Dos manifestaciones Dos

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Federico Anaya Gallardo

El día de ayer una manifestación bajo la consigna de “#LaCorteNoSeToca” nos mostró que la ciudadanía de Derechas se está acostumbrando a salir a las calles en toda la República. Enhorabuena. La democracia no se puede construir sin que todas y todos estemos presentes en las plazas públicas, debatiendo. Hubo, sin embargo, un momento complicado que vale la pena reflexionar. Cuando las y los manifestantes del Distrito Federal (hoy Ciudad de México, mañana Anáhuac) llegaron a las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación –al filo del mediodía– “un grupo de personas que acudieron a la marcha pacífica en defensa de los ministros de la Suprema Corte, arrancaron las casas de campaña del plantón opositor a los ministros que se encontraba instalado en el acceso principal de la Corte”. Esto lo reportó el medio digital PolíticoMx a través de un hilo de tuits. (Liga 1: el primero, posteado a las 12:18 pm.) El hilo viene acompañado de vídeos atribuidos a Víctor Gamboa.

El primero de los vídeos de PolíticoMx se contradice con el texto trinado. Bueno, en parte… pues arrancar no es una acción claramente pacífica. Lo que vemos en las escenas es a varios hombres arrastrando estructuras metálicas y lo que parecen ser mantas. Las retiran de la banqueta justo al frente de la puerta principal del palacio de la Corte. Supongo que se trata de las casas de campaña arrancadas. (Justo ahora recuerdo otras casas de campaña que permanecieron por largos días en la plancha del Zócalo sin que nadie las arrancase ni arrastrase… aunque como no contenían a nadie ni nada, el viento las hacía volar de vez en cuando. Las dos imágenes son contrastantes.)

En ese mismo primer vídeo de PolíticoMx podemos ver y oír a otros manifestantes, los “del plantón opositor a los ministros”, que se han replegado a la escalinata de la puerta principal sosteniendo algunas de sus pancartas (“La Suprema Corte de Justicia y jueces es un cochinero al servicio del capitalismo. Delincuentes de cuello blanco…”) y coreando “¡Provocadores! ¡Provocadores! ¡Provocadores!...” Frente a ellos, las y los recién llegados corean a su vez “¡La Corte no se toca! ¡La Corte no se toca! ¡La Corte no se toca! …”

El segundo vídeo del hilo de tuits nos deja ver que entre los recién llegados iba un Padre Hidalgo enarbolando un estandarte con la leyenda “Patria y Libertad siiii. Comunismo noooo.” Y podemos oír la consigna “¡López Obrador es un porro! ¡López Obrador es un porro! ¡López Obrador es un porro!” Los manifestantes de “#LaCorteNoSeToca” ya han ocupado la banqueta. Los “del plantón opositor a los ministros” siguen en la puerta principal coreando “¡Provocadores! ¡Provocadores! ¡Provocadores!...” Un nuevo actor ha entrado en escena: una valla de policías con cascos y escudos se ha colocado en medio de los dos grupos.

Ese último momento fue comentado en Twitter por Cecilia Soto, la excandidata presidencial del Partido del Trabajo en 1994: “¿La policía de la CDMX protegiendo a quienes insultan y amenazan a la ministra presidenta de la @SCJN? Ver para creer”. (Liga 2.)

Otro tuitero, cuyo avatar es “El sensei de la política” (@Inteligente001) declaró triunfal: “No éramos muchos pero sí los necesarios. / Los quitamos y les quitamos los carteles. / La Suprema Corte de Justicia de la Nación no se toca.” (Liga 3.) En su segundo trino, PolíticoMX explicó que “al grito de ¡Fuera, burros!, un amplio grupo de manifestantes que apoyaban a la Suprema Corte, corrió a los morenistas que se encontraban desde hace unos días en el acceso principal de la Corte”.

En un comentario al tuit de “El sensei de la política” se aprecia mejor la dinámica de lo ocurrido en la puerta principal de la Corte. El avatar “Riuts Low” (@riaby22) pregunta: “Oye Sensei, en la segunda foto de arriba, parece que los granaderos están protegiendo a los pulguientos revoltosos morenistas, espero no sea así, si no imagínate a ‘la policía’ defendiendo tal aberración de personajes.”

“El sensei de la política” le responde: “Cierto Riuts, estaban protegiéndolos y la ciudadanía valiente y firme exigiendo que los retiraran. / No estaban dispuestos y bajo la presión los quitaron de ahí y el agitador de playera negra echando ojos de pistola a todos. / Aventaron papeles, playeras, encendedores con la figura del peje y le fueron bajando. / Después de un ratote quitaron dos o tres papeles, cuando quitaron el del tigre [emoji de tigre] hubieron aplausos pero hasta que vieron que no nos iríamos autorizaron a dos mujeres bien entusiastas y valientes y ellas quitaron todo. / Lo veo como un triunfo del mexicano consciente que ama a México sobre el enemigo de nuestro país.”

Al inicio de esta columna, afirmé que era cosa buena que las Derechas salgan a la calle a manifestarse y que la democracia no se puede construir sin que todas y todos estemos presentes en las plazas públicas, debatiendo. Pero los comentarios de Cecilia Soto y los dos tuiteros anónimos que he citado nos muestran que no todos en la Derecha están dispuestos a debatir. Más bien salen a suprimir. No entienden que el papel correcto de la fuerza de policía es evitar que el debate de ideas sea desbordado por la amenaza de violencia ó por la violencia misma. La “incredulidad” de Soto ante los policías que se desplegaron “protegiendo a quienes insultan y amenazan a la ministra presidenta de la @SCJN” nos indica que la excandidata presidencial no puede concebir que en Democracia la ciudadanía tiene derecho a manifestarse de manera libérrima. Notemos, lectora, que las Derechas a las que pertenece Soto asume que la Ley sólo tiene una interpretación posible –la que ellas y ellos sostienen.

¿Y los demás? ¿No tenemos derecho a opinar distinto, a sostener interpretaciones divergentes de la Ley? La respuesta, para ese sector que llegó al edificio de la Corte para confrontar a sus conciudadanas y conciudadanos que se manifestaban al otro lado de la trinchera ideológica, es la que trinó “Riuts Low”: como somos pulguientos revoltosos morenistas, entonces no tenemos derechos. Si este clasismo discriminador es el contenido político final de la movilización “#LaCorteNoSeToca”, me atrevo a vaticinar que sus promoventes no tendrán mucho éxito a la hora de ir a recoger el voto de las mayorías populares.

Más allá del poco éxito político que suelen obtener quienes desprecian lo popular, las y los ministros de nuestro máximo tribunal deberían meditar acerca de hechos como los ocurridos este Domingo 28 de Mayo de 2023. Ciertamente, es buena cosa que una parte de la ciudadanía se manifieste apoyando a uno de los poderes constituidos. Después de todo, es uno de los órganos políticos de nuestra República. Pero ministras y ministros debiesen reflexionar quiénes son quienes se movilizan en su defensa, y con qué argumentos hacen esa defensa. El día de ayer unos manifestantes impidieron a otros el ejercicio del derecho ciudadano que ellos estaban ejerciendo. Poco cívico. Muy peligroso. Si la Suprema Corte de Justicia de la Nación es la atalaya y garantía de los derechos humanos de todas y de todos… ¿no debería manifestarse sobre la inconstitucional supresión del plantón que estaba a sus puertas?

Ligas usadas en este texto:

Liga 1:

Liga 2:

Liga 3:

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