De El Tapado a Las Corcholatas

  • 0

Federico Anaya Gallardo

 

 

A mediados de Julio de 2021, en Villahermosa, el presidente López Obrador dio el disparo de salida de la sucesión presidencial. (Adelantadísimo, dicen todos sus críticos.) Terminaba una de Las Mañaneras foráneas y la última pregunta le inquirió por qué es que pensaba retirarse a Chiapas y no a su natal Tabasco. (Liga 1.) En su respuesta, Andrés Manuel explicó que Tabasco y el norte chiapaneco son la misma región desde tiempos de los olmecas y habló de la hectárea que rodea la casa que heredó de sus padres en Palenque. Comentó de los árboles que hay allí y del ruido de guacamayas que le había despertado esa mañana. Y entonces afirmó que estaba tranquilo, que lo esencial de su sexenio estaba logrado y que había muchas compañeras ó compañeros del movimiento liberal y progresista para continuar la tarea.

 

Dijo (y vale la pena citar literal): “…ahora sí que ya no hay tapados. / Yo soy el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo, esa es la regla, la gente va a decidir en su momento en forma libre, democrática, quién debe representarnos en lo que corresponde al movimiento progresista”. (El audio de esta sección, en Liga 2.)

 

Hoy en día uno dice “Tapado” e inmediatamente se piensa en “Precandidato Presidencial”. Los más grandes imaginamos a un señor de traje con una capucha blanca sobre la cabeza, que sólo nos deja ver sus ojos. Un ícono ya antiguo –del que te ofrezco dos imágenes. Lo inventó el monero Abel Quezada el 2 de Diciembre de de 1956 en Revista de Revistas –justo cuando empezaba el quinto año del sexenio de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958). Lo que se nos olvida a todos es que Quezada concibió la imagen como una burla. De hecho, el adjetivo Tapado también se usaba para señalar debilidad, incapacidad: si alguien era “tapado” es que era “muy inútil”. Que era la actitud que el sistema ultra-presidencialista inaugurado por Ruiz Cortines impuso a los precandidatos del partido oficial: no moverse. Es probable que, precisamente por esta ambivalente significación, el tapadismo no haya penetrado formalmente en los círculos oficiales.

En el ya famoso libro de Jorge G. Castañeda, La herencia: Arqueología de la sucesión presidencial en México (Alfaguara, Abril de 1999), Luis Echeverría Álvarez se refiere al término quezadiano así: “Yo supe que iba a ser candidato tres meses antes de lo que coloquial, popular y folclóricamente se llama ‘el destape’…” Esto confirma que la élite priísta usaba un lenguaje formalista para describir su proceso de selección presidencial y aclaraba –puntillosa– que el lenguaje del tapadismo era el de los ajenos al sistema: los usuarios de conversaciones corrientes, los extravagantes ó peculiares, los de Abajo... es decir, era un término de los que se burlaban del sistema.

 

En la entrevista que hizo Castañeda a Echeverría para La Herencia, los editores debieron suprimir los honoríficos de las personas de quienes hablaba el expresidente, quien era “respetuoso de las normas protocolarias … cita[ndo] invariablemente a los personajes … por su nombre completo, y con su título o cargo” … En el mundo del licenciado mengano, del ingeniero fulano y del ministro zutano no había lugar para la broma de Quezada. A los monos y a los moneros se les veía (y se les despreciaba) desde las alturas del balcón presidencial.

 

Recordar lo anterior hace fascinante la declaración de López Obrador sobre el tapadismo. Primero, notemos la contradicción: “ya no hay tapados”/”yo soy el destapador”. La prensa tradicional –que sigue fascinada con los rituales viejos del poder presidencial del Ancien-Régime– inmediatamente leyó una especie de “acto fallido”: El presidente dice que no hay tapados pero que él va a destapar. Omiten que inmediatamente antes, López Obrador había dicho: “Todos, los que están en el gabinete, gobernadores, todos tienen posibilidad, dirigentes parlamentarios, todos, todos, todos, tienen posibilidad”. Si todas las personas que están en puestos relevantes del sistema político pueden ser candidatas, entonces ninguna está cubierta (tapada) y nadie debe ser tapado (inútil). No hay tapadismo.

 

Aparte, el mecanismo viejo suponía que había siempre un número pequeño de personas con la capucha de “Tapado”, entre los cuales el “dedo presidencial” señalaría quién era “el bueno”. Así que debemos hacernos cargo de que AMLO también afirmó que él era el “destapador”. Pero, otra vez, la prensa tradicional no recaló en lo que dijo el presidente inmediatamente después: “mi corcholata favorita va a ser la del pueblo, esa es la regla, la gente va a decidir en su momento en forma libre, democrática, quién” será la candidata del movimiento. Podemos no estar de acuerdo con el método de selección –las encuestas– pero el presidente claramente dice que él sólo destapará a la persona que ya haya sido destapada por el procedimiento del partido.

 

Contrario al solemne Echeverría, López Obrador abraza la broma de Quezada y elabora sobre ella. Si la prensa tradicional y los sesudos comentaristas de café quieren seguir usando los términos del viejo régimen, él retoma las palabras y vuelve a bromear con ellas. Parece decir, burlón: Si quieren tapados, todas y todos son tapados. Si quieren dedazo, él se asume como destapador… pero también advierte que sólo destapará a la persona que haya sido señalada por las encuestas. Y así llegamos a “Las Corcholatas”… esos viejos tapones de metal de las ya antiguas botellas de vidrio. AMLO saca la sucesión de Palacio y lúdicamente la avienta a la plaza desde el balcón presidencial –adonde todas y todos podemos jugar con las corcholatas.

¿Abandona el presidente el proceso de selección? No. No podría hacerlo. Pero le dá un nuevo carácter a la Presidencia, el de árbitro.

 

Regresemos a Castañeda y otros teóricos del tapadismo tradicional. Estos sabios encontraron que los presidentes priístas concentraban el máximo poder de decisión en la sucesión –pero nunca estuvieron solos. Sabían que algunos de los “tapados” serían inadecuados en ciertas coyunturas. Por eso los mandatarios de la presidencia imperial mexicana cultivaban varias precandidaturas. Por eso el mecanismo tradicional se centró en el Gabinete presidencial. Las gubernaturas, é incluso las Cámaras, estaban demasiado alejadas del poder inmediato del Señorpresidente. Y, por más poderoso que llegó a ser nuestro “monarca sexenal”, algunos sectores del Establishment ejercieron una especie de veto en las sucesiones. Este veto de las élites (militar, económica, internacional) siempre fue discreto, pero siempre fue efectivo. Si quien tomaba la decisión era el presidente, las élites eran los árbitros.

 

Lo que tenemos ahora parece ser el reverso de aquél sistema: hay muchos jugadores actuando en un campo muy abierto (de California a Yucatán) y el Señorpresidente queda como un árbitro. (No el único, pero sí uno muy poderoso.)

 

El 30 de Junio de 2022, otra vez en una Mañanera (Liga 3), Andrés Manuel comentó que “…yo estoy pendiente porque [quienes están en el Gabinete] me tienen que ayudar, me tienen que alivianar la carga, y lo están haciendo. Y tienen libertades”. Explicó que es evidente un cambio, que abandonamos la regla “del ‘no se muevan, el que se mueve no sale en la foto’, [del] ‘tapadismo’, [para] decir ‘yo tengo derecho y voy a cumplir con mi responsabilidad’”. El problema es que puede haber tropiezos, López Obrador aclaró que “todos tenemos que aprender, y esa es una lección en política, a autolimitarnos… Si lo que hacemos a la gente no le gusta, a ver, vamos a rectificar...”

 

La nueva sucesión presidencial es un juego con muchos participantes, quienes actúan dentro y fuera del partido hoy oficial (y que mañana podría dejar de serlo). Por lo mismo, López Obrador dijo que “hasta [le] dio gusto porque … Santiago Creel ya dio a conocer que él quiere ser candidato, claro, del bloque conservador... Quadri … dice que, como gan[e] él la Presidencia, va a convertir en una ciclovía el Tren Maya. Y el hijo de Miguel de la Madrid … dijo que va a cancelar el aeropuerto ‘Felipe Ángeles’. O sea, ya todos están dando a conocer sus propuestas, algunas muy profundas.” (Pun intended?)

 

Un mes más tarde, en La Mañanera del 26 de Julio de 2022, el presidente aclaró más el panorama. (Liga 4.) Dijo que aún es fuerte “la subcultura antidemocrática”. Tanto, “que todavía en nuestro movimiento están esperando una señal”. Una señal del “Señorpresidente” para saber –como Echeverría– que él ó ella obtendrán la candidatura. Y les advirtió a todas Las Corcholatas que “si la gente ve que el presidente se está inclinando a favor de alguien o los dirigentes del partido se están inclinando a favor de alguien … eso tiene un efecto de búmeran” que les terminará perjudicando.

 

La moneda está en el aire. En el Gabinete, algunas encuestas señalan a un lado y otras en otra dirección. En la calle, cada instante es esencial. Una respuesta mal dada hace dudar acerca de la calidad humana de una persona candidata. Incertidumbre. Tal vez por eso fue bueno que el disparo de salida ocurriese tan pronto (¡hace ya un año y faltan 18 meses más!).

 

Cosío Villegas, comentando acerca de los resultados imprácticos del tapadismo, dijo alguna vez que él no podía hacer predicciones sobre el nuevo primer mandatario porque “no lo conozco de Presidente”. En un nuevo sistema presidencial, democrático, necesitamos ver a todas las personas aspirantes en acción: moviéndose, tropezando y levantándose. Sólo así podremos imaginar cómo nos saldrán cuando sean presidente ó presidenta.

 

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-del-12-de-julio-de-2021?idiom=es

 

Liga 2:

 

Liga 3:

https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-del-30-de-junio-de-2022

 

Liga 4:

https://www.gob.mx/presidencia/es/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-del-26-de-julio-de-2022

La campaña mediática del México Incendiado / * Michoacán: 164 detenciones / Chiapas: autodefensa
Atrás La campaña mediática del México Incendiado / * Michoacán: 164 detenciones / Chiapas: autodefensa
El Ejército, una institución total
Siguiente El Ejército, una institución total
Entradas Relacionadas

Escribir comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *