Voces de la XI Caravana de Madres Centroamericanas
Por Karen Lozada
La XI Caravana de Madres Centroamericanas llegó a la Ciudad de México el pasado seis de diciembre. Desde ese día, han recorrido las calles de la capital buscando pistas de sus hijos y familiares desaparecidos, todos ellos migrantes centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos y que, en su tránsito por México, desaparecieron.
En su cuarto día de estancia, a medio día, las integrantes de la caravana se trasladaron a la Merced para una plenaria con trabajadoras sexuales, durante la cual mostraron fotos de sus hijos desaparecidos.
Por la tarde acudieron a la Procuraduría General de la República para interponer una denuncia por la desaparición de sus familiares durante su estancia en México. Las madres estuvieron acompañadas por el abogado Jesús Robles Maloof, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del Movimiento Migrante Mesoamericano.
Este viernes, la XI Caravana de Madres Centroamericanas concluirá su estancia en la capital del país y viajará a Ixtepec y Juchitán, Oaxaca, para sostener entrevistas con migrantes centroamericanos encarcelados.
A continuación presentamos dos testimonios de miembros de la caravana.
Testimonio de Iris Rivera
Busco a mi hijo José Rafael Rivera, quien partió en septiembre de 2008. La última vez que tuve comunicación con él fue en octubre de ese año, se encontraba en Coatzacoalcos.
Desde esa fecha no me he podido comunicar con mi hijo, nosotras andamos en la caravana en búsqueda de nuestros hijos y exigiendo a nuestros cónsules que nos otorguen una VISA, para que podamos viajar sin tener que esperar año tras año la caravana.
En mi caso, desde hace siete años no encuentro a Rafael, y no es posible que podamos venir solamente una vez al año, aunque no todos los años venimos a la caravana porque hay otras madres que quieren venir a buscar a sus hijos.
Nosotras estamos pidiendo justicia. Queremos que los del ministerio público nos atiendan bien. No hay solidaridad con nosotras en nuestro país, mucho menos en México, nos tratan demasiado mal.
Pedimos que ya no nos persigan como delincuentes. México es un país de paso. Los migrantes, al igual que miles de mexicanos, van para Estados Unidos, no tienen porqué perseguir a nuestros seres queridos, son igual que nosotros.
Aquí andamos, pidiendo justicia, ser escuchadas. Yo le dejo un mensaje muy especial a la primera dama: si ella tiene hijos, que piense si se le llegara a extraviar un hijo, ¿qué haría?, ¿qué pensaría?, ¿a quién exigiría?
Testimonio de Gilda Ramírez
Busco a mi hermano Samuel Ramírez que desapareció en la ciudad de Monterrey. Recibimos su última llamada a finales de 2008. Todo 2009 esperé una llamada suya, y hasta hoy no la he recibido. Hace siete años que lo estoy buscando.
He realizado diferentes trámites en instituciones de Guatemala y todos me mandan a otro y a otro y a otro lugar.
Me uní a la caravana para venir en su búsqueda. Es la primera vez que me uno a la caravana.
Mi hermano y yo somos de la ciudad de Guatemala. Ya llevo cinco años con la supuesta institución que brinda protección al migrante en Guatemala, ellos me enviaron de una institución a otra.
Por último, llegué a dar con unos estudios de ADN que resultaron falsos, no eran de mi hermano. Las características físicas que me dieron de él no eran las que yo buscaba.
Después de eso decidí buscarlo yo misma, traté de contactar a los consulados de Guatemala en las fronteras, no me escucharon y me dijeron que ellos no tenían acceso a la información que les solicitaba.
Decidí unirme a la caravana y buscarlo por mi cuenta, porque para ellos (los funcionarios) es una pérdida más. El sueño de mi hermano no era quedarse en México, era pasar a Estados Unidos.
Nosotras somos las voces de madres buscando a sus hijos centroamericanos, realmente queremos encontrarlos, que los medios nos ayuden a buscarlos, que sean parte de nuestra búsqueda.
