Cátedras-CONACyT (datos)

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Federico Anaya Gallardo

 

Érick Alfonso Galán Castro (@ErickGalanC) y Carolina Robledo Silvestre (@carolate_late) estuvieron el jueves 23 de Septiembre de 2021 en Momentum, el espacio de información y análisis creado por Pie de Página y RompevientoTV. (Liga 1.) Representaban al Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de Investigación de Cátedras Conacyt (SIINTRACATEDRAS) que, recientemente, obtuvo un primer reconocimiento de parte de la autoridad laboral federal como organización de las y los trabajadores del programa Cátedras-ConacyT que me ha ocupado en las últimas semanas.

 

Esta fue una buena entrevista y las dos catedráticas centraron su exposición en dos temas centrales y uno periférico. Uno: su derecho a la asociación sindical. Dos: su demanda de estabilidad en el trabajo. Tres: sus demandas salariales. Hoy te propongo reflexionar sobre esos temas, lectora. Te recomiendo que veas/oigas la entrevista.

 

Respecto del primer tema, me parece que todas y todos los trabajadores deben tener el derecho de asociarse libremente. En este punto, poco importa que a la fecha SIINTRACATEDRAS tenga registrados ante la autoridad laboral a sólo 43 de las 1,224 Catedráticas CONACyT. De por sí, una de las tareas usuales y legítimas de una organización sindical es ampliar su membresía entre la base trabajadora de su centro de trabajo. Ciertamente, al joven sindicato le falta mucho por hacer (1,181 aún no registrados). Por lo que entiendo, SIINTRACATEDRAS está ampliando su membresía y dice que ya cuenta con unos 400. Un tercio del total, faltan dos tercios.

 

Lo anterior es relevante porque, si en el proceso de negociación ya abierto ante la autoridad del trabajo, el sindicato recurre a la huelga, ésta debe ser aprobada por toda la base trabajadora. Esta disposición del Derecho Colectivo del Trabajo es una garantía democrática que permite a todas y todos los trabajadores enterarse y decidir libremente acerca de sus problemas comunes. Otra virtud del mecanismo es que permite saber qué piensan todas las personas trabajadoras acerca de su representación sindical.

 

La huelga nos permite analizar otra dimensión del problema. Ernesto Villanueva ha argumentado (Liga 2) que “se interrumpirían todos los trámites y procedimientos relacionados con las cátedras, habida cuenta que las instalaciones del Conacyt permanecerían cerradas para garantizar la suspensión de labores”. Detengámonos, lectora, en este punto. ¿Por qué hay que cerrar las instalaciones de Conacyt? Respuesta: porque el Conacyt es su patrón. Pero cuidado: recordemos que las y los catedráticos CONACyT trabajan materialmente en las Instituciones Receptoras (IRs). Es decir, hay una multitud de centros de trabajo. ¿Cómo operaría la huelga en esos centros de trabajo? ¿Cómo se garantizará el paro de labores respecto de una persona Catedrática CONACyT no afiliada al sindicato, que no está de acuerdo con la huelga y que es la única Cátedra-CONACyT en una IR? Mi planteamiento es sólo teórico, pero podemos apreciar que el sindicato tiene frente a sí una logística complicada. (Y aquí te recuerdo, lectora, la acusación de outsourcing que, desde 2014, hizo Gil Antón contra el programa de Cátedras, Liga 3.)

 

Te propongo, lectora, que pasemos al segundo de los temas planteados por Galán y Robledo, la estabilidad laboral; pero recordando lo que acabo de señalar: las y los trabajadores de Cátedras-CONACyT laboran en múltiples IRs. El programa Cátedras-CONACyT era un programa de empleo de transición para jóvenes catedráticos recién doctorados que son asignados a un proyecto en una IR –que tiene el deber de asimilarlos en su planta académica permanente. Entretanto, CONACyT asume la responsabilidad patronal y les paga, hasta por diez años. Aunque las plazas de las y los catedráticos CONACyT se hayan ocupado con contratos de trabajo por tiempo indefinido como nos dice el sindicato, el problema es que el programa tiene un término cronológico. Porque el objetivo del programa era la inserción de la persona Catedrática-CONACyT en la IR.

 

Lo anterior significa que la propuesta del sindicato altera la naturaleza del programa. Esta es una apuesta arriesgada. Si CONACyT acepta dar estabilidad laboral a las y los Catedráticos-CONACyT dentro de sí, no sólo cambia el sentido de una política pública, sino que afecta su propia naturaleza, pasando a ser “algo así” como una institución de educación superior (IES). Digo “algo así” porque CONACyT tendría personal docente pero no tendría estudiantes. ¿Es esto razonable? Yo opino que NO. CONACyT no está concebido como una IES, sino como una agencia que presta servicios a las IES: programas de complemento salarial (Sistema Nacional de Investigadores, SNI), programas de becas para estudiantes, creación de una red homogénea de programas académicos (Programa Nacional de Posgrados de Calidad, PNPC), etcétera. La petición del sindicato amenaza la fuente misma de empleo de sus agremiados: si cambiamos la naturaleza del programa Cátedras-CONACyT abrimos el debate acerca de su permanencia. ¿Por qué no mandar el presupuesto de este programa (1,200 millones de pesos más 300 millones por la burocracia administrativa) a las IES para que abran las plazas dentro de sí mismas, acabando la tercerización que denunció Gil Antón hace siete años?

 

Dicho lo anterior, paso al tercer tema tratado por Galán y Robledo: las demandas salariales. En este punto, los entrevistados por Ledesma y Nájar fueron parcos. Señalaron que, debido a la inflación entre 2014 y 2021, sus salarios reales han bajado de 36,676 pesos mensuales en 2014 a 23,224 pesos mensuales en 2021. Cuidado, lectora: el sindicato afirma que aunque les siguen pagando 36,676 pesos al mes, esa cantidad ya no vale lo mismo y equivale a sólo 23,224 pesos a valor constante de 2014.

 

Pero lo que no se explicó en la entrevista es que, aparte de los 36,676 pesos al mes, cada uno de los catedráticos tiene un “estímulo” de 32,263 pesos mensuales. La primera cantidad es su “salario base” y es el que sirve para hacer las aportaciones de seguridad social (incluidos los depósitos para su pensión). La segunda es un complemento que permite dar mayor liquidez a la persona trabajadora, pero no cuenta para los descuentos de seguridad social. En otras áreas de la burocracia y de la empresa privada esto se conoce como salario base/estímulo garantizado. Finalmente, habría que decir que las y los Catedráticos CONACyT deben postularse para ser miembros del SNI y que, cuando obtienen este carácter, reciben el complemento salarial mensual que les corresponda, de acuerdo al nivel SNI que se les acredite. Para SNI candidato se dan 10,897 pesos. Para SNI I son 19,071 pesos. Para SNI II son 21,795 pesos. Para SNI III son 40,000 pesos.

 

Todos los números representan ingresos brutos, antes de impuestos. Sin embargo, estos datos nos permiten entender mejor la demanda sindical. SIINTRACATEDRAS pide que el “estímulo” se sume al “salario base”. En este punto, Villanueva entendió que pide que aparte se agregue otro estímulo. Yo creo que en realidad lo que se pretende es fusionar “salario base” y “estímulo” lo que haría más robustas las aportaciones de seguridad social y la pensión en el futuro.

 

Por otra parte, al ver estas cantidades (un ingreso bruto de 68,939, que luego de impuestos quedaría alrededor de los 40 o 50mil netos) se entiende por qué el sindicato propone eliminar el requisito SNI de las evaluaciones. Se trata de un salario mensual neto muy razonable que ya no requeriría el complemento del SNI.

 

Cierro con algo que recalcó la doctora Robledo: Cátedras CONACyT es un programa que nació porque las IES no estaban abriendo las plazas laborales permanentes en las que pudiese emplearse el creciente número de doctorados del sistema auspiciado por CONACyT. El problema es que Cátedras CONACyT ofreció salarios tan buenos que difícilmente las IES que reciben a los catedráticos podrían asegurarles a estos un ingreso equivalente una vez que se asimilasen a su plantilla permanente. De hecho, en los Centros Públicos de Investigación el salario base de los catedráticos CONACyT equivale al de un profesor investigador titular A. Si la IR deseara asimilar a la persona catedrática CONACyT debería ofrecerle ese nivel, saltándose varios niveles del escalafón. Podemos imaginar, lectora, que las y los trabajadores en las IRs –y sus sindicatos– no estarán de acuerdo con estos ingresos extraordinarios. Por eso es que el doctor Galán, en la entrevista, reportó que varios catedráticos CONACyT habían sido mal recibidos en sus IRs. Esto, en mi opinión, es un grave error de diseño del programa.

 

Todo, como podemos ver, es más complicado de lo que aparenta.

 

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

 

Liga 2:

https://www.proceso.com.mx/opinion/2021/9/15/conacyt-nuevo-desafio-272023.html

 

Liga 3:

¿’Outsourcing’ en las universidades?

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