Gerrymandering coahuilteco

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Federico Anaya Gallardo

 

Hace dos siglos, en los Estados Unidos de América (ese país que tantos dolores de cabeza y fascinaciones nos causa a las y los mexicanos) vivió un político liberal massachusetano llamado Gerry Elbridge (1744-1814). El buen Gerry firmó la Declaración de Independencia en 1776 y fue uno de los tres constituyentes que se negaron a formar la Carta Magna de 1787 porque no incluía una declaración de garantías constitucionales. Miembro del partido de Izquierdas de aquéllos años (los demócrata-republicanos de Jefferson), Gerry fue nominado para gobernador de su Estado varias veces hasta que al fín logró la victoria en 1810. Los conservadores massachusetanos controlaban la elección gracias al modo en que estaba distribuida la población (el voto demócrata-republicano estaba desperdigado geográficamente). El gobernador Gerry Elbridge aprovechó que su victoria, pues coincidió con el momento de aprobar la nueva distritación electoral. Gerry resolvió el problema creando distritos en los que sus partidarios pudiesen ganar. El trazo de uno de esos distritos recordaba a una lagartija ó salamandra (salamander). Desde entonces y hasta nuestros días, la manipulación de los distritos electorales para beneficiar a un grupo determinado se llama, entre los políticos y politólogos yanquis, Gerrymadering.

 

La manipulación gerrymandering puede ser negativa ó positiva. Si creamos distritos-lagartijinos sólo para asegurar que en ellos gane nuestro partido, estaremos ante una práctica antidemocrática. Pero en los EUA algunos distritos-lagartija é incluso algunos distritos-culebrinos han servido para asegurar que grupos étnicos sin representación puedan llegar a las legislaturas. (Este es uno de los problemas secundarios de la elección uninominal por distritos, que se resuelvería mejor con una elección por representación proporcional pura con obligación de candidaturas incluyentes –como propone AMLO.)

 

Te regalo, lectora, un retrato del gobernador Gerry poco antes de que muriese (1814). Junto a él puse la imagen del gobernador saliente de Coahuila de Zaragoza porque, entre los mil asuntos de los que no nos enteramos en la capital federal, el priísta Miguel Ángel Riquelme Solís ha usado el gerrymandering para asegurarle el control de la legislatura a los conservadores coahuilenses. Te cuento.

 

De acuerdo al Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED, la agencia de la SEGOB federal encargada de estudios municipales y estaduales), Coahuila está formada por cinco regiones. Al Norte está la región fronteriza que sigue la orilla sur del Río Bravo en dirección Noroeste-Suroeste. Sus centros rectores son Ciudad Acuña y Piedras Negras. Inmediatamente al Sur hay una segunda franja, la región carbonífera, cuyo centro rector es Nueva Rosita. En una tercera línea aparece la región centro-desierto, la más extensa, cuyo centro rector sería Monclova –ubicada al Este. Lo que sería una cuarta línea en el mapa está dividida en dos regiones, la Comarca Lagunera al Oeste y Saltillo al Este.

 

Estas cinco regiones nos permiten ver qué tanto se puede manipular la distritación electoral coahuilense. La legislatura estadual tiene 16 diputaciones de mayoría y por lo mismo deben trazarse 16 distritos. Por su población (3.1 millones), Coahuila sólo tiene siete curules en la Cámara de Diputados federal. Así que el mapa electoral no coincide con el coahuilense. Debo aclarar que las dos distritaciones (estadual y federal) están a cargo del INE desde 2015. Pese a ello, los resultados son muy divergentes.

 

Te pongo por ejemplo la región carbonífera (cuyo centro sería Nueva Rosita, municipio de San Juan de las Sabinas). La liga económica más importante de esa región es la ciudad siderúrgica de Monclova. Económicamente forman una unidad (el carbón de Nueva Rosita alimenta los altos hornos de Monclova) pero el INAFED colocó Nueva Rosita y a Monclova en dos regiones distintas. Hay una explicación muy obvia: en la región centro-desierto no habría ningún otro centro urbano que funcione como rector –puesto que San Pedro Las Colonias (que es cabecera de distritos electorales estadual y federal que incluyen el desierto) es parte de La Laguna. Lo razonable sería que “La Capital del Acero” mexicano fuese centro rector de ambas regiones, uniendo bajo una sola cabecera el despoblado desierto y la fuente de coque de la industria. Pero ello fortalecería demasiado a sus élites –lo que desequilibraría el arreglo político estadual.

 

Acaso, detrás de esta decisión de separar a Monclova de sus socios carboníferos, esté la lejana memoria de que Monclova fue en 1823 la primera capital del Estado. La Monclova moderna es el tercer gran asentamiento de una entidad con población muy dispersa. Su área metropolitana suma casi 340mil habitantes –frente a los 800mil de la correspondiente a Torreón (sin La Laguna duranguense) y el 1 millón 200mil de la de Saltillo. Así que a las grandes ciudades del sur coahuilteco (Torreón y Saltillo) no les convendría empoderar a los monclovenses sumándoles la región carbonífera.

 

Pero vayamos al centro rector de la carbonífera, Nueva Rosita. Electoralmente está separada de Monclova, tanto en la distritación estadual como en la federal. En las elecciones coahuilenses de 2017 y 2020, Nueva Rosita votó junto con sus vecinos carboníferos Sabinas y Múzquiz por la diputación del Distrito 03. Pero en las elecciones federales (2018) votó con los municipios fronterizos de Acuña y Piedras Negras en el Distrito 01. Su vecino Múzquiz votó con los municipios del desierto en el Distrito 02 federal y Sabinas con Monclova en el Distrito 03 federal. Complicado, ¿verdad?

 

Pues resulta, querida lectora, que para la elección coahuilense de 2023 volvió a cambiar el mapa electoral. (Liga 1.) El distrito 03 estadual (cabecera: Sabinas) incluyó en 2017 y 2020 tres municipios: Sabinas, San Juan de las Sabinas (adonde está Nueva Rosita) y Múzquiz. Pero en 2023 se le separó Múzquiz cuya ciudadanía votó ahora en el distrito 06 estadual (cabecera: Frontera). Para que no se sintieran solos los de Nueva Rosita, al distrito 03 estadual se le agregaron ¡nueve municipios! que antes estaban en tres distritos diferentes: Morelos, que estaba en el distrito 01 (cabecera: Acuña); Guerrero, Hidalgo y Nava, que estaban en el distrito 02 (cabecera: Piedras Negras); y Allende, Villa Unión, Juárez, Progreso y Escobedo, que estaban en el distrito 05 (cabecera: Monclova). Esta re-distritación dejó solas a las ciudades de Monclova (distrito 05 estadual) y Piedras Negras (distrito 02 estadual).

 

Por supuesto, ninguno de los nuevos distritos coahuilenses tiene forma de salamandra, lagartija ó serpiente. Pero puedes apreciar, lectora, que estamos ante un caso claro de Gerrymandering. Y sospecho que si profundizamos en el análisis de los cambios realizados en la distritación para 2023, encontraremos mucha ponzoña que aseguró ventajas a los partidos tradicionales y condenó a las tres Izquierdas coahuilenses a quedar siempre en segundo lugar.

 

Ese análisis no lo he hecho pero sospecho que poca gente acá en la capital federal prestó atención al tema. ¿No te parece, lectora, que fallamos?

 

Liga usada en este texto:

 

Liga 1:

https://www.iec.org.mx/v1/index.php/cartografia-electoral

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