiales y evitar comentarios que alteren el estado de ánimo de la población y del equipo".

Durante el tiempo que el país siga en fase 2 la manera en la que se les pide a las personas migrantes ingresar al recinto consiste en primero hacerse el indicado lavado de manos con agua y jabón, luego con alcohol-gel y un baño con cambio de ropa, en el caso de presentar síntomas por SARS-COV2, entonces el departamento de Salud les hará una valoración directa y urgente.

Sin embargo, Geraldine Estrada Rivera, coordinadora de la Casa de la Caridad, agregó que aunque el albergue está abierto las 24 horas de los 365 días del año, conforme cambie la fase de la pandemia en México, cambiará su protocolo.

Albergues del sur, primera fuerza de recepción

En lo que respecta a la zona sur, en la Casa del Caminante Jtatic Samuel Ruiz, ubicada en Palenque, Chiapas, desde el 31 de marzo se suspendieron labores y los nuevos ingresos de personas migrantes, al menos hasta mediados de abril.

La hermana Pascuala Chávez Medina, coordinadora de la Casa del Caminante, comenta que al cierre del día 31 de marzo había 27 personas y ahora sólo hay seis debido a que varias les resolvieron asuntos migratorios o les respondieron solicitudes de refugio en el país.

Será hasta la próxima semana que se evaluará si el lugar seguirá cerrado o si se abre, bajo qué condiciones se hará, al igual que para analizar qué otras medidas se tomarán para seguir con la implementación de medidas sanitarias. Mientras tanto, la Cruz Roja de Palenque ha apoyado con material para poner en práctica las recomendaciones de la Secretaría de Salud.

Foto Archivo: Casa del Caminante Jtatic Samuel Ruiz

Pese a la incertidumbre que atraviesa a población en general frente a esta pandemia, son las organizaciones de la sociedad civil las que una vez más demuestran que bajo ninguna circunstancia deja de hacerse visible y palpable la solidaridad hacia las personas que viven en algún contexto de movilidad, sobre todo en medio de una emergencia nacional.

Así, en lo que va de esta semana también la organización Médicos Sin Fronteras México se sumó al exhorto de liberar a las personas migrantes en las estaciones migratorias porque corren riesgo con la expansión de la COVID-19. Y expertos de la Organización de las Naciones Unidas igualmente alertaron sobre que hay personas migrantes trabajando en la agricultura o en sectores informales sin ninguna protección para prevenir algún contagio, por lo que instó a todos los Estados del mundo a adoptar de manera urgente medidas incluyentes a fin de proteger a la población migrante y víctimas de trata en su respuesta nacional frente al nuevo coronavirus.

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