Insuficiente y ambigua la reforma al Estatuto General de la UNAM sobre violencia de género

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Imagen: Diario Imparcial Oaxaca

El pasado 12 de febrero, la violencia de género se convirtió en una falta grave para los estudiantes y profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) después de que el Consejo Universitario (CU) reformara el Estatuto General, quienes aseguran cumplen con lo solicitado por las diversas movilizaciones y grupos de la propia universidad.

Después de varias semanas de paros y tomas de planteles en la UNAM, se han visto acciones. Sin embargo, han sido calificadas de insuficientes. Los paros siguen en diversos planteles de la institución como el 3, 5, 6 y 9 de la Escuela Nacional Preparatoria y las facultades de Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Sociales, Psicología, Diseño y Arte exigiendo un verdadero cambio que como comenta Sayuri Herrera, defensora de Derechos Humanos, ha sido apenas un primer paso.

El reconocimiento a la lucha de las mujeres organizadas dentro de la universidad es solo el principio. Hay demandas legítimas dentro de la comunidad universitaria, hay posibilidades de erradicar la violencia aplicando medidas de protección, relata Sayuri Herrera en entrevista para Rompeviento TV.

Aunque, reconoce, no se debe plantear solo una condena, pues se debe resignificar. Ha sido insuficiente la modificación al no contemplar el cambio al artículo 98 que tanto se exigía, declara la defensora.

El Consejo Técnico Universitario sólo aprobó  la reforma a los artículos 95 y 99 del Estatuto General Universitario, así como los artículos 3, 9 y 10 de los reglamentos del Tribunal Universitario y de la Comisión de Honor, pero no el 98, referente a las sanciones contra quienes violenten sexual, física o psicológicamente a mujeres al interior de las instalaciones de la UNAM.

 

LA REFORMA INSUFICIENTE

La iniciativa propuesta por las autoridades de la UNAM no contempla la reforma al artículo 98 donde las sanciones sean equivalentes a la gravedad de las faltas en materia de violencia de género. Frente a esto, Sayuri señala que una de las exigencias de las mujeres de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) son sanciones para académicos, alumnos, trabajadores y todo el conglomerado de miembros de la universidad.

"La reforma se realizó de forma superficial y la condición de formar una Comisión Tripartita entre profesoras, estudiantes y trabajadoras que den seguimiento a los casos de violencia de género y atención integral a los casos dentro de cada plantel tanto en la Ciudad de México como en las entidades federativas del país e incluso en el extranjero no se ha siquiera mencionado", señaló Herrera, a la vez que reconoció "se ha empezado a germinar un movimiento que forja un mensaje fuerte".

Por su parte, la profesora de estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras Sandra Escutia, declaró que es relevante el reconocer como falta grave la violencia de género dentro de la universidad, al ser la base para empezar a vincular sanciones y una transformación cultural entre la comunidad universitaria.

La penalización no es suficiente si se encuentra en la vida cotidiana, se sigue sin percibir como grave en la sociedad mexicana la violencia contra la mujer. En México particularmente, debido al incremento de violencia hacia las mujeres, el machismo, el abuso de poder y el sexual no se ha dejado excenta dentro de la comunidad universitaria que repite estos comportamientos.  Lo que se tiene que trabajar no solo es la cuestión legal, la universidad se ha atrasado en la legislación en comparación con el marco del país debido a los propios problemas internos para realizar los cambios. 

La propia profesora Escutia reconoce que no se ha cumplido el pliego petitorio. "La diferencia es que tendría que ser mucho más explicita e ir revisando otros estatutos dentro de la misma universidad, como los derechos universitarios(...), solo se inicia el proceso más no se sabe las consecuencias precisas de dicho proceso siendo demasiado ambiguo en cada caso. Dentro de la historia de la universidad con los diferentes protocolos de género hay una serie de incumplimientos para un acceso de una justicia plena por parte de quién ha denunciado", señaló la académica.

Para las autoridades, la modificación del artículo 95 ya se reconoce y sanciona la violencia de género y la discriminación. Sin embargo, las alumnas organizadas habían solicitado la reforma al artículo 98 para garantizar que los agresores  no regresen a las aulas tras ser sancionados con amonestaciones verbales o la separación temporal del cargo.

A través de un comunicado, las Mujeres Organizadas de la Facultad de Filosofía y Letras reiteraron que el Consejo debe tomar en cuenta la propuesta de aplicar sanciones específicas.

El AVANCE ES POR UN MOVIMIENTO HISTÓRICO

El movimiento feminista, estos paros en las facultades y en las diferentes instalaciones pertenecientes a la UNAM surge por antecedentes de violencia no resueltas, mal resueltas o ignoradas en al menos 5 años; tiempo donde las estudiantes han deseado el cambio. "Esto forma el momento más crítico", comenta la profesora Escutia y considera que "la UNAM con la importancia que tiene histórica y social, ha puesto el tema en la enunciación explicita en torno a violencia de género y acciones de pronunciamiento. La postura de la comunidad estudiantil universitaria se ha expresado exigiendo una vida libre de violencia para las mujeres".

Para Sandra, empezar dentro del campus es un primer paso para dejar de normalizar estos comportamientos, para exentarlos de la cotidianidad. "La universidad no es solamente el campus y sus instalaciones dentro de Ciudad de México, sino en el mismo país y el extranjero, por eso la relevancia de un pronunciamiento fuerte y contundente para posicionar a la universidad en combate y alzar la voz ante una sociedad pasiva ante la cotidianidad tan desgarrante que acontece en México".

DEL OTRO LADO...

Por una parte, la comunidad de la Universidad manifiesta que el movimiento de lucha es transparente y, que erradicar la violencia contra la mujer es legitimo, mientras que las autoridades de la máxima casa de estudios politizan el movimiento acusando de "mano negra" y una clara manipulación de los paros y exigencias.

El Tribunal de la UNAM acusó al diputado de Morena Alfonso Ramírez Cuéllar por ser la "mano negra" que ha organizado los paros en la Universidad.

"Quién se dice presidente interino de MORENA utiliza a trabajadores a su servicio para crear el caos en nuestra Universidad; concretamente lo ha hecho con su directora jurídica la licenciada Louders Ojeda quién además es esposa del diputado suplente de Ramírez Cuéllar, Javier Uriel Aguirre Valencia",  expresó Eduardo López Betancurt quien funge como presidente del Tribunal.

No obstante, la rectoría se ha desmarcado de las imputaciones del tribunal al militante de MORENA y por su parte, Ramírez Cuellar negó las acusaciones afirmando tener  una excelente relación con el rector de la UNAM, Enrique Graue. Cabe señalar que en días anteriores durante la conferencia mañanera el presidente de México Andrés Manuel López Obrador declaró que había "mano negra" detrás del conflicto de la UNAM, frase que replicó el mismo rector Graue, el pasado 6 de febrero.

 

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