¿Por qué ganó el "No" al Acuerdo de Paz en Colombia?
Por Paola Atziri Paz
El conflicto entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es uno de los más antiguos en América. Por más de cinco décadas ha habido violencia entre guerrillas, paramilitares y agentes estatales que ha dejado como saldo más de 220 mil víctimas y más de 7 millones de desplazados.
El Acuerdo de Paz
El pasado 26 de septiembre, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, y Rodrigo Londoño Echeverri, principal líder de las FARC, firmaron un Acuerdo de Paz en Cartagena.
El pacto de 297 páginas, negociado desde el 2012 con la supervisión de Naciones Unidas, pretendía poner fin al conflicto, preveía la inserción de las FARC a la política legal y la reinserción de los combatientes a la vida civil, además de una mejor distribución de tierra, el combate a las drogas y la sustitución de cultivos ilícitos.
El Acuerdo de Paz debía ser refrendado por la ciudadanía en un proceso de votación.
Colombia dice “NO”
Sin embargo, este 2 de octubre, en una histórica votación, Colombia dijo “No” al pacto que pretendía poner fin al conflicto armado, con 50.2 % de opositores frente a 49.8 % de votos a favor.
Aunque seis millones 346 mil 55 personas votaron por el "Sí", superando el umbral de 4.5 millones de votos requeridos para avalar el acuerdo, seis millones 408 mil 350 votaron por el “No”.
“No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato”, dijo Santos en un mensaje televisado en el que pidió calma.
El resultado de la votación ha dejado a Colombia en la incertidumbre, debido a la inexistencia de un plan B frente a este panorama.
Por su parte, las FARC-EP lamentaron profundamente “que el poder destructivo de los que siembran odio y rencor haya influido en la opinión de la población colombiana”, indicó el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko.
Cuáles son los principales motivos para el “No”
Campaña por el “No” al acuerdo. Aunque muchos colombianos dicen estar hartos de la violencia, muertes, desapariciones y guerra en su país, rechazan hacer concesiones a las FARC. Tal es el caso del expresidente Álvaro Uribe, que ha sido el principal vocero de una campaña por el No al acuerdo de paz, basándose principalmente en el hecho de que ningún culpable de la guerra y de crímenes de lesa humanidad irá necesariamente a la cárcel, siendo un insulto a las víctimas del largo conflicto. Esta campaña ha dividido a los ciudadanos colombianos.
La baja participación de la ciudadanía, ya que sólo el 37% del electorado fue a votar. Algunos analistas interpretaron el dato como otro indicio de que el ambicioso acuerdo no había despertado mucho entusiasmo entre los colombianos.
Las fuertes lluvias del huracán Matthew afectaron especialmente la participación en la costa caribeña, donde la maquinaria electoral del gobierno es más fuerte y el “sí” ganó por un cómodo margen de dos dígitos.
Los lugares más golpeados por el conflicto, sobre todo los de la costa, optaron por el “Sí”.
Por ejemplo, en Bojayá, pueblo del Chocó, donde en 2002 murieron entre 74 y 119 personas al caer sobre la iglesia en la que se habían refugiado cerca de 300 habitantes de la localidad una bomba lanzada por las FARC durante un combate con paramilitares, el “Sí” ganó con el 95.76 % de los sufragios (1.966 votos). Asimismo, en San Vicente del Caguán, localidad del departamento del Caquetá que fue sede de un fracasado proceso de paz del gobierno con la guerrilla, la opción del “Sí” ganó con el 62,93 % , mientras que el “No” tuvo el 37.06 %. Sin embrago, estos municipios aportaron un número de votos menor al de las zonas urbanas, donde la violencia del conflicto hace tiempo que dejó de golpear. El interior del país, más lejano a las consecuencias de la guerra, optó por rechazar los acuerdos.
El resultado de este plebliscito en Colombia ha sido decisión de las grandes ciudades por encima de aquellos que han padecido las consecuencias más graves de la guerra. ¿Cómo solucionará Colombia esta nueva era de incertidumbre?
Con Informacion de Acnur, El País, Animal Político, El Mundo.
