A un año del feminicidio de Lupita, dolor e impunidad
Paola Atziri Paz
Guadalupe Benitez Vega fue asesinada de manera brutal el seis de julio de 2017, el principal sospechoso del feminicidio es su esposo Luis Ángel. Sin embargo, a un año de lo sucedido, su familia no sólo se ha enfrentado al dolor de perder a Lupita sino a las amenazas por parte de la gente que acompaña al imputado; las irregularidades y omisiones por parte de las autoridades y la revictimización de una sociedad indiferente frente a este tipo de crímenes.
Juana Isabel Benitez Vega cuenta para Rompeviento TV cómo ha cambiado su vida desde el día que encontró a su hermana Lupita sin vida a unos metros de su casa. "La vida nos cambió, me arrebataron a mi negrita de una forma brutal, le quitaron a su hijo el derecho de tener una mamá", cuenta Juanita con voz entrecortada.
Lupita era estudiante de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, a sus 21 años, igual que la mayoría de las mujeres, tenía sueños y metas; era mamá de un bebé que tenía en ese entonces 4 meses, quien ahora crece a lado de sus abuelos y tías. Narra Isabel que su sobrino, que ahora tiene 1 año cuatro meses, ya sabe caminar y que todas las noches se despide de la fotografía de Lupita. "Desde chiquito le hemos enseñado quién es su mamá, le mostramos fotografías y él las besa todas las noches", apuntó.
Los familiares de Guadalupe señalaron que no han vivido un proceso de duelo porque desde ese día, luego de encontrar en el terreno el cuerpo tendido de Lupita y cubierto con una sábana blanca, no han parado de luchar para que el culpable o los culpables del crimen paguen. "Es el peor día, que quedará marcado para siempre, Lupita va a vivir siempre en nuestros corazones, pero nunca nadie nos la va a regresar", comentó Juanita sobre la búsqueda de justicia.
La mamá de Lupita ha tomado fuerza por sus nietos, incluido el hijo de Guadalupe, mientras que el papá se ha movilizado muchas veces y aunque no se han enfermado, nos contó Isabel que sí han bajado mucho de peso.
Juana Isabel Benítez se dedicaba a poner uñas, hacer limpiezas faciales, manicure y demás actividades relacionadas con temas de belleza. Hoy, se ha convertido en una luchadora social por la búsqueda de justicia para las víctimas de feminicidio en México. Durante la entrevista nos enumeró una serie de artículos constitucionales que se ha tenido que aprender, "yo antes ni siquiera conocía mis derechos, pero ahora tengo que ir cada tercer día al penal de Barrientos, tengo que conocer términos jurídicos (...) todo lo hago por el amor que le tenía a mi negrita".
Asimismo, nos contó que ha conocido a muchas familias y organizaciones, que además de asesorarla le dan muchas fuerzas para seguir luchando.
"Yo le prometí a mi hermana que iba a luchar por su memoria, que iba a buscar justicia porque ella luchó hasta el último momento por su bebé", externó con mucha nostalgia en su voz.
El proceso legal parece no tener fin
De acuerdo con Isabel, el trato con las autoridades ha dejado mucho que desear, en cuatro ocasiones han cambiado de Agente Ministerial, actualmente el encargado es el licenciado Omar Vilchis. Incluso desde hace 12 meses han solicitado reunirse con el procurador del Edomex, Alejandro Jaime Gómez, pero la respuesta ha sido que “está muy ocupado y tiene su agenda llena”.
Luis Ángel, principal sospechoso del feminicidio de Lupita, permanece en el penal de Barrientos, en Tlalneplanta, pero no cuenta con sentencia.
El pasado 3 de julio se realizó la primera audiencia de desahogo de pruebas de la parte acusadora en la Sala 1 de los juzgados. Jesús, el padre de Lupita; Juanita, y dos de sus familiares rindieron su declaración, respectivamente, sobre las agresiones que Luis Ángel realizaba hacia la joven.
De igual forma, un perito presentó datos de la necropsia y de la mecánica de hechos, donde dio a conocer que la joven presentaba golpes de más de una semana antes de su asesinato, además de las 17 puñaladas que recibió y un golpe con un ladrillo en el rostro. Hace dos meses, Isabel informó que las pruebas de ADN arrojaron que los residuos de piel encontrados en las uñas de Lupita pertenecen a Luis Ángel.
Un carnicero, llamado Erick, y el trabajador de una construcción, que pasaron por el lugar de los hechos alcanzaron a ver como la misma madre del agresor le gritaba a Lupita y la golpeaba poco tiempo antes del asesinato.
Juanita comentó que mientras los testigos daban sus testimonios, el procesado Luis Angel se reía, por lo que la familia de la joven se quejó. Asimismo, señaló que las amenazas continúan: “qué bueno que sigan sufriendo, se los van a chingar”, "ahora siguen tus hijos", "nada de lo que hagan les va a servir", son algunas de las frases con las que intentan intimidar a los familiares y amigos de Lupita.
Finalmente, en medio de la impotencia, dolor y rabia, Juanita denunció que frente al asesinato de algún elemento de las autoridades siempre señalan que "llegarán a las últimas consecuencias hasta atrapar a los asesinos", pero para las víctimas de feminicidio y, en general, para las personas pobres no lo hacen, "nos tachan de ignorantes".
Lamentó que el nuevo presidente virtual, Andrés Manuel López Obrador, no diera una sola postura en su discurso respecto a la violencia que sufren la mujeres en el país y el feminicidio, y exigió que desde este momento se declare una alerta de género a nivel nacional y que todo asesinato de cualquier mujer se tipifique como feminicidio para evitar la discriminación jurídica en el tema. "Nos están asesinando y nadie hace nada", puntualizó Juana Isabel.
El feminicidio de Lupita
