Desprecios que se notan

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Federico Anaya Gallardo

 

Decíamos la semana pasada que para uno de Los Altos Intelectuales de México los obradoristas (al menos 1.7 millones de nosotros) somos autoritarios, carentes de ética y proclives al despotismo. Que no sabemos vivir en una sociedad modelada por una diversidad de ideologías, sensibilidades, intereses. Y que ya tenemos un lugar destacado en el museo de la infamia. Uf. (¿Álguien sabe adónde está el tal museo? ¡Yo quiero llegar antes que el resto de los millones de obradoristas, para que se me exhiba en buen lugar!)

 

De los calificativos de Woldemberg, dos describen una situación (autoritario y proclive al despotismo) y dos una falla (carencia de ética y no saber vivir en una sociedad diversa). Hay opiniones más burdas sobre las fallas de las mujeres y hombres que formamos el obradorismo. Veamos algunas de ellas –emitidas a raíz de las elecciones estaduales en seis entidades federativas, el pasado 5 de Junio de 2022.

 

La actriz veracruzana Claudia Ramírez (@RamirezClaudia_) tuiteó, a las 21:34 p.m. de la jornada electoral: “Ganó la pinche necedad e ignorancia.” (Liga 1.)

 

El informador y cronista deportivo en Televisa, Imevisión y varios canales de Estados Unidos, experto en futbol americano, y narrador oficial de los juegos de los Raiders, Jorge Berry (@jorgeberry) tuiteó, a las 17:30 p.m. del 6 de Junio de 2022: “Es tan mexicano votar por el que te va a joder.” (Liga 2.)

 

Notemos que, cuando menos, Ramírez y Berry asumen que la agencia histórica reside en la sociedad, en lo colectivo. En cambio, Sergio Sarmiento afirmó en El Siglo de Torreón y en Reforma que el hecho de que MORENA se volviese partido dominante “en tan poco tiempo se debe al talento político de Andrés Manuel López Obrador”. Pero la depreciación de lo popular es la misma: dice Sarmiento que “el ‘pueblo’, para usar el término que prefieren los populistas, se siente atraído por un líder que dice diariamente ‘Vamos muy bien’ y que atribuye todos los problemas a una conspiración de conservadores, (neo)liberales, fifís y corruptos. López Obrador ha sabido también utilizar los recursos públicos para repartir ayudas que presenta como un acto de generosidad personal y que compran votos.” (Liga 3) En resumen, el pueblo es necio, ignorante y vota por quien le jode.

 

Veamos ahora la opinión de F.Bartolomé en su “Templo Mayor” del 6 de Junio de 2022: “¿Quién ganó ayer en las elecciones? Eso es lo de menos. Lo grave es que volvió a perder México.” Esta columna se publicó al lado de la de Sarmiento en Reforma –lo que indica una probable sincronía entrambas. Si el pueblo es ignorante y necio, si elige a quien le jode, si se deja manipular por el líder populista, podríamos sospechar que “el México que perdió” no es ese pueblo. ¿De quién estamos hablando, entonces?

 

Ricardo Raphael, en la resaca de la elección del 5 de Junio de 2022, proclamó en Milenio que “Morena se devora al PRI” (Liga 4). En su columna, Ricardo se concentra en los casos de Tamaulipas e Hidalgo, adonde los candidatos ganadores a gobernador dejaron “recientemente” el PRI. Efectivamente, el hidalguense Menchaca dejó el viejo “partidazo” en 2015. El tamaulipeco Américo Villarreal dejó el tricolor en 2017. A mí no me parecen tan recientes estos desprendimientos. Ambos ocurrieron cuando ni MORENA ni López Obrador tenían asegurado su futuro. Puedo imaginar que muchos “priístas leales” consideraron que el villarrealismo y el menchaquismo cometían un error (si es que existían en cuanto que “corriente” ó “movimiento”). En otras palabras, MORENA no ha ganado, sino que el viejo PRI se ha cambiado de piel. Raphael aplica la misma lógica a los resultados electorales en Oaxaca –adonde habría sido el gobernador priísta (Alejandro Murat) quien permitió el triunfo del siempre opositor Salomón Jara.

 

¿Notas, lectora, la afinidad entre los discursos de Ramírez, Berry, Sarmiento, F.Bartolomé y Raphael? Todos sugieren que la agencia (fuerza intencionada) en la política no la puede tener el pueblo –cuyos defectos le condenan a un papel pasivo en estos “complicados asuntos”. Para estos high intellectuals, la única agencia concebible es la de las élites. Son estas las que deciden los resultados electorales al abandonar ó unirse a los partidos, al manipular los eventos desde el poder para que gane tal ó cual candidatura.

 

Un viejo conocido mío, Gustavo Cano, escribe periódicamente sus reflexiones sobre la política. A santo de los resultados electorales de este Junio de 2022 dijo que “parece que AMLO se ha sabido incrustar muy bien en los nichos básicos del electorado para garantizar un voto duro sólido, contundente y ganador”. Y luego repite la cantaleta de que el obradorismo usa los programas sociales para manipular a ese pueblo necio, ignorante, dominable… Pero Gustavo aporta otro elemento: “En lo personal estoy muy de acuerdo que primero se atienda a los pobres, sobre todo en un país como el nuestro, en el que la mayor parte de los ricos históricamente les ha importado un carajo partido por la mitad sobre lo que les pase o no a los pobres, al contrario, la cultura de la explotación y el abuso laboral está ampliamente arraigada entre la clase pudiente”.

 

Se trata del argumento que ha venido exponiendo desde 2018 Zepeda Patterson: el obradorismo ha roto con la cultura política tradicional al poner en el centro las necesidades de los oprimidos. Gustavo Cano pone el argumento en boca de un taxista: “’Dígame usted por favor, en este país, ¿quién hace algo por los jodidos?’”. Nadie, salvo el obradorismo. Aquí saltarán varias de mis amistades buena-onditas (y académicas) diciéndome que importa ver si eso que se hace está bien hecho… pero eso no quita que sólo el obradorismo se manifestó, comprometió y actuó a favor de los pobres.

 

Regresemos, lectora, a Sarmiento. En su columna, nos recuerda que México “no es el único país que ha sucumbido al populismo” y nos señala que éste existe por lo menos desde la Roma del siglo I aC –cuando Cayo Julio César subvirtió la vieja república Romana mediante “el reparto de tierras a soldados y de dinero y alimentos al pueblo”. Sarmiento no se extiende en el antecedente, pero yo te comento que de allí viene el término “cesarismo” que NO es “militarismo” sino “dictadura emanada del pueblo”. La semana que viene elaboraré más sobre este punto.

 

Hoy concluyo señalándote, lectora, que negar la agencia del Pueblo (sí, así con mayúscula) es una tontería. La ciencia social ha documentado la existencia y efectividad de la movilización popular, así como el modo complejo en que esta se liga con las élites tradicionales y emergentes. De los varios comentaristas que te he referido hoy, sólo Raphael y Cano reconocen que en la relación Pueblo-élites hay más que la ignorancia-manipulación –pero no abundan. Y al contrario, Raphael subraya la “magia” de las élites locales (villarrealismo y menchaquismo) ó de los gobernadores todopoderosos (Murat “corona” a Jara). Cano sentencia: “El pueblo bueno no entiende ni le interesa entender razones como las expuestas…”

 

Y luego se extrañan de sus derrotas.

 

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

 

Liga 2:

https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/2022/marea-guinda.html

 

Liga 3:

https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/2022/marea-guinda.html

 

Liga 4:

https://www.milenio.com/opinion/ricardo-raphael/politica-zoom/morena-se-devora-al-pri

 

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