Samir Flores vive, pueblos indígenas reafirman su lucha contra megaproyectos

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"Samir no murió, se multiplicó" es más que una consigna para las compañeras y compañeros de Samir Flores, así lo manifestaron este viernes cuando miles de personas marcharon para mantener viva su memoria y exigir justicia a un año de su asesinato en Amilcingo, Morelos.

Organizaciones indígenas, campesinos, trabajadores, estudiantes, defensores de derechos humanos, artistas y activistas se movilizaron este 21 de febrero en la Ciudad de México, como parte de las Jornadas en Defensa del Territorio y la Madre Tierra: "Samir somos todas y todos".

Con las palabras de Samantha César, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala, empieza el acto afuera de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) alrededor de las 16:30 hrs, empresa que impulsó la construcción de la termoeléctrica de Huexca en 2010, a la que Samir se oponía desde su inicio y por la que, asegura su organización, fue asesinado.

Samantha César, integrante del FPDTA / Foto: Luz León

Frente a quienes comienzan a llegar a las inmediaciones de la CFE sobre Av. Paseo de la Reforma, Samantha enfatiza que el crimen contra el también comunicador náhuatl sigue impune, al tiempo que recordó que a pesar de que le arrebataron la vida la madrugada del 20 de febrero de 2019, "Samir se volvió semilla" y por eso continúa la resistencia que sembró en la comunidad de Amilcingo, municipio de Temoac, contra el Proyecto Integral Morelos (PIM).

Ya cerca de las 17 hrs. los diversos contingentes empiezan a incorporarse a Reforma para avanzar rumbo a la Fiscalía General de la República (FGR), donde media hora más tarde exigen que la dependencia federal atraiga la investigación del homicidio de Samir debido a que la Fiscalía General de Justicia del Estado de Morelos ha cometido omisiones, se ha dilatado y no ha citado a los testigos que la propia familia de la víctima y sus abogados han aportado.

Luego de varios mensajes y posicionamientos que se leen frente a la FGR, la marcha que rodea la Glorieta de Insurgentes y alcanza a cubrir una calle casi hasta llegar al Metrobús Hamburgo retoma su ruta, encabezada por María de Jesús Patricio, vocera del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena; Magdalena García, concejala mazahua, Bettina Lucila Cruz, concejala binnizá; Marisela Mejía, concejala otomí de los pueblos residentes en la CDMX, así como por defensores de la Cuenca del Valle de México y opositores del Tren Maya.

Doña Fili, integrante de la Asamblea General de los Pueblos, Barrios, Colonias y Pedregales de Coyoacán / Foto: Luz León

Pasando las 18 hrs. la vanguardia ingresa una vez más al Paseo de la Reforma ante la mirada de los transeúntes que se sorprenden ante el paso firme de quienes en voz alta reafirman su oposición a los proyectos impulsados desde administraciones de gobierno anteriores y que permanecen con la entrada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, entre ellos también el Corredor Transístmico.

Mientras cae la tarde, la marcha se detiene por un par de minutos en dos puntos del recorrido: el antimonumento por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, donde tras hacer un conteo del 1 al 43 se exige la aparición con vida de los estudiantes; y en la antimonumenta frente al Palacio de Bellas Artes, ahí al unísono gritan "¡ni una más, ni una más, ni una asesinada más!" y reclaman la vida de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio.

Tal como lo anunciaba el llamado para llevar a cabo diferentes acciones del 20 al 22 de febrero, este día el centro de la CDMX logró reunir a pueblos y defensores que provienen tanto del sur como del norte del país bajo la misma demanda de sacar los megaproyectos de sus territorios, en tanto que estos han causado daños a la biodiversidad, los han dejado sin agua, al igual que han dañado el ambiente, la tierra y cómo se alimentan, entre otras cosas. Es así que se escucha la sentencia: "Queremos frijol, queremos maíz y a la termoeléctrica fuera del país".

Entre ellos está Francisco Morales, campesino originario de San Lucas Atzala, municipio de San Andrés Calpan, Puebla. Él, sin importar su edad y lo extenso del trayecto, llega al zócalo capitalino porque además de sembrar, así es como expresa que cada día ha luchado por el agua y la tierra. "La tierra es nuestra madre y la tierra es la que nos mantiene. Si no lo vamos a trabajar, la verdad no vamos a tener qué comer", refiere.

Francisco Morales marcha rumbo al Zócalo capitalino / Foto: Luz León

Conforme las defensoras y los defensores del territorio llegan al zócalo, se encuentran con decenas de policías colocados en la entrada de Palacio Nacional, quienes portan extintores y escudos. Sin embargo, la vanguardia sigue su paso al templete, no cede ante lo que se considera una intimidación, y los contingentes comienzan a acomodarse frente a la estructura para darle paso a la escucha.

Así, antes de que termine la jornada y durante alrededor de una hora varios de los participantes toman el micrófono para ratificar su resistencia y lucha, que como dice Bettina Cruz: "es por toda la vida y no sólo por el territorio".

Bettina Cruz, concejala del CNI / Foto: Luz León

Integrantes de la Asamblea de Amilcingo recordaron que fue 10 días antes del asesinato de Samir cuando el presidente calificó a los opositores de la planta termoeléctrica como "radicales de izquierda" y "conservadores", por lo que declararon que si por defender la tierra lo son, entonces son 'conservadores de la vida'. Mientras tanto, a escasos metros del recinto desde donde más de una vez López Obrador ha proclamado el fin del modelo neoliberal, Teresa Castellanos, miembro del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, apunta que el neoliberalismo no se acaba por decreto, en tanto que los derechos de los pueblos indígenas son violados con sus políticas.

Mensaje de María de Jesús Patricio, vocera del CIG-CNI, durante el mitin frente a Palacio Nacional:

Como quienes se resisten al olvido y bajo el resguardo de la memoria que resulta ser una semilla a prueba de balas y despojo, pobladores de Amilcingo colocan un antimonumento de Samir Flores en contraesquina con la Catedral, a unos metros del antimonumento al '68.

De acuerdo con información del CNI, la convocatoria también realizada por la Asamblea de la Resistencia de Amilcingo y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional tuvo eco en al menos ocho países y 22 estados de México con un total de 77 actividades dislocadas.

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