Rosario Robles Berlanga escuchó cómo el juez Felipe de Jesús Delgadillo la vinculaba a un proceso penal por ejercicio indebido del servicio público con presunto quebranto al erario por 5 mil 73 millones de pesos, cuando encabezó las secretarías de Desarrollo Social y posteriormente en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). El juez Delgadillo le dictó prisión preventiva justificada como medida cautelar por un periodo de dos meses.
Incrédula y estupefacta, la voz del juez Delgadillo le hundió el piso a la otrora Jefa de Gobierno del entonces Distrito Federal. Por más que intentaba guardar la compostura, su voz quebrada la delataba… "Juez: a mí no me acusan del desvío de 5 mil 73 millones de pesos, se me quiere juzgar a través de terceros. Yo no tengo los millones para irme a vivir a Canadá y luego de regresar a México. Por eso le pido que mi proceso se lleve a cabo en libertad, porque siempre he sido una mujer luchadora, he vivido en la Ciudad de México 24 años en Los Reyes Coyoacán". El juez Felipe de Jesús rechazó su petición y giró instrucciones para que fuera trasladada al Centro de Readaptación social Femenil de Santa Martha Acatitla, esto con la finalidad de evitar una posible fuga durante el proceso.
La Fiscalía General de la República (FGR) tiene un plazo de 60 días para presentar pruebas fehacientes contra la acusada.