Cerca 200 personas ha sufrido daños oculares causados por balines y perdigones de la Policía durante las protestas en Chile.
Las protestas, iniciadas el pasado lunes 14 de octubre tras el incremento al precio del metro chileno y derivadas en un repudio generalizado contra el gobierno del presidente Sebastián Piñera, han mantenido una constante presencia de carabieneros (policía chilena). Hasta el momento, con un saldo que ronda la veintena de muertos y miles de detenidos.
A pesar de que se han registrado casos de violencia y saqueos, la mayoría de las manifestaciones han mantenido un temple pacífico. No obstante, las fuerzas de orden público han sido cuestionadas innumerables veces por la brutalidad con la que han respondido a las movilizaciones utilizando balines, perdigones, gases lacrimógenso y carros lanza-agua para dispersar a los manifestantes.
Una de las consecuencias más graves de la violencia policial es la cantidad de personas que han perdido uno de sus ojos en las últimas semanas. Según un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), al rededor de 182 personas han sufrido “heridas oculares” durante los disturbios desde del 18 de octubre. Sin embargo, hay quienes señalan que la cifra de este tipo de “heridas” asciende a más de 200 personas.
"Son más de 200 personas que en estos días han perdido uno de sus ojos. Esto es muy grave", declaró Enrique Morales, presidente del departamento de DDHH, a radio Cooperativa.
Además de las heridas oculares, se han registrado cerca de 600 personas que han sufrido otro tipo de lesiones fruto de las medidas utilizadas por la policía chilena, particularmente los palines y perdigones.
En el caso de las heridas oculares, médicos dedicados a esa especialidad han señalado que el número y la magnitud de los traumas que se han registrado en las últimas semanas es algo inédito para ellos. Esto se debe principalmente a la potencia del impacto que suponen los disparos, por lo que en varios casos se necesitan de múltiples operaciones, así como una rehabilitación intensa en el caso de perder el ojo dañado.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió la semana pasada al gobierno chileno que cesara el uso de balines y perdigones, pero el gobierno de Piñera se comprometió únicamente a “limitar” el uso de estas medidas.
Algunos testimonios de víctimas de estas “heridas” han manifestado su negatividad de volver a salir a las calles por temor a sufrir otro accidente ocular, lo que significa que este tipo de violencia policial supone una intimidación directa al derecho de manifestación de los ciudadanos chilenos.
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