Abuelos en México, entre la precariedad y la mala atención

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Abuelos en México, entre la precariedad y la mala atención

Paola Atziri Paz

Los abuelos son una figura fundamental en la cultura mexicana, muchas veces son la columna que mantiene unidos a los integrantes de su familia y muchas otras llegan a ser los "segundos padres" de sus nietos. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentan en nuestro país no es muy favorable: al menos 40 % de ellos viven en la pobreza.

En el marco del Día del Abuelo, 28 de agosto, es necesario traer a debate la falta de políticas adecuadas en materia de seguridad social para las personas de la tercera edad. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) advierte que los programas federales y estatales que les entregan transferencias monetarias a los adultos mayore no son suficientes siquiera para cubrir sus necesidades básicas.

Para el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados (CESOP) el actual esquema de pensiones en el país condenará a la pobreza a los adultos mayores, quienes recibirán 80.4 pesos diarios.

Mario Enrique Tapia, académico de la UNAM, señaló que se estima que el 40 % de adultos mayores vive en la pobreza y que entre el 20 y 30 % sufre de violencia física, psicológica o abandono.

De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar),  uno de cada tres adultos de 65 años y más solo dependen de su pensión como fuente de ingresos, la cual va de los 608 a los 6 mil 602 pesos mensuales. En un reporte entregado al Congreso de la Unión, correpondiente al cuarto trimestre de 2017, el organismo informó que las mujeres reciben una pensión contributiva promedio mensual de 5 mil 128 pesos y los hombres de 6 mil 602 pesos para los hombres. Por su parte, la pensión no contributiva* promedio mensual es de 611 pesos para las mujeres y 608 pesos para los hombres.

Las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) refieren que tres de cada 10 adultos no cuentan con una pensión.

En el 2017 habitaban en el país casi 13 millones de personas de 60 y más años, según estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), pero la tasa de participación económica de la población era tan solo del 34 %, mientras que la población no económicamente activa representaba un 66 % y de este,  el 54 % se dedicaban a los quehaceres del hogar (INEGI).

Las personas myores que trabajan por su cuentan son 49 %, pero existe población que no percibe remuneración alguna por su trabajo (4.4 %). De los adultos mayores que trabajan para alguien (37.8 %), la mayoría no tiene acceso a instituciones de salud  por su trabajo (60.8%); no tienen un contrato escrito (61.8%) y casi la mitad (47.7%) no cuenta con prestaciones. En total el 73.2 % de adultos mayores que trabaja lo hace de manera infromal, señaló el INEGI.

La gran mayoría de abuelos en nuestro país son adultos mayores, una población vulnerable no solo por dejar de tener fuerza laboral, sino también ingresos, casa, acceso a atención médica y más posibilidades de enfermedades crónicas. Además, según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, tres de cada cinco sufren violencia dentro de la familia, mientras que la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México de 2010 reveló que las personas de la tercera edad son consideradas como el cuarto grupo de población más vulnerable del país.

Estas cifras son preocupantes sobre todos cuando las estimaciones apuntan a que la población de personas mayores de 60 años va en en aumento. El Consejo Nacional de Población estima que para 2030, en México habrá más adultos mayores que jóvenes menores de 15 año,  y para 2050, un 30 por ciento de la población tendrá más de 60 años. Esto se trata de un hecho mundial, ya que según datos de la revisión de 2017 del informe "Perspectivas de la Población Mundial", se espera que el número de personas mayores se duplique para 2050 y triplique para 2100.

 

Con información de Conapred, Coneval, INEGI, Consar, 

*A diferencia de las prestaciones contributivas, que exigen unos requisitos mínimos de cotización, las prestaciones no contributivas se entregan a los ciudadanos que se encuentran en una situación de necesidad aunque nunca hayan cotizado o, habiendo cotizado, no lo hayan hecho durante el tiempo exigido en cada caso para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo. Su cobro se condiciona a un nivel máximo de ingresos.

 

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