J. Jesús Esquivel
Corresponsal de la revista Proceso en Washington
@JJesusEsquivel
Videgaray y el cuarto de al lado
Washington – Por determinación de Donald Trump, la responsabilidad de Estados Unidos en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es de su yerno Jared Kushner, y la de México del aprendiz de canciller Luis Videgaray Caso.
Esto se desprende de la transcripción develada por el periódico The Washington Post, de la conversación telefónica que tuvo Trump con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto, el pasado 27 de enero. En dicha plática Trump no sólo designó a los verdaderos encargados de las renegociaciones que arrancaron en Washington este miércoles 16 de agosto, sino que reiteró que su objetivo en las pláticas tripartitas es reducir el déficit comercial de su país con el nuestro, estimado en unos 60 mil millones de dólares.
La arrogancia imperial de Trump impuso a los responsables de la renegociación de dos países y condicionó la permanencia de Estados Unidos en el tratado, a una reducción del déficit que para la economía mexicana es una misión imposible.
Idelfonso Guajardo Villarreal, el Secretario de Economía del gobierno de Peña Nieto y presunto cabeza del equipo para la primera fase de renegociaciones del TLCAN, está supeditado a lo que diga y dicte Videgaray Caso, de quien no desconocemos cómo va en su etapa de aprendiz de Secretario de Relaciones Exteriores. Más grave aún es que ambos funcionarios mexicanos tendrán que cotejar sus propuestas con el yerno del presidente de Estados Unidos, quien probado está que de negociaciones comerciales no tiene la menor idea; como su suegro.
Robert Lighthizer, el Representante Comercial de la Casa Blanca (USTR) que bajo las leyes comerciales de Estados Unidos es el negociador de acuerdos comerciales con otros países, funge en las renegociaciones un papel similar al de Guajardo Villarreal.
Hace poco más de un cuarto de siglo cuando se negoció en Washington al TLCAN en el famoso hotel Watergate, donde los negociadores de los tres países y los reporteros que cubrimos ese evento, pasamos semanas al pendiente de lo que ahí a puerta cerrada se discutió y definió; crearon un ente con decisión en las pláticas al que bautizaron como “el cuarto de al lado”.
La iniciativa privada de América del Norte integraba la voz independiente que desde el cuarto de al lado condicionó, opinó y definió muchos de los capítulos del tratado comercial.
En esta primera fase de renegociaciones del TLCAN vuelve a renacer "el cuarto de al lado" y aunque físicamente no estarán, por lo menos es lo que oficialmente se dice; Kushner y Videgaray quienes lo integran en esta ocasión, su sombra se siente por todo el hotel Marriot Wardman Park, donde se llevan a cabo las renegociaciones de la primera fase que concluye este domingo.
La imposición de Trump a Peña Nieto y a las leyes comerciales de su país para renegociar al TLCAN tienen un problema en común; Canadá. La ministra de relaciones exteriores Chrystia Freeland, tiene la encomienda del gobierno de canadiense de no dejarse intimidar por el mandatario estadunidense.
A los canadienses no les asusta que Trump amenace con sacar a su nación del TLCAN si no le gusta lo que acuerdan su yerno y el aprendiz de canciller. Canadá mantiene y defenderá la posición de deshacer el acuerdo de comercio ante una andanada impositiva de Trump y un repliegue y claudicación por parte de Peña Nieto ante los caprichos de Washington. A una posición como la que tiene el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se le reconoce en todo el mundo como la defensa de los intereses nacionales.
