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Suciedad y apatía electoral

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

 

 

 

Suciedad y apatía electoral

 

 

Washington – La prueba de que las elecciones de julio serán posiblemente las más sucias en la historia del país, emana de las alianzas contra natura que se están forjando entre partidos políticos y quienes aspiran al poder; causan apatía electoral, lástima y vergüenza.

Los políticos descarados y sin ideología, sostienen que en la guerra y en las elecciones todo se vale.

Es correcto determinar que, ante las evidencias de todos los fraudes del pasado, del uso de recursos públicos para financiar sus marrullerías electorales; en el PRI no se puede confiar. Pero usar el mismo antídoto para combatir el mal puede ser el suicidio.

Hay mexicanos que aun piensan y sueñan con una democracia auténtica, que tienen valores, ideología y esperanza en que la honestidad no ha sido derrotada por tanto partido político ni gobernantes rateros.

Pareciera que en México no tenemos alternativa. Aun cuando no todos los aspirantes ni sus partidos son iguales, sus uniones por puro interés personal son una aberración. Cierto es que la continuidad de un régimen de corrupción e impunidad impuesto en este sexenio por Enrique Peña Nieto es el enemigo a vencer; pero no se tiene que ser tan rastrero para intentarlo ni conseguirlo.

Castigar con cárcel a un personaje sindical tan corrupto y descarado como Elba Esther Gordillo, fue una señal de esperanza, efímera pero esperanza al fin de que no los criminales son intocables.

Redimir a alguien de la calaña de Gordillo o de sus secuaces políticos no tiene nombre. Resta credibilidad a quien lo hace, sea por las causas que sean. Hay mexicanos con dignidad que buscan reciprocidad en sus autoridades y potenciales gobernantes.

La ciudadanía está perdiendo la fe, la paciencia y la responsabilidad cívica. ¿Para qué votar si todos son iguales? ¡Vean lo que está haciendo ese candidato para llegar al poder!, son varias de las frases populares que tienen resonancia es estos momentos por todo el país.

Los ciudadanos estamos desgastados, gritamos la necesidad de que surja alguien con credibilidad; diferente a todos los políticos tradicionales. Desgraciadamente no hay para dónde hacerse ni buscar.

Como democracia nos estamos hundiendo. La apatía electoral que ojalá no sea realidad en los comicios de julio, le restaría legitimidad a la coalición que resulte ganadora. Vean como lo digo, coalición, no candidato ni partido. Eso ya no existe.

Lo que tendremos en las boletas serán compadrazgos convenencieros que buscan hueso y dinero sin que les importe que los mexicanos lo que realmente anhelamos es ese país auténtico de esperanza, de valores, cultural y sobre todo de gobernantes honestos.

¿Acaso es mucho pedir?

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