Usando a México

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Washington – Usar a México no es igual que usar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; y aunque es indignante y vergonzoso, éste es el contexto de lo dicho por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la semana pasada.

 

“Estoy usando a México para proteger nuestra frontera, porque los demócratas no cambiarán (las imperfecciones en) la ley de asilo”. Así, con esta arrogancia y desfachatez, lo declaró Trump.

 

Y por si no nos quedó claro, agregó: “Y quiero agradecerle a México: tienen 27 mil soldados (en la frontera), pero piensen qué mal está eso de que estamos USANDO a México porque los demócratas no arreglan nuestro sistema migratorio”.

 

El gobierno de López Obrador se ha ganado a pulso una declaración como la anterior. Sólo los ciegos, que viven en estado de negación, no aceptan la realidad. No estamos pagando el muro de acero que Estados Unidos construye en la frontera con México, pero es un hecho que la Guardia Nacional tiene militarizadas las fronteras norte y sur del país para contener el flujo de centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos.

 

Los agentes del Instituto Nacional de Migración han asumido el papel de patrulla fronteriza estadounidense, no sólo al estar ayudando a Trump a deportar a los centroamericanos a sus países, sino al mantener en refugios a aquellos que han logrado entregar sus solicitudes de asilo a las autoridades de la Unión Americana.

 

De facto, el gobierno mexicano actúa como si hubiese concretado con Trump un acuerdo de “tercer país seguro”. Se puede argumentar que la realidad económica obligó a nuestro país a firmar el 7 de junio ese acuerdo que lo tiene actuando como filtro migratorio de los Estados Unidos: hubiese sido altamente costoso para la nación haber respondido a Trump con la guerra arancelaria si no se firmaba el mencionado convenio, como señalaron AMLO y el canciller Marcelo Ebrard. Lo que es inaceptable es que agacharan la cabeza al ser cuestionados sobre las declaraciones de Trump de que está usando a México.

 

No pedimos confrontación ni guerra comercial con Trump. Exigimos dignidad y no sumisión a Estados Unidos, algo que pensamos había cambiado en México tras el fin del sexenio corrupto de Enrique Peña Nieto y los gobiernos entreguistas de Felipe Calderón y Vicente Fox.

 

“No, señor presidente Trump, usted no está usando a México, estamos cooperando en materia migratoria porque las circunstancias lo apremian”, es lo que al menos hubiéramos deseado que respondieran AMLO y su canciller.

 

Grave por igual es que los periodistas sean tildados de chayoteros y de tener vínculos con los gobiernos corruptos, por ejercer su labor de pedir la rendición de cuentas al gobierno y hacer las preguntas incómodas.

 

AMLO parece no tener memoria histórica: muchos de esos medios a los que califica como “conservadores” colaboraron para que esté donde está, al exhibir por años y años, como mandan los cánones del periodismo independiente, el abuso de poder y las corruptelas enquistadas en las instituciones gubernamentales bajo los regímenes del PRI y el PAN.

 

Trump está en el banquillo de los acusados. Por decisión de los demócratas, el congreso federal lo va a enjuiciar por traición a la patria, lo cual lo tiene acorralado y desesperado. De eso ya dimos cuenta en este espacio. Que no extrañe que para intentar salvarse del juicio político eche mano de cualquier asunto para distraer la atención del electorado. Volverá a usar al gobierno mexicano cuando le plazca para crear una crisis migratoria ficticia, y podría incluso volver a hacer uso de la amenaza arancelaria como moneda de cambio para obtener mayores concesiones por parte de AMLO.

 

Siendo presidente electo, López Obrador detuvo la decisión que Peña Nieto ya había tomado de firmar con Trump el acuerdo de “tercer país seguro”. Cuando revelé en las páginas de Proceso las negociaciones que en este sentido tenía muy avanzadas el eterno aprendiz de canciller, Luis Videgaray Caso, AMLO no calificó a la revista de ser conservadora ni nada por el estilo.

 

En el colmo de la incredulidad, la semana pasada, organizaciones civiles denunciaron al gobierno mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por aplicar una política migratoria de mano dura hacia los centroamericanos. Sí, como la de Trump.

 

 

 

 

 

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