“Hoy No Circula generalizado”... ¿Paliativo?
Por Paola Atziri Paz
La contingencia en la Ciudad de México es un problema que atañe a la sociedad entera. La mala calidad del aire es provocada por una multiplicidad de factores cuyo fondo trasciende el uso de los automóviles y se eleva a un problema estructural y a la pésima planeación urbana y de vialidades que lo último que considera, es la calidad de vida de las personas, lo que en realidad se prioriza, es el negocio.
El Doble Hoy No Circula o el Hoy No Circula generalizado es una medida temporal cuyo propósito es disminuir la contaminación del aire en la Ciudad de México y a la vez ilustra los yerros del gobierno de Miguel Ángel Mancera. Durante estos cuatro meses la contingencia en la metrópolis ha estado con niveles de ozono y partículas suspendidas por encima de los 190 puntos según el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire. Existen tres fases de contingencia dependiendo del número de puntos con el cual se miden los registros de ozono:
La pre contingencia (160 puntos).
La Fase I (190 puntos).
La Fase II (260 puntos).
A partir del 5 de abril entró en vigor el Hoy No Circula generalizado en la capital del país, y tendrá vigencia hasta el mes de junio del presente año, todos los vehículos en la Ciudad de México, sin considerar el número de holograma, dejarán de circular un día a la semana, incluyendo los sábados, de acuerdo al color y terminación de placas:
De lunes a viernes, se aplica asi:
Lunes, placas con terminación 5 y 6.
Martes, placas con terminación 7 y 8.
Miércoles, placas con terminación 3 y 4.
Jueves, placas con terminación 1 y 2.
Viernes, placas con terminación 9 y 0
(https://twitter.com/CAMegalopolis/status/715900782298574848/photo/1?ref_src=twsrc%5Etfw)
La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) excluyó del esquema de restricción de Hoy No Circula generalizado a: motocicletas, autos eléctricos, transporte de servicios urbanos, servicios de emergencia, servicios funerarios, protección civil, seguridad pública y placas para personas con discapacidad. Sin embargo, estos vehículos automotores sí dejaran de circular en caso de activarse la Fase I y II de contingencia ambiental. Los taxis y el transporte de alimentos perecederos estarán exentos de estas medidas.
Frente a una emergencia de tal “naturaleza”, diversas preguntas saltan al aire contaminado de la Ciudad de México ¿El Hoy No Circula es una reforma funcional? ¿Qué tanto bajarán los indices de contaminación en la ciudad? ¿Cuáles serán las consecuencias de dicha mediada? ¿Y cuándo termine la medida y regresen esos millones de vehículos a circular, qué va suceder? ¿Y las fabricas, qué medidas se están tomando en la regulación de los altos índices de contaminación que provocan?
La intensa polución tiene fuertes implicaciones en nuestra calidad de vida y salud, una cosa es saberlo y otra dimensionarlo, si bien es cierto que el ozono nos protege de los rayos solares, cuando supera ciertos niveles, la capa más baja de la atmósfera se vuelve un contaminante en el planeta y por sus propiedades altamente oxidantes, puede provocar irritación en la garganta, migrañas y problemas pulmonares de distinta naturaleza, en el caso de las personas que ya tienen ese tipo de padecimientos, el problema se agudiza, y ya existen algunos casos en que familias se enfrentan a otras realidades, entre ellas, se están viendo obligadas a buscar otros horizontes fuera de la Ciudad de México, esto es, se ven obligados a cambiar de vida, trabajo, con todas las implicaciones que esto conlleva.
La Revista Ciencia señala incluso que está ampliamente demostrado que casi la totalidad de los hidrocarburos son cancerígenos, e inducen serias alteraciones genéticas con graves repercusiones en los organismos. En pocas palabras, dependiendo de la resistencia de cada organísmo humano, los altos indices de contaminación, pueden ser el camino de una muerte lenta.
http://revistaciencia.amc.edu.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=73
Restringir el uso de los automóviles en la Ciudad de México sólo es un paliativo, no resuelve el problema de fondo. No sólo atañe a los automovilistas tomar conciencia de dicho problema, sino al gobierno de la Ciudad del México y al gobieno federal.
Es necesario señalar que datos del INEGI demuestran que ha habido un incremento alarmante de automóviles en la Ciudad de México en los últimos 10 años, del 2005 al 2013 se duplicó el número de coches en la ciudad, pasando de 3.5 millones a 6.8 millones, incremento que antes tardaba en notarse aproximadamente 25 años.
El problema es que el Gobierno de la Ciudad de México se ha encargado de construir más puentes y vialidades; que crear medidas para mejorar el transporte público. Según estudios del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, el nuevo reglamento de tránsito ha provocado incremento de emisiones contaminantes por los constantes cambios de velocidad (aceleraciones y frenos) que provocan los límites de ir a 80 km por hora.
Así, la alternativa que tenemos para trasladarnos es utilizar el transporte público, peseros y combis, que la mayoría de las veces son insuficientes e ineficientes, están saturados y son inseguros. Los transportes privados como taxis o Uber, que pueden ser más rápidos, son caros, y en el caso de la empresa Uber, aprovechó la situación de la Contingencia ambiental para duplicar, triplicar y en varios momentos, quintuplicar sus tarifas, sin ser sancionada por el gobierno capitalino.
Las empresas automotrices siguen siendo las más felices durante las gestiones de gobierno de Marcelo Ebrad y Miguel Ángel Mancera, además de obligar a los taxis a “modernizar” sus automoviles, también obligó a la población civil a hacerlo. Sólo en el año 2015, se otorgaron 837 mil 589 créditos automotrices, dando un incremento de 22.8%, en comparación con el 2014, cifra record en México. Tan sólo en el mes de febrero de 2016, la venta de autos nuevos en México se incrementó 13.6% respecto al mismo mes en el año 2014. Aunque en menor escala, la gente con recursos económicos adquiere otro automóvil con diferente holograma para circular diario.
Existe también el uso de la bicicleta, pero la estructura de las calles y de la Metrópolis no están pensadas para éste tipo de vehículos, poniendo incluso en peligro la vida de los ciclistas. Andar en bicicleta en la Ciudad de México, es andarse con cierta pulsión de muerte.
El problema del medio ambiente va mucho más allá de una medida como el Hoy No Circula, que resulta ineficaz para un cambio verdadero en los niveles de contingencia, ya que el impacto de dicha medida recaerá mucho más en la forma de vida de los ciudadanos que en la calidad del aire en la ciudad.
Y frente a esto, las industrias y fábricas de las cuales se emiten grandes niveles de contaminantes no han sido considerados bajo algún régimen de control y seguirán funcionando como hasta ahora.
El problema no solo recae en la absurda solución que el gobierno de Mancera impuso, ni en los automovilistas furiosos por las restricciones en el uso del vehículo, el fondo radica en una en la falta de visión en el corto, mediano y largo plazo para desarrollar un profundo plan de acción, estructural, en términos ambientales, económicos, políticos y sociales, pensando en los habitantes de una ciudad.
