La Red Mexicana de Parteras Autónomas señaló que podrían morir más mujeres por complicaciones obstétricas que por la enfermedad infecciosa, debido a que las intervenciones innecesarias y la violencia obstétrica pueden aumentar con el afán de desocupar hospitales.
Asimismo, exhortaron que las mujeres sanas con embarazos sanos puedan recibir atención de una partera (en casa, casa de partería o, si se quiere y puede, en hospital) y al presentar alguna patología deben ser referidas de manera fluída a un/a ginecobstetra.
La Red emitió un pronunciamiento este 8 de abril en el que comparten sus reflexiones sobre los riesgos y oportunidades respecto a la atención del embarazo, parto y postparto ante el COVID-19. A continuación un resumen de este:
- Ante la saturación de hospitales por la pandemia, aumenta el riesgo de que mujeres sanas y sus bebés contraigan una enfermedad infecciosa o COVID-19. Por lo que esto representa una oportunidad para volver a mirar las casas y casas de parterías como lugares posibles y seguros de atención de la salud sexual y reproductiva de las mujeres.
- La crisis representa también una oportunidad para que el sistema de salud plantee la posibilidad de que la atención de partos de mujeres sanas sean atendidos por parteras calificadas, lo que representaría una disminución de intervenciones innecesarias y la violencia obstétrica. La tasa de cesáreas en México está en 46% cuando, según la OMS, sólo se podrían justificar una tasa de 15% en cualquier país.
- Podrían morir más mujeres por complicaciones obstétricas que por la enfermedad infecciosa en sí, como pasó en Sierra Leona del 2013 al 2017 con el ébola. Como se ha visto en otros países, las intervenciones innecesarias y la violencia obstétrica pueden aumentar con el afán de desocupar hospitales debido a que se verán rebasados en su capacidad. Lo que resultará en un impacto a la salud física y emocional de las mujeres y sus bebés.
Para evitar esto, las parteras plantean que a corto plazo se apoye a las parteras que ya ejercen su labor y se apoye a las casas de partería que ya existen, y a mediano plazo invertir en la formación de más parteras.
- Mujeres de varios puntos de la república están siendo abandonadas por sus proveedoras/es de salud argumentando que ya no las van a poder atender por causa de la contingencia. Eso atenta contra el derecho a la salud, protegido por la Constitución. Por otro lado, ginecoobstétricas (no capacitadas para parto fisiológico) han empezado a dar atención en casa queriendo utilizar intervenciones hospitalarias que ya han demostrado ser dañinas para las mujeres y sus bebés, lo cual puede derivar en complicaciones de partos y en mayor difamación del parto en casa.
