Sobre el Cuarto Poder

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Federico Anaya Gallardo

 

La semana pasada, Momentum volvió a la carga en un tema que ha estado presente desde el inicio de esta alianza entre Pié de Página y Rompeviento TV: ¿qué tipo de periodismo necesita nuestra República en la nueva etapa de nuestra historia que estamos inaugurando? (Liga 1.) De entrada, aclaro un asunto que todos los actores en el debate público obvian. Sí estamos en una nueva etapa histórica. El viejo sistema mexicano de relaciones entre prensa y gobierno ha desaparecido a nivel nacional (se acabó el chayote). Su pervivencia en las entidades federativas es marginal por una simple cuestión de magnitud. Báste comparar los dineros a disposición de la Federación con el de una de las entidades federativas: mientras el presupuesto federal de 2021 fue de $4’618,338’900,000,000.00 (en resumen, 4 millones de millones de pesos), el presupuesto de Chihuahua de 2021 fue de $74,225’370,049.00 (en resumen, 74mil millones de pesos). Ese es El Estado Grande, pero los grandes Estados industrializados ni siquiera se acercan al millón de millones de pesos. En 2021, el Estado de México contó con $303,120’223,774.00 (en resumen, 303mil millones de pesos); Jalisco con $124,280’890,782.00 (en resumen, 124mil millones de pesos); Nuevo León con $107,167’104,681.00 (en resumen, 107mil millones de pesos) y Guanajuato con $89,298’505,278.00 (en resumen, 89mil millones de pesos). Puede verse que el problema del chayote –desglosado territorialmente– simplemente no tiene la misma dimensión. De allí el impacto tremendo del cambio realizado por AMLO en la materia.

 

En el programa de “Las Supernerds” de Momentum del 30 de Noviembre de 2021, la conversa inició a santo de los rayos y centellas del presidente López Obrador contra Proceso y Aristegui por un reportaje sobre la finca chocolatera de los López Beltrán. Participaron, al lado de Alberto Nájar y Ernesto Ledesma, dos magníficas comentaristas. Una es Renata Turrent, joven economista y politóloga que disputó con la bandera de Morena-PT la diputación local del distrito 17 (norte de la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México) al PAN. Renata obtuvo 19% del voto, perdiendo ante Christian Von Roehrich a quien apoyó el 61% del electorado. La otra es Elisa Godínez Pérez, politóloga y antropóloga, exfuncionaria en el gobierno estadual del Distrito Federal (hoy Cdmx, mañana Anáhuac), y experta en la violencia colectiva y la justicia por propia mano.

 

Te comento, lectora, mis reflexiones a partir de algunas de las ideas-fuerza de la conversa. Nájar señaló (minuto 4:00 & ss) la aparente fijación del presidente con el periodismo de combate –ligado a un movimiento popular de oposición política– de los Flores Magón. Habría una aparente ceguera obradorista frente al hecho de que el periodismo mexicano actual le debe más a la escuela estadounidense que defiende la comprobación de datos duros y la imparcialidad frente a todos los actores políticos.

 

Por su parte, Godínez (minuto 6:00 & ss) dijo que hay que recordar “el momento de país que vivimos”. Ella cree que el debate público que se ha abierto incluye necesariamente al poder político; y que por lo mismo, el presidente de la República debe participar abiertamente en él. No ve en ello signos de autoritarismo.

 

Las dos ideas forman una combinación explosiva pero que, extrañamente, es un punto de consenso general: Andrés Manuel sigue en campaña. Esto se lo critican tanto las oposiciones de centro como las de Derechas. A mí me parece que es cosa buena porque corresponde “al momento” en que vivimos y que nadie termina de comprender a cabalidad. El presidente cuasi-monárquico del viejo régimen mexicano no debía intervenir directamente en el debate público diario porque la paulatina concentración de poderes meta-constitucionales hacía cada vez más peligroso que lo hiciese. La esfinge es una metáfora que sólo aplica en el presidencialismo que retrató Jorge Carpizo en los 1980s.

 

Sobre esto último, ayudó mucho el aporte de Renata, quien le recordó a sus compañeras de mesa la desaparición del chayote y cómo los medios dominantes se habían volcado abiertamente en contra de López Obrador. Esta es otra cuestión que debería ser un consenso para avanzar en el debate general. Los medios de comunicación que antes habían guardado prudente silencio frente al poder político lo hacían –por lo menos en parte– para asegurarse financiamiento público generoso (prensa vendida, les decían los estudiantes de 1968). La desaparición de ese “modelo de negocio” dejó damnificados que hoy ejercen de modo abierto la libertad que antes guardaban modosamente en sus cajones.

 

La Administración López Obrador redujo notoriamente el financiamiento público a los medios privados de comunicación, eso lo aplaudimos todos. Pero no ha terminado de crear un modelo transparente de financiamiento. En ese punto (17:00 & ss) Nájar nos recordó el enamoramiento del presidente con las redes sociales, que están generando una nueva prensa pero que, paradójicamente, no reciben la misma atención presidencial que las notas y columnas de la prensa vieja. López Obrador parecería seguir siendo un hombre de los 1950s, que debate a los “grandes columnistas” e ignora a los recién llegados.

 

Renata respondió a Nájar recordándole que no todos los medios son estigmatizados como “adversarios” de López Obrador (18:00 & ss), pese a que han sido muy críticos. Entre los ejemplos mencionó precisamente a Pié de Página y a la más veterana Contralínea. Eso es verdad y aquí hay que recordar que la descalificación presidencial a Proceso y Aristegui fue porque, aunque eran (y siguen siendo) independientes, nunca habían militado en el movimiento popular.

 

Ledesma y Godínez iluminaron este tema, alrededor del Caso Aristegui (22:00 & ss). La independencia usual, antes de 2018, se medía sólo frente al poder político y específicamente frente al poder presidencial. Hoy en día debe medírsele respecto de otros poderes (económico, eclesiástico, académico). Godínez nos recordó que cada periodista y cada medio definen a cada momento a qué poder han de enfrentarse. Y remató con una idea esencial: en el flujo constante de la historia, los medios y sus periodistas pueden cambiar de aliados y enemigos.

 

La mesa fue magnífica. Véla y óyela, querida lectora. Está llena de semillas para reflexión seria. Pero también hay agujeros. No me gustó que todas las panelistas coincidieran en que el gobierno de Andrés Manuel debe dar una línea más clara acerca de qué es lo que debemos hacer las y los ciudadanos en este tema. Yo sospecho que la Administración López Obrador hace lo que se puede hacer en una poliarquía (Robert Dahl dixit)… que es influir en los márgenes de un sistema político y social en el cual el gobierno federal, pese a su inmenso presupuesto y prestigio heredado, no controla a los demás actores y no puede concentrar todo su poder en todas y cada una de las coyunturas particulares.

 

Habría que seguir debatiendo sobre aquésto. Gracias a los nuevos periodistas de Momentum.

 

Liga usadas en este texto:

 

Liga 1:

 

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