Monarquía o feudalismo en Morelos

2 octubre, 2023

Federico Anaya Gallardo

Dicen los periodistas de Morelos que en la tierra de la eterna primavera no hay república, sino monarquía. Así lo anuncia, con mucha bulla, El Sol de México en una nota de Minerva Delgado del 23 de Junio de 2021: “Morelos parece monarquía; así es como ediles se heredan el poder”. La periodista nos cuenta la sucesión padre-hijo-padre de los Alonso en Yautepec y cómo los hermanos Irving, Francisco Erik y Rafael Sánchez Zavala se han sucedido en la alcaldía de Yecapixtla –que ocupó también su padre Francisco Rafael Sánchez Vargas. De estos dos casos te he platicado la semana pasada, lectora. El Sol de México menciona otras “monarquías municipales” como los León y Vélez de Miacatlán ó los Vargas en Huitzilac ó los Terrazas en Cuernavaca.

El problema con esa nota es doble. Por una parte, se equivoca al describir el fenómeno que reporta. No estamos frente a una monarquía, puesto que ninguno de los clanes familiares mencionados ha logrado ejercer su imperio más allá de su municipio. Ciertamente estamos frente a dinastas, pero dos generaciones de éxito no nos aseguran que estemos ante verdaderas dinastías municipales ó que alguna de esas familias haya logrado monopolizar la política local. Algo más parecido a una monarquía y a una dinastía es lo que los Figueroa de Huitzuco han ejercido en Guerrero durante el largo siglo XX mexicano (llevan tres gobernadores y siguen vigentes).

Lo más interesante al analizar familias de poder en espacios más ó menos pequeños como son los municipios, es descubrir que casi nunca hay un solo clan que controle todos los hilos del poder. De hecho, lo que hace fascinante este tipo de política es que nunca hay un predominio permanente y estable. Un ejemplo emblemático de este tipo de organización política es la República Romana entre los siglos III y I aC. Luego se nos olvida, pero Roma era originalmente un municipio controlado por clanes familiares en perpetua lucha por los cargos públicos. Ronald Syme (1903-1989) describió con detalle ese tipo de Estado y advirtió que su defecto central era que el continuo enfrentamiento entre clanes familiares envenenaba el espíritu público. (La Revolución Romana, 1939.) Después de varias generaciones de enfrentamiento, la mayor parte de los dinastas (herederos de grandes familias) se convirtieron en oligarcas que preferían la guerra civil a encontrar un arreglo con sus adversarios. En un ambiente así nadie podía construir proyectos políticos más amplios e incluyentes.

La literatura occidental recuperó esa experiencia antigua en La excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta, escrita por Shakespeare en 1597: Two households, both alike in dignity… “Dos Casas, iguales en dignidad / en la bella Verona… / por antiguos resentimientos saltan siempre a nuevo motín / en el que sangre civil ensucia otra vez las manos de los ciudadanos. / Así, cabalgando a fatal lomo de los enemigos permanentes, / una desventurada pareja de amantes se quitará la vida. / Su lamentable caída, / su muerte, enterrará los pleitos de sus mayores.”

En Romeo y Julieta la muerte de los amantes adolescentes permite reconciliar a los dinastas. Pero eso es… ficción. En la realidad la reconciliación no llega nunca, mientras en las guerras civiles viejos y jóvenes mueren por igual. Eso sí, en la civilizada democracia burguesa, hay menos dolor aunque prolifere cierto cinismo.

La semana pasada te comenté acerca de los resultados electorales en la elección municipal de Yecapixtla en 2015. Ganó el PAN con el clan de los Sánchez Zavala, pero su victoria fue muy marginal: apenas 0.75% arriba del segundo lugar (PT). Y el tercer lugar (PRI) estuvo a 0.79% de distancia. La diferencia se hizo un poco más grande entre tercero y cuarto lugar (PRD): 3.97%. Los resultados los he arreglado en la tabla que incluyo en este artículo (primera columna). Agregué los resultados de las dos elecciones siguientes.

Sólo en la primera columna (2015) los resultados están en el orden del triunfo (hasta arriba el primer lugar). En la segunda (2018) y tercera (2021) se ordenan los partidos de acuerdo con las alianzas que hicieron después de 2015. El objeto de la tabla es mostrar cómo hicieron los clanes de Yecapixtla para resolver el problema de unos resultados electorales terriblemente dispersos en 2015. Se indica el número de votos entre paréntesis y el porcentaje que representa de los votos válidos. La tabla está hecha a partir de los resultados publicados por el IMPEPAC morelense.

Un primer comentario es que el cambio en el total de votos (última línea de la tabla). La elección de 2018, que coincidió tanto con elección de gobernador como con la presidencial, convocó mucho más a la ciudadanía de Yecapixtla: un incremento de 38%. (Ese tercio extra desaparece en la elección de 2021, menos atractiva. Ya regresará en la de 2024.) Esto es normal en todas partes; pero en el caso que nos interesa el mayor beneficiado habría el ticket del PAN en Yecapixtla –que pasó de un 18.87% de los sufragios en 2015 a más de la mitad en 2018. Una razón es que en 2018 el PAN se alió al MC (que tuvo 11.09% en 2015). Pero la suma simple de panistas y emeceístas sería de apenas 30 puntos. ¿De dónde los otros 20 puntos que obtuvieron en 2018?

En Morelos, desde finales del siglo XX, la alternativa electoral al viejo PRI se había bifurcado a Izquierdas con el PRD y a Derechas con el PAN. Por ello, 2018 la coalición presidencial encabezada por Ricardo Anaya Cortés –que unía a perredistas, panistas y emeceístas– habría sido más atractiva para los votantes yecapixtlecos que sólo van a su casilla “en la grande”: he aquí una primera razón para la impresionante victoria de Paco Sánchez Zavala que se reeligió como edil con más de la mitad de los sufragios.

Pese a eso, el ticket del PRD yecapixtleco de 2018 quedó en un muy respetable segundo lugar, con un cuarto del electorado. ¿Cómo explicar esto? En parte, porque el candidato era J. Refugio Amaro Luna, quien ya había sido alcalde de Yecapixtla en el periodo 2012-2015 (el primer trienio de Graco Ramírez gobernador). Aunque Amaro Luna había ganado en 2012 con el ticket del PVEM, podemos suponer que hizo buenas migas con los operadores del gobernador perredista.

Aquí debo recordarte, lectora, que en la elección para gobernador de 2018, PAN-MC y PRD jugaron separados. Panistas y emeceístas postularon a Víctor Caballero Solano, un médico que había sido funcionario en las Administraciones estaduales panistas (2000-2012). Un candidato natural de las Derechas morelenses. En las encuestas previas a la jornada electoral, Caballero nunca superó el 22% de las preferencias electorales (en promedio, quedaba en 15%). Esto nos da una idea del desprestigio local de los albiazules. En las urnas Caballero obtuvo sólo 14% de los sufragios.

Por su parte, los perredistas postularon a Rodrigo Gayosso Cepeda, el hijo adoptivo del gobernador Graco Ramírez. Para la cadena de periódicos de Los Soles, este debería ser un mejor indicador de “monarquía”. El gobernador ganó para su hijo el apoyo de un partido local, el PSD (Partido Social Demócrata de Morelos) –que es el que tiene un corazón como emblema. Gayosso nunca subió de 17% en las encuestas, quedándose en promedio con sólo 10%. Esto nos muestra el fracaso de la Casa de Graco en Morelos. En las urnas Gayosso obtuvo apenas 12% de los sufragios,

Compara, lectora, los tristes resultados de los candidatos a gobernador del PAN (14%) y del PRD (12%) con los de Yecapixtla. Allí, el PAN de Paco Sánchez obtiene 51% y el PRD de Amaro 25%. Toda política es política local, como sentenciaba Tip O’Neill.

Pero la primacía de lo local tiene sus ventajas y sus límites.

El 4 de Abril de 2018, tres meses antes de los comicios, Boletín de Morelos reportaba en sus noticias destacadas que “La seguridad pública de los ejes más importantes para Paco Sánchez en Yecapixtla”. (Liga 1.) Una nota claramente propagandística que reportaba cómo tres mil personas acompañaron a Paco a registrarse como candidato del PAN. El mensaje del alcalde que buscaba reelegirse era de unidad social: “comerciantes, agricultores, ganaderos, cecineros, tasajeadores, profesionistas, adultos mayores, discapacitados, mujeres, jóvenes y niños, cuentan con un gran equipo comprometido con todos ustedes para seguir luchando juntos de la mano, para darle continuidad al trabajo”.

Paco Sánchez Zavala había hecho su tarea política municipal entre 2015 y 2018. Recordemos que en 2015 tres ex-alcaldes habían competido contra él. Dos, como propietario y suplente en la planilla del PRD: Carlos Carmona Ponce (1997-2000) y Benito Jiménez Zavala (2000-2003). Otro encabezando la planilla del MC: el ex-perredista Alberto Flores de la Torre (2003-2006). Al ejidatario Flores de la Torre lo amarró asegurando obras hidráulicas para sus ejidos y haciendo a los emeceístas socios en su segundo Ayuntamiento. (Liga 2.) A Carmona y Jiménez los ganó compartiendo candidaturas. La misma nota de Boletín de Morelos nos informó que en la ceremonia de inscripción de Sánchez Zavala “también se registró otro militante del PAN, quien contenderá como candidato a diputado local por el 4º Distrito; se trata de Valdemar Mejía Agúndez, originario del municipio de Temoac y que su suplente será Edgar Carmona Arias, hijo del ex presidente municipal de Yecapixtla, Carlos Carmona Ponce”.

Es decir, que para la contienda municipal de 2018, el PAN de los Sánchez Zavala se había acercado a los dinastas municipales que encabezaron las candidaturas del PRD y del MC en 2015. En teoría, esto le sumaba a Paco Sánchez 13.36% del PRD y 11.09% del MC; es decir, un 24.45%, ó un buen cuarto, de los votos potenciales. Con el 18.87% de los votos panistas de 2015, estas tácticas elevaron el poder municipal del dinasta panista a 43.32%. Los coat-tails de la candidatura presidencial de Anaya Cortés hicieron el resto.

Lo anterior, pese al desastroso desempeño del candidato panista a gobernador. Es decir, no es clara ni directa la liga entre buen desempeño municipal y buen desempeño a nivel estadual. ¿Pueden los dinastas municipales como los Sánchez Zavala de Yecapixtla convertirse en monarcas de Morelos? Lo que llevo explicado hasta aquí nos permite una primera respuesta: Difícilmente.

En 2018, el ticket panista formado por Valdemar Mejía Agúndez y el hijo del ex-alcalde perredista Carmona perdió la elección para diputado estadual en el Dtto 4 (Yecapixtla). Tuvieron sólo 12,758 votos (15.33%) frente a 27,931 sufragios (33.55%) de MORENA-PT-PES (la coalición obradorista de ese año), que postuló a Erika García Zaragoza. La diputada García Zaragoza formó parte de las bancadas del PT (2018-2020) y luego del PES (2020-2021) en la LIV (54) Legislatura morelense (2018-2021). En 2022, terminado su periodo como legisladora, García nombrada directora general de Gestión Social y Economía Solidaria en la Administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo de Cuernavaca.

Hago dos últimas anotaciones.

Primera, en la elección intermedia de 2021 un tercio del electorado que votó en 2018 se quedó en casa. El PAN yecapixtleco postuló a Rafael, hermano de Paco Sánchez Zavala. Éste último compitió por la diputación que había ganado tres años antes García Zaragoza. En la municipal el PAN ganó con 31.37% de los sufragios –sin el MC, que apenas alcanzó 1.35% de la votación. Podemos sospechar que los ejidatarios experredistas del ex-alcalde Flores de la Torre se quedaron en el PAN. El PT quedó en segundo lugar, con 22.87% de la votación. El PRD y el PRI compitieron juntos, pero apenas alcanzaron 9.23%, quedando en tercer lugar. Si el ex-alcalde Carmona Ponce sigue jugando en ese ticket, es probable que sus votantes hayan migrado al PT. En cambio, Paco Sánchez y el PAN obtuvieron 23,981 votos (31.48%) frente a 13,357 sufragios (17.53%) de MORENA y 9,491 votos (12.46%) del PT. Nota, lectora, que la suma del segundo y tercer lugares queda 1,133 votos abajo del primero. El problema, visto desde la ciudad de México es ¿por qué no fueron juntos MORENA y PT? Una pista es que el candidato del PT era el ex-alcalde de Yecapixtla Amaro Luna. ¿El clan Sánchez Zavala logró que Amaro dividiese a la Izquierda? Eso aseguró que el PAN ganase el distrito –y como sabemos, que Paco Sánchez lograse dirigir la LV (55) Legislatura por tres años.

Segunda, en Junio de 2019, la diputada estaduak por Yecapixtla sufrió un atentado que la dejó herida de bala. (Liga 3.) Tres años más tarde, en Septiembre de 2022 el ex-alcalde Amaro Luna fue asesinado con otras dos personas durante un torneo deportivo organizado por el presidente municipal en funciones, Rafael Sánchez Zavala. (Liga 4.)

Acaso ninguno de los dos incidentes tenga que ver con la política. O acaso sí. La Fiscalía General de Uriel Carmona Gándara ha sido incapaz de aclarar algo. ¿Ó será que, igual que en la bella Verona de El Bardo, en Yecapixtla por antiguos resentimientos las Grandes Casas saltan siempre a nuevo motín?