Fin del paro agrario nacional en Colombia

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Fin del paro agrario nacional en Colombia

Por Gabushka Amor

El pasado domingo 12 de junio la Cumbre Agraria y el Gobierno Nacional de Colombia llegaron a un acuerdo que dio fin al paro agrario nacional o Minga Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular iniciada el 30 de mayo.

El acuerdo fue firmado por los ministros de Interior y de Agricultura, quienes se comprometieron a continuar con la Mesa Única de Negociación el próximo 17 de junio en el Ministerio del Interior en Bogotá. En esta mesa discutirán, acompañados de los ministros de Ambiente y Vivienda, y del Departamento Nacional de Planeación, el Pliego Único Nacional con los siguientes puntos: tierras, territorios colectivos y ordenamiento territorial, acuerdos incumplidos, derechos humanos y paz, víctimas, justicia, y protección individual y colectiva.

El paro agrario fue organizado por comunidades indígenas, campesinas y urbanas populares, a quienes se sumaron miles para realizar movilizaciones pacíficas, marchas, concentraciones, plantones y encuentros culturales en más de de 100 puntos de al menos 17 departamentos del país, incluyendo bloqueos estratégicos como el de la vía Panamericana, el puerto de Buenaventura y zonas petroleras.

El principal objetivo del paro era exigir al presidente Juan Manuel Santos el cumplimiento de los acuerdos en temas de tierra, territorio y soberanía firmados en 2014 como resultado de la movilización campesina del 2013 en contra de los Tratados de Libre Comercio, donde se gestó la Cumbre Agraria, integrada por diversas organizaciones sociales y populares del país.

De igual manera, las organizaciones rechazan el Plan Nacional de Desarrollo y la Ley de Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (Zidres), políticas estatales que ponen en venta recursos estratégicos de la nación, fomentan la entrada a trasnacionales, el modelo de agroindustria y la concentración de tierras, afectando a pequeños productores y campesinos, así como sus prácticas culturales y modos de vida. A su vez denunciaron la privatización de derechos fundamentales como la salud, la educación, el trabajo y la vivienda digna.

Otro de sus principales puntos es la militarización y la violencia generada por las estructuras estatales y paramilitares que siguen operando en sus territorios, tanto en el campo como en las ciudades. Dicha violencia se manifestó durante el paro con el asesinato de tres manifestantes en el suroccidente del país, 134 detenidos en Santander de Quilichao, y más de 100 heridos por distintos hechos de represión a lo largo del país.

Por último, las organizaciones dejan en claro la relación del paro con los diálogos de paz entre el presidente Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la Habana, Cuba, donde no son tomadas en cuenta sus necesidades y problemáticas. El vocero del Congreso de los Pueblos afirmó que “éste es un paro por la paz, porque desde nuestra perspectiva, la conquista de la paz en Colombia pasa por la solución política del conflicto armado con la insurgencia, pero pasa también por resolver los problemas que le dieron origen al conflicto”.

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