El expresidente de México Felipe Calderón declinó su invitación a la conferencia que daría mañana a los estudiantes de la carrera de derecho en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Calderón Hinojosa dio a conocer su decisión a través de una carta dirigida al rector David Garza Salazar. En dicha carta, el exmandatario señaló la discusión política que se desató tras la invitación, argumentando que muchos de los puntos de vista eran atendibles, mientras que algunas versiones eran imprecisas y suponían verdades a medias.
Sin embargo, enfatizó el comentario de la señora Rosa Elvia Mercado, madre de Juan Antonio, quien declaró no estar de acuerdo con la visita del expresidente al campus univeristario. Según el político morelense, esta fue al razón por la que suspendió su visita al ITESM.
Tras el anuncio de la conferencia que el expresidente impartiría, se creó una petición en la plataforma change.org, “Respeto para Jorge y Javier: Cancelación de la conferencia de Calderón en el Tec”, exigiendo la declinación por parte de las autoridades del Tecnológico de Monterrey a dicha invitación, así como la renuncia del Presidente de la Sociedad de Alumnos de Derecho del Tec de Monterrey (SALED). Hasta este miércoles, la petición había alcanzado las 24,920 firmas.
El rechazo de la comunidad estudiantil se deriva del asesinato extrajudicial que elementos del Ejército Mexicano cometieron el 19 de marzo de 2010 en las inmediaciones de su campus universitario, en donde en medio de una supuesta balacera, los estudiantes de excelencia Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arreondo Verdugo (que se encontraban estudiando una maestría y un doctorado, respectivamente) fueron asesinados.
A pesar de que los estudiantes de excelencia se encontraban saliendo de la biblioteca por estar en periodo de evaluaciones, las primeras declaraciones de las autoridades del gobierno de Nuevo León, mismas que en su momento el gobierno federal presidido por Felipe Calderón respaldó, los señalaron como “sicarios armados hasta los dientes” e integrantes del crimen organizado, a quienes el Ejército mexicano logró abatir.
Posteriormente se resolvió que las fuerzas armadas alteraron la escena del crimen y colocaron armas junto al cuerpo de los jóvenes, según revelaron investigación años después.
