Rostros de la pandemia - “Mi papá era muy alegre y así quiero recordarlo"

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Nuestro país y el mundo entero enfrentan actualmente la peor pandemia de los últimos cien años, provocada por el nuevo coronavirus Sars-Cov-2. Este fenómeno ha tenido un impacto económico y social nunca antes visto en la historia de la humanidad.
La enfermedad COVID-19, causada por este coronavirus, ha provocado ya el fallecimiento de cerca de 200,000 personas alrededor del mundo. En México, se ha confirmado la muerte de 1,069 personas hasta este jueves 23 de abril.

Esas 1,069 personas fallecidas tenían familia, sueños, emociones e historias que ahora son contadas por sus seres queridos. Una de ellas es la de Víctor Manuel Álvarez, quien falleció el pasado 6 de abril en el Hospital General de la Zona 48 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Ciudad de México.

"Es sólo una infección en la garganta"

Arturo, hijo de Víctor Manuel, narra que su papá inició con síntomas el 26 de marzo de 2020: tenía fiebre, una infección en la garganta y vómito. El 29 de marzo acudió al médico en la clínica 120 del IMSS y le dijeron que sólo era una infección en la garganta.

Sin embargo, Manuel se preocupó porque también le empezaron a doler los riñones, así que fue nuevamente a la clínica y le confirmaron que la infección se le pasó a dichos órganos. Arturo apunta que su papá padecía problemas renales y que en esa ocasión únicamente le recetaron otro medicamento más.

Al día siguiente siguiente, Manuel se sintió peor porque comenzó a tener tos seca y dificultades para respirar, por lo que el hermano de Arturo decidió llevarlo otra vez a la clínica.

En opinión de Arturo, la situación de su padre se complicó desde que en la clínica 120 se demoraron tres horas en llevarlo al hospital de la Zona 48 del IMSS, pues su estado ya era delicado y su familia sospechaba, por los síntomas, que tenía COVID-19.

Una vez que Manolo, de 58 años de edad, fue internado en el hospital Zona 48 del IMSS durante la madrugada del jueves 2 de abril, su familia no pudo volver a verlo desde ese día hasta que fueron a reconocer su cuerpo. Manolo, como dice Arturo que llamaban a su padre, fue tratado como un caso sospechoso de COVID-19, por lo que estuvo totalmente aislado y se le realizó la prueba el 2 de abril cuando fue internado.

Los médicos le dijeron a la familia que estimaban que el lunes 6 de abril sabrían si era positivo al coronavirus, pero ese mismo día falleció de un paro respiratorio a las 7:45 de la mañana, luego de que los médicos intentaron reanimarlo durante 40 minutos. A las 09:00 horas les fue notificada la defunción y a las 10 de la mañana llegaron al hospital.

El duelo

Arturo y su familia regresaron a casa por el acta de nacimiento de Manolo, a las 12:00 horas volvieron al hospital, aunque hasta las 16:30 hrs. les entregaron los papeles para poder llevarse a Víctor Manuel a la funeraria. Tras recorrer aproximadamente cinco funerarias, finalmente encontraron una, pero por el horario de cremación su cuerpo tuvo que pasar otra noche en un cuarto del hospital, pero sin refrigeración.

La familia de Manolo, como las de ahora más de mil que han perdido a sus seres queridos por el nuevo coronavirus, no pudo ofrecerle un velorio tradicional, sólo esperaron a que les entregaran las cenizas.

Arturo recuerda a la perfección que en el acta de defunción de su papá aparecía 'neumonía preliminar' como causa del fallecimiento y señala que así lo ha manejado el IMSS. Finalmente, a los pocos días les confirmaron que, de acuerdo con las pruebas de laboratorio, Manolo falleció por COVID-19.

Para la familia de Manuel la angustia y el dolor fueron más evidentes el día de su deceso, aunque estos sentimientos estuvieron presentes desde que se enfermó y fue internado, ya que Arturo cuenta que cada uno de esos días esperaron las tres llamadas que el personal del hospital aseguró que haría para darles información sobre el estado de salud de su papá, a quien recuerdan con mucho cariño como "una persona muy luchona en todos los sentidos", pero al final del día sólo recibían una. La información que lograban obtener era porque una de sus parientes trabaja en dicho hospital y ella averiguaba cómo estaba Manuel cada que tenía oportunidad de hacerlo.

Hasta el día de hoy Arturo se sigue preguntando por qué a su papá no le hicieron la prueba de COVID-19 desde el primer día si ya tenía varios síntomas y era parte de la población de mayor riesgo porque además de los problemas renales también padecía hipertensión y diabetes.

En medio del duelo y desasosiego, para Arturo es un alivio que aunque su mamá y su hermano convivieron de manera más directa y cercana con Manolo durante sus últimos días, no presentan ningún síntoma de coronavirus. Aún así, se hicieron una prueba en un laboratorio privado, optaron no hacerlo en el hospital del IMSS porque les indicaban que debían quedarse hospitalizados como medida de aislamiento, pero para la familia esto representaba un riesgo aún mayor.

En memoria de Manolo, esposo, hijo y padre

Manolo era aficionado de las Chivas del Guadalajara aunque perdieran e hiciera corajes, dice entre risas Arturo, pero su mayor afición era pasar tiempo con su familia los fines de semanas:

"Recuerdo que desde niños los domingos era ir al mercado, comer una barbacoa, unos panuchos, regresar a casa, ver películas. Mi papá siempre estuvo en trabajos como de tiempo completa. Lo que eran los domingos y los sábados siempre se los dedicaba a la familia, independientemente de cualquier cosa, siempre era de ir a ver a mis abuelos, de ir a ver a sus hermanos o en este caso estar con nosotros, con mi hermano, conmigo, con mi mamá... el estar yendo al mercado, dar tiempo de calidad, ¿sabes? Yo creo que eso en cierta parte le encantaba mucho y lo aprovechaba al cien".

Arturo y su hermano crecieron con el ejemplo de sus padres, pues Manolo junto con su esposa les enseñaron a no rendirse. Al ser en todo momento una persona siempre responsable con su familia, Víctor Manuel tenía dos trabajos para poder sostener a su familia: guardia de seguridad de un edificio y repartidor en la aplicación de Uber Eats y de Rappi. Antes de enfermarse siguió trabajando como guardia, aún cuando tomaba las medidas necesarias para cuidarse como lo recomiendan las autoridades sanitarias, tenía que usar el metro y el camión para trasladarse.

Manolo sigue vivo en la memoria de quienes amó y le aman, y como un respiro tras compartir su testimonio con Rompeviento TV, Arturo vuelve a reír al comentar que "siempre era, no digamos como el payaso, pero siempre era el alma de las reuniones, de las fiestas", como se puede apreciar en las fotos que el joven compartió con este medio de comunicación.

Hoy, dice Arturo, sus familiares y amigos lo recuerdan con esa sonrisa que siempre lo caracterizó independientemente de la situación económica o familiar por la que atravesaran: "Era muy alegre mi papá y me quiero quedar siempre con eso".

Los mexicanos somos fuertes, pero el virus también

"Es un proceso muy rápido. Mi papá entra al hospital y de repente ya a los tres - cinco días ya estás yendo a su funeral. No sé, estás como en shock todavía, no lo asimilas, no lo crees, no entra, no lo asimilas simplemente... es complicado", lamenta Arturo. Por eso hoy él quiere hablar a quienes se muestran incrédulos frente a la pandemia o deciden no acatar las medidas sanitarias cuando podrían hacerlo.

"Muchos decimos que los mexicanos somos muy fuertes, que no nos va a pasar nada, pero siendo realistas es que sí está pasando (...) lo mejor que puedes hacer es estar en casa, es estar en cuarentena. Uno no sabe si tenemos el virus", responde a la pregunta expresa sobre qué le diría a la población que aún se resiste a creer que el virus existe.

Con cierto tono de preocupación y a la vez de esperanza expresa que "ojalá la gente sí lo tome más en serio esto porque por lo poco que he escuchado o mucho que he leído, pues esto va para largo", refiriéndose a lo que varias veces ha dicho el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, durante las conferencias de prensa sobre que la epidemia en México será larga, quizá podría extenderse hasta agosto o septiembre, pero que en el mejor de los casos este escenario es el más idóneo porque lo que se busca es evitar un pico muy alto de contagios en un periodo corto, lo que terminaría por colapsar el sistema de salud.

Arturo desea que las personas no se esperen a salir infectadas para cuidarse, de ahí que relata con intranquilidad que cuando fue al banco para arreglar trámites de su papá pudo observar a la gente un tanto despreocupada, sin cubrebocas y sin mantener la sana distancia. Para él ahora existe otra perspectiva porque el SARS-CoV-2 se alojó en su padre y cambió sus vidas: "Al saber que obviamente mi papá falleció referente a este virus, pues obviamente ya tomamos más medidas; de lavarnos las manos, no estar saliendo tanto. Si salimos, sale uno nada más para comprar los víveres, regresa y toda la ropa que se utilizó directo a la lavadora".

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