Aldama: la pesadilla continúa

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¿Quién sigue poniendo los muertos?

 

El pasado 4 de junio, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, y el gobernador del estado de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, acompañaron la firma de un Pacto de No Agresión entre los municipios de Chenalhó y Aldama, específicamente entre las autoridades del poblado de Santa Martha, Chenalhó, y las autoridades de Aldama.

 

El respeto al Pacto de No Agresión duró escasos tres días. Las hostilidades disminuyeron, pero nunca cesaron.

 

El pasado 1º de julio, es decir, 26 días después de la firma del Pacto, el diario La Jornada publicó una entrevista al presidente Andrés Manuel López Obrador, en la que se abordaron diversos temas relacionados con el gobierno de la llamada 4ª Transformación. En algún momento de la charla, el periodista y coordinador de Opinión de La Jornada, Luis Hernández Navarro, cuestionó al mandatario sobre lo que seguía sucediendo en Aldama. López Obrador respondió lo siguiente:

 

“Son temas complejos, pero estamos atendiéndolos”. (https://www.youtube.com/watch?v=PYi0EhN1RXw (1:08:04 - una hora, ocho minutos, cuatro segundos).

 

Este 27 de julio, en el poblado de Tabak, uno de los más afectados por las agresiones de los grupos armados de Santa Martha, se realizó el velorio de la señora Martha Sántiz Jiménez, quien había fallecido un día anterior. Entre los asistentes se encontraba su bisnieto, el joven Filiberto Pérez Pérez, de 23 años de edad.

Lo que nunca imaginaron Filiberto y los habitantes de Tabak es que los grupos armados de Santa Martha aprovecharían el velorio para apostarse en una nueva trinchera frente a Tabak y disparar contra los habitantes desarmados en pleno duelo.

 

Una de las balas pegó en la parte baja del cuello de Filiberto, quien cayó de inmediato herido de muerte. El joven terminó ahogandose en su propia sangre y murió una o dos horas después entre los gritos y el espanto de familiares y amistades del poblado de Tabak.

 

En esta nueva agresión, desde la 13:30 horas aproximadamente comenzaron los disparos con armas de alto calibre, unos provenientes de la escuela telesecundaria de Santa Martha, otros de la zona ubicada frente al poblado de Cocó, y unos más de la nueva trinchera construida bajo tierra frente al poblado de Tabak, del otro lado del río. No importó que un campamento de la policía estatal estuviera destacamentado en el poblado de Saklum, a escasos mil 500 metros de donde provenían los disparos; tampoco importó que otro campamento de la misma corporación estuviera en el poblado de Cocó, a menos de un kilómetro de Tabak. Como ya es costumbre, ninguno de los descatamentos policiacos intervino.

 

Es decir, sólo un mes y 20 días después de la firma del Pacto de No Agresión, los disparos se intensificaron contra los poblados de San Pedro Cotzilnam, Tabak, Cocó, Baletik y Xuxch’en, del municipio de Aldama, hasta que la muerte, como siempre, una vez más, volvió al municipio de Aldama.

 

Filiberto Pérez Pérez estaba casado con Magdalena Sántiz Hernández, de 22 años de edad, con quien procreó hace 4 años a la niña Anayeli Pérez Sántiz. Hoy, Magdalena es una viuda más del municipio de Aldama y Anayeli una nueva huerfana de padre, en esta eterna pesadilla que se repite una y otra vez en los Altos de Chiapas.

 

Rompeviento TV ha insistido en innumerables ocasiones en la urgencia de atender debidamente la violencia cometida contra los pobladores del municipio de Aldama. Hemos señalado que el supuesto Pacto de No Agresión es irrelevante e inútil si no se desarma a los grupos agresores de Santa Martha y Saklum, entre otros poblados, y hemos destacado la necesidad de que se restituyan las tierras legalmente asignadas al municipio de Aldama y se indemnice a los pobladores por las cosechas perdidas a causa de la violencia. Asimismo, hemos insistido en que se debe castigar penalmente a los responsables de los asesinatos contra los pobladores de Aldama, brindar atención psicológica, médica y hospitalaria a las familias afectadas y a todos los heridos, e indemnizar y pensionar a las viudas. De igual manera, hemos dado cuenta de la pésima atención que el gobierno de Rutilio Escandón está dando al conflicto entre Santa Martha y Aldama. Pero nada, silencio en la torre…

 

Este 27 de julio, entre el duelo y la impotencia por un conflicto pésimamente atendido, los pobladores de Tabak acompañaron a Filiberto a ocupar su última morada.

 

Los muertos y heridos de hoy ya no son sólo un problema de los gobiernos anteriores, son responsabilidad de los gobiernos en turno. Si las autoridades firman como garantes del cumplimiento de un Pacto de No Agresión, tienen que tomar las medidas preventivas necesarias para evitar más tragedias y tienen que saber qué hacer cuando una de las partes incumple el acuerdo una y otra vez hasta que la muerte regresa a una familia y a un pueblo.

 

Hoy, Aldama llora a otro muerto, llora de pena, llora por la negligencia de las autoridades, llora de coraje…

 

¿Quién sigue poniendo los muertos?

 

 

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