Luego de muchos preparativos, la activista sueca contra el cambio climático, Greta Thunberg, inició el día de ayer un viaje trasatlántico en velero para participar en una cumbre climática de la Organización de las Naciones Unidas.
Fiel a su compromiso de no viajar en aviones por sus altas emisiones de gases de efecto invernadero, la activista de 16 años recorrerá 3 mil millas náuticas en un velero de competición capitaneado por los regatistas Pierre Casiraghi y Boris Hermann. Además de esta tripulación, en el barco viajarán el padre de Greta, Svante, así como el cineasta Nathan Grossman, quien planea realizar un documental durante la gira de la joven sueca en América.
El barco, de 18 metros, está equipado con páneles solares y turbinas subacuáticas que producen electricidad y no generan emisiones de carbono. El interior de la embarcación es angosto y contiene únicamente lo necesario: no hay cocina, por lo que su alimentación consistirá en alimentos liofilizados, tampoco hay regadera ni baño, por lo que para evacuar contarán únicamente con una cubeta y una bolsa biodegradable que será arrojada al mar después de usarse.
Thunberg ha sido cuestionada por esta forma de viajar entre continentes y la poca viabilidad que supone para la mayoría de las personas, ante lo que contestó que está consciente de esto y que este viaje no es un ejemplo para decirle a la gente qué hacer. Sin embargo, señaló que es “una de las pocas personas del mundo que puede hacer esto y por ello creo que debo aprovechar la oportunidad”.
La joven activista comenzó a preocuparse por el clima alrededor de los 9 años y poco a poco comenzó a tomar medidas más comprometidas, como dejar de comer carne, tomar leche y comprar cosas nuevas. La presión que el problema supuso en su juventud la llevó a una profunda depresión a los 11 años, y un año después, fue diagnosticada con el síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista.
“Mi cerebro funciona un poco diferente, así que veo el mundo desde otra perspectiva”, ha comentado Greta. “Soy muy directa, digo las cosas como son y cuando decido hacer algo, lo hago sin dudar”.
La notoriedad de Thunberg se disparó en el año 2018, cuando tras manifestarse todos los viernes en el Parlamento sueco en Estocolmo, el movimiento se extendió a varias ciudades del mundo e inspiró el movimiento juvenil “Fridays for Future” (viernes para el futuro). La joven sueca viajó por toda Europa para apoyar este movimiento, y reunirse con políticos importantes, sin utilizar aviones.
Su actual travesía es parte de un largo viaje a lo largo de América para continuar transmitiendo sus demandas y presionar internacionalmente a los poderosos. El viaje empezará en Nueva York y culminará en diciembre en otra reunión de la ONU en Chile, pasando antes por Canadá y México.
