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Prianistas al borde de un suicidio

J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

 

 

Prianistas al borde de un suicidio

 

Washington – La guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador se veía y se sentía desde antes de que formalmente iniciara la campaña presidencial, lo que no se predijo es que el posible fracaso de esa estrategia tuviera al borde del suicidio político al PRI y al PAN.

La demanda que presentó ante la PGR el senador panista Ernesto Cordero, acusando de supuesto lavado de dinero a Ricardo Anaya, el candidato del PAN disfrazado de izquierdista en el Frente, refleja el delirio y presagio de la derrota en la campaña presidencial del candidato priista no priista, José Antonio Meade.

Como colofón y para beneficio de López Obrador, líder y candidato de Morena, un panista de cepa y artífice de las peores alianzas del poder para beneficio propio, Diego Fernández de Cevallos, abrió la boca.

Fernández de Cevallos, acostumbrado a los arreglos más tenebrosos de nuestra historia política reciente, con tal de ver derrotado a López Obrador, a quien tildó de “orate” e “iluminado”, sentenció como necesaria una alianza entre el PAN y el gobierno de Enrique Peña Nieto.

El llamado “Jefe Diego” está diciendo a los electores mexicanos que ellos no importan, que su democracia menos y que los pocos que acumulan el poder económico y político en el país están por encima de todo y son capaces de las peores bajezas para salvarse ellos y mantener en efervescencia la corrupción e impunidad.

La interpretación lógica y fácil de lo hecho por Cordero y Fernández de Cevallos nos indica que el primero pide la destitución como candidato presidencial de Anaya; el segundo, que ese embrión político que siempre hemos llamado PRIAN, encumbrado en el Frente, sea el que se enfrente a López Obrador al cierre de la contienda.

Condonar la corrupción e impunidad de este sexenio por encima de la decisión democrática de la mayoría de los mexicanos es una inmolación perversa. Se nota que Fernández de Cevallos vive en otro planeta o dentro de una burbuja. No ha entendido que la alta posibilidad de que López Obrador sea presidente de México es porque la mayoría de la gente está hasta la coronilla de la corrupción y de la impunidad.

Menudo favor le han hecho Cordero y Fernández de Cevallos al candidato presidencial de Morena.

Por ello, como lo vimos, Anaya y Meade en el tercer y último debate celebrado este martes en Mérida, intentaron hacerse pedazos entre ellos para demostrar quién de los dos es el menos embarrado o inmerso en la corrupción. Mientras, López Obrador también estuvo en el ruedo, detrás de la barrera, mirando al toro batirse ante los banderilleros, picadores y toreros. ¡Olé!

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